Final

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Capítulo Final


El exterior bullía de actividad, los sonidos de todo el mundo moviéndose resonaban en sus oídos. En medio de aquel alboroto, Cesare se vio en el espejo que tenía frente a él.

Su reflejo, adornado con maquillaje en el espejo extravagantemente decorado, era cautivador. Aunque el maquillaje de los ojos parecía un poco excesivo, no alteraba significativamente el aspecto de Cesare Caruso tal y como se le veía habitualmente en la pantalla.

Sin embargo, al ver el boutonniere prendido en su traje blanco, Cesare sonrió con rigidez.

«Matrimonio.»

Era una palabra que nunca pensó que asociaría consigo mismo. Siempre había pensado que la palabra "familia" no era más que un obstáculo en su vida, pero elegir el primer paso de ese ritual por su cuenta le resultaba extraño y desconocido.

Los suaves y largos dedos de Cesare se posaron inconscientemente sobre su abdomen. No podía saber si el corazón del niño latía o no, pero el simple hecho de saber que llevaba una vida dentro de su cuerpo era fascinante y la misteriosa presencia de esa nueva vida hacía que este matrimonio mereciera la pena.

Toc, toc.

Alguien golpeó ligeramente la puerta dos veces antes de que entrara un guardaespaldas vestido con un traje negro. Quien con el pelo recogido, sonrió a Cesare, haciéndole un gesto para que saliera. Incluso Cesare, que normalmente no se dejaba intimidar por las multitudes, respiró hondo antes de pararse en la puerta, listo para enfrentarse a la multitud.

En comparación con la relativa tranquilidad de la sala, el exterior bullía de actividad. Entonces cuando Cesare salió, un aluvión de flashes de cámaras surgió de todas direcciones.

Los fotógrafos se reunieron para captar la boda del siglo entre el único príncipe de la nación y la superestrella mundial Cesare Caruso. El número de fotógrafos que se extendía justo desde su lado hasta la salida del edificio era asombroso, e incluso Cesare, acostumbrado a estar en el centro de los focos, se sintió desconcertado por el inimaginable número de objetivos de cámara que se le acosaban desde el pasillo en adelante.

Pero no había tiempo para dudar debido a las luces intermitentes. Su boda con Zahir estaba siendo retransmitida en directo a todo el país. Había cámaras delante, detrás y a ambos lados para captar el acontecimiento. Luego, mientras se abría paso a la abrasadora luz del sol, un helicóptero de noticias sobrevolaba el lugar.

Más allá de las zonas valladas reservadas para el acontecimiento, una multitud de curiosos llenaba todos los espacios permitidos, vitoreando salvajemente la aparición de Cesare escoltado por guardaespaldas. Algunos agitaban pancartas y gritaban el nombre de Cesare, eran una mezcla de ciudadanos que asistían a la boda de su príncipe y admiradores de Cesare.

—¡Por favor, por aquí! —instó un funcionario de la organización de la boda.

Siguiendo a su guía, vieron un jardín repleto de flores de colores alrededor de una fuente que rociaba agua fresca. Cesare Caruso y Zahir al-Tamid iban a celebrar su boda en esta zona del palacio de Kazar, la cual estaba bellamente decorada.

De pie frente a la gran carpa instalada para la jornada, Cesare se sentía sorprendentemente tranquilo, y no por falta de nervios. Nada de lo que veía y ningún sonido de lo que oía le causaban impresión, todos ellos no eran más que un borrón indistinguible de ruido blanco para Cesare.

Sólo la visión de Zahir de pie al final del pasillo era clara para él.

Vestido con la impecable indumentaria blanca tradicional, Zahir estaba allí de pie, ruborizado. Había abogado por llevar traje, alegando que el atuendo tradicional estaba pasado de moda, pero la tradición real no se doblegaba. Pero incluso sin un traje sofisticado, su bello rostro no sufrió menoscabo alguno.

Etapa Crítica (ABO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora