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-¿Quién eres tú?- fue lo primero que preguntó -lo siento mucho, no quería asustarte así... se ve que eres una buena persona- comentó -eso no responde mi pregunta ¿Quién eres?- -me llamó Ethan- respondió- si no es indiscreción ¿puedo preguntar porqué andas sola por estos rumbos?- preguntó -mis amigos están en problemas y creo que estos momentos yo soy la única que puede rescatarlos- respondió -eso es muy valiente de tu parte pero alguien como tú no debería andar sola por aquí a esta hora- observó, Clarissa se encogió de hombros ante el hecho de que finalmente estaba afrontando sus mayores miedos en esos momentos -si bueno... para este punto ya me da lo mismo... eh sobrevivido a peores cosas- dijo -pero debe haber gente esperando por ti en casa eh...- intentó adivinar su nombre -Clarissa- se presentó- me llamó Clarissa- dijo, aquél chico solo la miró con una pequeña sonrisa -que bonito nombre- dijo- pero retomando lo anterior ¿no te están esperando en tú casa Clarissa?- -¿a ti no te esperan?- -fallecí hace 17 años... ¿tú qué crees?- Clarissa estaba ligeramente sorprendida -en conclusión lo que yo llevó de vida- dijo siendo consciente de que en otro contexto, ese chico bien podría ser su papá, o algún otro pariente- ¿y tú? ¿Qué haces por aquí?- -creo que lo mismo que tú, detener al malo y si puedo salvar a mi hijo en el proceso estaría perfecto- respondió -¿tienes un hijo?- no pudo evitar preguntar -así es, debe de tener tú edad- respondió Ethan con cierta nostalgia y para Clarissa ya tenía sentido el porqué la miraba de manera tan paternal -te debe de extrañar... ¿lo has visto?- -un par de veces, aunque él no me vea y su mamá está en lo cierto, se parece mucho a mí, aunque pensándolo bien, nadie me había podido ver antes, tú eres la primera persona que me ha podido ver en todos estos años-
Si a Clarissa le hubieran dicho que un fantasma cualquiera la habría ayudado a salvar a sus amigos; no se lo habría creído, sin embargo, a pesar de todo y de que era la primera vez que lo veía, Clarissa no podía dejar de preguntarse a sí misma de donde conocía a Ethan. Y es que de verdad tenía un aire tan familiar; Clarissa enserio sentía que ya había visto esos ojos verdes antes, pero no sabía de donde o cuando. Aun así, la castaña de perfectos rulos agradecía que este chico (o más bien fantasma) fuera alguien bueno y sobre todo, que la apoyará y la ayudara a rescatar a sus amigos y allí estaban, caminando al Hollywood Ghost Club en compañía de Ethan.
-¿entonces ese espejo es la clave de todo?- preguntó Ethan -así parece- respondió Clarissa- según tengo entendido ese fue el último acto de Caleb y falló, lo hubiera llevado al estrellato si no hubiera salido mal- dijo- se quedó ahí encerrado hasta que dejó de respirar, tardaron mucho en sacarlo de allí... supongo que nada bueno empieza cuando usas un clóset con espejo y pierdes la llave de un candado- -¿entonces fue asfixia?- -ajá- contestó la mexicoamericana- según Willie si rompes ese espejo, rompes el alma de Caleb y es todo- -¿pero así y ya?- preguntó Ethan -bueno es fácil de romper ese espejo, en teoría, yo me imagino que así es, tal vez lo más difícil sea poder llegar a esa cosa y sobrevivir en el intento, Willie también dijo que Caleb custodiaba bastante esa cosa, esa es la parte difícil- explicó -¿y estás segura de que quieres hacer esto tú? suena muy peligroso, no quisiera que terminarás herida o algo peor- -se trata de mis amigos, Ethan... a mi me puede pasar lo que sea, si vivo, si muero, no me importa... amo a esos chicos más de lo que me amo a mí misma y yo primero muerta antes que dejar que algo malo les pase- -está bien- cedió Ethan- no te voy a convencer de no hacerlo, pero si empiezo a ver que tú o tús amigos corren aunque sea el mínimo de peligro voy a intervenir y a encargarme de todo, de todos modos yo ya estoy muerto... y tengo... algo pendiente que resolver con Caleb- dijo encogiéndose de hombros- no preguntes- dijo al ver la cara de confusión de la adolescente -no planeaba hacerlo- respondió- yo entiendo esa parte ¿pero y tú hijo? digo, no sé lo que es estar muerto y ver a tú hijo crecer a pesar de ti mismo, pero si yo fuera tú, aprovecharía para decirle que lo amo- el fantasma la miró enternecido -sería genial si él pudiera verme... pero esos son sentimientos muy lindos de tú parte, espero que la persona que se llegué a enamorar de ti cuide muy bien de ese corazón tuyo- dijo- porque por lo visto esa parte de ti es muy especial y bonita- Clarissa solo pudo esbozar una sonrisa ligera -de hecho él ya lo sabe- dijo de repente- o eso creo, la verdad es que no se lo he podido decir, no expresamente al menos, ni con esas palabras- confesó -¿tú lo amas no es cierto?- y sorprendentemente, a Clarissa no le molestó que le preguntarán aquello nuevamente, en cualquier otro contexto lo haría y diría que el romance estaba demasiado sobrevalorado a su edad, pero en este contexto, siendo completamente realista, ya no le quedaba de opción el negarlo más, sobre todo si había riesgo de no regresar a casa esa misma noche en una pieza -¿se me nota mucho?- Ethan rio -tal vez, pero no te preocupes, yo tampoco sabía disimular en mi momento- observó con nostalgia -¿tú también la amabas verdad?- preguntó refiriéndose a la mamá de su hijo -nunca dejé de hacerlo- respondió- ni siquiera cuando se volvió a casar o cuando su nuevo marido adoptó a mi hijo y le dio su apellido- -eso debió ser difícil- musitó -tal vez, pero mi hijo necesitaba un papá y ella merecía ser feliz nuevamente y como puedes ver, yo no les puedo dar eso... ya no- -¿pero son felices?- preguntó Clarissa de repente- ¿tú familia es feliz?- -¿al final del día? desde luego, ella se siente amada y creo que mi hijo va por el mismo rumbo- Clarissa miró al ojiverde sorprendida -pues espero que esa persona lo haga feliz- Ethan solo pudo sonreír -ella es la indicada, estoy bastante seguro- dijo con un tinte de complicidad- llegamos- avisó estando a una cuadra del Hollywood Ghost Club, Clarissa se tensó ante aquellas palabras, siendo honesta, tenía más miedo del que quería admitir y esto, no había pasado desapercibido para Ethan -todavía puedes dejar que yo me encargué de esto, no tienes que hacer esto sola- insistió mientras le tomaba la mano a la chica de un modo muy paternal, lo que no era de sorprenderse puesto a que Ethan, fantasma o no fantasma, siempre sería un padre, incluso para alguien como ella, que ni siquiera la conocía para nada
