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Aquél día de escuela parecía ante los ojos de Dylan uno monótono de tantos; solo un simple día de miércoles al mediodía, un segundo periodo escolar como cualquier otro ¿cierto? bien, lo habría sido si tan solo Dylan no llevará toda la mañana con esa sensación asfixiante dentro de sí y lo peor de todo era que ni siquiera sabía el porqué de aquella agobiante sensación que no lo había dejado en paz en todo el día, ni siquiera en la clase de matemáticas y eso que era la favorita del castaño de rizos, estaba bastante inquieto y no sabía como mantenerse a raya, al menos no por más tiempo.
-oye Dy... ¿estás bien?- escuchó a Honney susurrar a su espaldas mientras el profesor explicaba el procedimiento de unas ecuaciones -si honn es que... no sé tengo un mal presentimiento que... no me deja- musitó ligeramente angustiado -James, Molina- les llamó la atención el maestro- ¿hay algo que quieran compartir con la clase?- pero antes de que alguno de los dos pudiera contestar, la secretaria de administración tocó la puerta antes de entrar -disculpe profesor, el director quiere ver a Honney Molina- tanto la mencionada como Dylan compartieron miradas confusas -de acuerdo...- murmuró la castaña levantándose de su asiento -ah con todo y sus cosas señorita Molina- le aclaró la secretaria -de acuerdo- dijo sin más honney mientras empezaba a guardar sus cosas
Aquello no hizo sentir mejor a Dylan; quería detener a Honney, quería que no fuera a la oficina del director, quería que se quedara con él pero, era como si no tuviera voz alguna en sus cuerdas vocales, sentía el cuerpo bastante pesado. No podía hablar y tampoco podía mover aunque fuera un solo dedo; solo pudo quedarse en su asiento viendo cómo Honney salía del aula, mordió su labio angustiado mientras su pierna izquierda no dejaba de temblar y lo peor de todo es que ni siquiera sabía porqué se sentía así o como frenar todo eso ya que al parecer, hasta clarissa lo estaba notando.
-oye ¿todo en orden?- le preguntó la chica de castaños rizos mientras dejaba a un lado su lápiz -no... no sé- contestó a duras penas -¿todo bien por allá? ¿Dylan, Clarissa?- preguntó nuevamente el profesor -disculpe profesor es que creo que Dylan se siente mal- fue lo único que pudo decir clarissa -muy bien, vaya con la enfermera a que le dé alguna medicina o lo que necesite ¿puede solo o que Jones le acompañé?- preguntó al ver el estado de su alumno -yo puedo- respondió Dylan con un hilo de voz- gracias- dijo antes de retirarse del aula
En cuanto el aire del exterior de la escuela golpeó su rostro levemente fue cuando Dylan sintió que finalmente pudo respirar; dejó salir una bocanada de aire mientras se sentaba en las escaleras de la entrada, trató de calmarse y lo estaba logrando... pero de un segundo a otro todo se fue por la borda y solo bastó con ver a Honney, a su alegre novia, salir de la escuela hecha un desastre emocional, activando todas las alarmas en Dylan... sabía que esa ida a la oficina del director no iba a traer nada bueno, sabía que debió detenerla.
