Cap. 33 Dime que me amas!

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Celia cumplió su promesa, estuvo pendiente en todo momento de Martha, aunque ésta ni enterada estaba, pero Celia se apoyo en la secretaría quien le decía todo lo que hacía Martha. Para la hora de la comida, Ximena iría por ella como quedaron, pero le dijo a Martha que estaba un poco retrasada y no sabía a qué hora se desocupaba, que pidiera un taxi y fuera a casa.

- Ya se va señorita?
M- Sí Lupita, nos vemos mañana.
C- Ya vas a comer Martha?
M- Mmm sí, bueno me voy a mi casa.
C- Ah... Te sientes bien? Te veo cansada.
M- Eh si un poco, no te preocupes.
C- Siempre me voy a preocupar por ti
M- ...
C- Ximena viene por ti?
M- Se suponía, pero le surgió un imprevisto y bueno ahora voy a pedir un taxi.
C- Si quieres te puedo llevar, no tengo una enorme camioneta como la tuya pero mi coche es cómodo.
M- Ah, no quiero causarte molestias.
C- Yo te estoy ofreciendo mi ayuda, así que no es ninguna molestia.
M- Pero tú vas a ir a comer!
C- No te preocupes compro algo más tarde.
M- Eh...
C- Está bien si no quieres ok... Mejor me voy!
M- Espera!
C- ?
M- Esta bien... Me puedes llevar a mi casa? (Espero no estar equivocándome)
C- Con gusto!

Durante el recorrido a casa de Martha, ambas estaban muy nerviosas. Celia quería hablar de tantas cosas, preguntarle de que la habían operado, pero no sabía si Martha respondería a sus preguntas. Por su lado Martha, solo quería detener el tiempo y estar así junto a ella sin nadie más, solo ella y Celia.

M- Eres feliz?
C- Cómo?
M- Con tu novia, eres feliz?
C- Mmmm pues la verdad, no sé!
M- Cómo qué no sabes?
C- Bueno es que si comparo la felicidad que una vez experimente contigo, con ahora, me queda claro que realmente no he sido feliz en los últimos años.
M- Pero si estás con ella es por qué la amas y te hace feliz, no?

Celia detuvo el auto, era ahora o nunca, si iban a hablar sería solo con la verdad.

C- Amarla?
M- No la amas?
C- No Martha, la quiero, pero no la amo!
M- Y por qué estás con ella entonces?
C- Para olvidarte?
M- Olvidarme?
C- Sí Martha, tu dejaste de amarme hace mucho, eres feliz con Ximena y yo de algún modo tenía que dejar de amarte, pero...
M- Pero?
C- Falle en el intento!
M- Fallaste?
C- Sí, por qué te amo y por más que intento olvidarte, dejar de sentir este amor por ti nada más no puedo y francamente ya me rendí, voy a amarte por el resto de mi vida, aunque tú ya no me ames.
M- Y quién te dijo a ti que yo no te amo?
C- Tus acciones, tú con tu forma de tratarme.
M- Pues al igual que tú tenía que tratar de olvidarte y dejar de amarte.
C- Al menos tu lo conseguiste.
M- No Celia! Yo te amo y mucho!
C- Como puedes decir eso sí estás con Ximena!
M- Porque pensé que tú no me amas, al menos eso me hiciste creer hace 5 años!
C- Entonces...
M- Te amo con toda mi alma Celia Molina.
C- Y te amo a ti Martha con todas mis fuerzas!

Lo habían dicho alto y claro, se aman!

C- Entonces es aquí cuando tú me besas?
M- O tú me besas a mi!
C- Jajaja

Martha se acercó a ella y por fin luego de tantos años, unieron sus labios probando ese dulce sabor que tanto recordaban, disfrutaron sentir la suavidad de sus labios, la sensación quemante de un beso lleno de amor y pasión.

M- Mmmm... Creo que mejor le paramos aquí.
C- Ay no!
M- Jajaja... Hermosa puede vernos un policía.
C- Ash! Odio que tengas razón.
M- Vamos a mi casa ya estamos cerca.
C- Eso me gusta más!

Durante el resto del camino Martha recargo su cabeza en el hombro de Celia y puso una mano sobre su pierna, ambas tenían una sonrisa de felicidad en sus rostros que no podían ni querían borrar.

Celia estacionó su auto y ayudo a bajar a Martha. Se tomaron de la mano y entraron a la casa. Una vez dentro Martha la invitó a sentarse, querían decir tantas cosas y al mismo tiempo solo querían seguir besándose.

El verdadero amor no desapareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora