07

88 15 4
                                    

Capítulo 07

—Es más un castillo que una mansión.

Expresó brevemente el hombre su impresión antes de volver a centrarse en Cesare. Los castillos de Kazar probablemente serían extensos y eclipsarían a este, por lo que ya no era de su interés.

Cesare le hizo un gesto, indicándole que lo siguiera mientras empezaban a bajar las escaleras. Mientras bajaban, Cesare echó un vistazo furtivo a Zahir, quien había permanecido extrañamente callado todo el tiempo.

Si bien Zahir había sonreído al desembarcar del helicóptero, ahora mostraba una expresión seria. No, era más bien una mirada abatida.

Sin embargo, "abatido" no parecía ser el Zahir que él conocía.

Por alguna razón, parecía que Zahir tenía un plan oculto. Pero tal vez Cesare estaba siendo demasiado sensible.

Aunque habían pasado años, los recuerdos que Cesare tenía de Zahir al-Tamid le inquietaban. Sencillamente, algo no encajaba. Además, la palabra "negociación" pronunciada por el supuesto secretario de este le resultaba extrañamente sospechosa.

Para una persona ajena al asunto, podría parecer que Cesare había llevado a cabo una gran estafa contra Zahir al-Tamid.

A pesar de todo, Cesare entró en su casa. Después, justo cuando iba a guiar al invitado hasta el minibar, le invadió una inesperada sensación de vacío, y pronto se dio cuenta de que Rizzo había desaparecido.

—¿Rizzo? Rizzo, ¿dónde estás?

Al oír su grito, Rizzo salió del estudio de Cesare con una expresión endurecida, y con un aspecto sombrío casi teatral, Rizzo se pasó una mano por el pelo despeinado y rizado mientras apretaba los dientes.

—He llamado a mi abogado. Estará aquí en diez minutos.

No era una afirmación especialmente impactante, pero Cesare frunció el ceño con
aversión.

—¿En diez minutos? Así que no le acabas de llamar, ya estaba cerca.

—Todas las estrellas tienen sus secretos. Cesare Caruso no es una excepción.

Rizzo siempre había sido desconfiado por naturaleza. ¿Pero era cierto que todas las estrellas albergaban secretos? Una gran exageración. Pero dado que el propio Cesare escondía un secreto, uno "grande" para ser exactos, este no estaba en posición de discutir.

Sin embargo, a Cesare aún le quedaba un as bajo la manga.

—¿Así que has llamado a tu abogado para romper nuestro contrato y demandarme, Rizzo?

Al oír las palabras "romper" y "demandar", los ojos de Rizzo se abrieron de par en par, y se acercó rápidamente a Cesare, agarrándolo del brazo, mientras le suplicaba.

—¿Por qué habría de hacerlo? No estoy diciendo que debamos 'romper' nuestro contrato o involucrarnos en una demanda...!

—Entonces, ¿por qué mencionar a los abogados en primer lugar?

—Um, eso es...

Rizzo vaciló, con los ojos desorbitados. Después de todo, Cesare era el mayor activo de la empresa de entretenimiento de Rizzo. Por lo que no importaba qué bomba arrojara Cesare, este aprovechado no podía descartarlo fácilmente de su mano.

Inesperadamente, fue Zahir y no Rizzo, quien dio una respuesta.

—Quizás ese abogado pueda serte de ayuda.

Cesare y Rizzo se volvieron bruscamente hacia la fuente del enigmático comentario. Zahir ya estaba sentado en el sofá del salón sin invitación del dueño de la casa. Cruzó una pierna sobre la otra y apoyó la barbilla en el reposabrazos.

Etapa Crítica (ABO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora