Capítulo 22
Las manos de Cesare, agitándose en el aire, se aferraron a la almohada. La espalda de Zahir se estremeció al contacto, y sus labios se curvaron en una suave sonrisa mientras lo observaba. Luego, apretó la polla contra el palpitante agujero del culo de Cesare y frotó su vástago, ahora duro y ardiente, contra la ingle del Omega.
Zahir ya había hecho todos los preparativos, y alquiló el corazón de Cesare. Cada gesto le hacía sentir como si todo su cuerpo se retorciera de excitación. Con la situación ahora completamente al revés que antes, Cesare se mordió el labio.
Zahir susurró al oído de Cesare con voz burlona y pausada, sabiendo muy bien lo que pensaba Cesare.
—¿Quieres que deje de hacer esto y te meta la polla?
—¡Mierda... hazlo ya, maldita sea!
Sus palabras salieron por reflejo, entonces Zahir aprovechó y golpeó con fuerza el jugoso trasero de Cesare.
—Incluso para alguien tan fantástico y perfecto como tú, Cesare... decir palabrotas es malo.
—¡T-tú, maldito seas... UGH... AHH!
Cesare gimió cuando la polla contundente se abalanzó sobre él como un arma. De alguna manera, la puerta trasera de Cesare estaba más cerrada que antes. No, en realidad, era porque la polla de Zahir estaba más dura y más grande. Por ende, Cesare podía sentir cómo se expandía en tiempo real, incluso mientras le penetraba.
Todo el cuerpo se estremeció cuando Zahir empujó, estirando los pliegues de las paredes internas y hundiéndose hasta la raíz. Entonces una sensación de hormigueo se extendió por las puntas de los dedos de manos y pies cuando la cama sobrecolchada se ajustó a su cuerpo, rozando ligeramente su pene erecto y sus pezones.
Los ruidos de la trituración y los empujones hacían que Cesare quisiera taparse los oídos, pero ya era bastante difícil mantener la postura erguida con la cintura crujiéndole tan fuerte debido al constante movimiento y al dichoso placer que se extendía por todo su cuerpo.
Y cada vez que Cesare bajaba la cintura, Zahir tiraba de ella con fuerza, creando un hueco por el que podía penetrar aún más profundamente. Zahir golpeaba entonces con su polla en el hueco, aparentemente con la intención de hundir su pene en la pequeña abertura, hasta los cojones.
—¡UGH... MMGH... AAHHHH!
Zahir se sacudió contra el agujero del culo de Cesare, como si fuera a destrozar las entrañas de este. Aunque sólo era la segunda vez que practicaban tener sexo, Zahir parecía saber dónde estaban las zonas erógenas de Cesare, lo que le proporcionaba un placer extremo.
Además, las feromonas pesaban mucho sobre el Omega. Antes de que Cesare se diera cuenta, se mecía sobre sus propias caderas, aceptando cada movimiento del Alfa.
La sensación de la polla de Zahir llenándole el agujero era incómoda, pero su mente, ávida de placer, se sobrepuso a la incomodidad.
—Hmm, hmm, ugh... Ahí... MÁS... ¡MÁS DURO!
—Cesare, estás tan apretado... ¡¡UGH!!
Sus jadeos y gemidos alternados asaltaban los oídos de Cesare. Con cada entrada y salida de la polla de Zahir, una turbia mezcla de semen y jugo de amor goteaba de entre las piernas de Cesare hasta la cama. Este último se tensó y puso toda su fuerza en la puerta trasera, haciendo que Zahir gimiera y enterrara su hombría en sus húmedas entrañas.
***
Una bomba de baño en agua caliente soltó una gran cantidad de espuma mientras el cuerpo de Cesare se hundía lánguidamente en ella, y con un largo suspiro, inclinó su cabeza tranquilamente contra el borde de la bañera. Entonces Zahir se le echó encima y le dio un beso rápido en los labios.

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Etapa Crítica (ABO)
PoetryEl galán internacional Cesare Caruso esconde un secreto: es un Omega dominante. Un día, su calor lo golpea inesperadamente en un baile de máscaras y se ve arrastrado a un apasionado encuentro con un misterioso Alfa. Cesare se consuela al saber que l...