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La cuestión de un año podía parecer demasiado corta para planear una boda; sin embargo, cuando uno está tan enamorado de esa persona, realmente ese tiempo no es nada de que preocuparse. Pues retomando esta historia a un año atrás; específicamente a un mes antes de cierta aventura en busca de un diario de Barbie, antes de que Jesse buscará el regalo de Clarissa, Keith Skyler, también se encontraba en la búsqueda del regalo perfecto por excelencia y tal vez, si las cartas jugaban a su favor y todo salía bien... el regalo definitivo, sin embargo, Keith no quería decirle a nadie todavía sobre sus planes, pero necesitaba ayuda para escoger dicho regalo y por fortuna para él, no estaba solo en esto.
-gracias de nuevo por apoyarme con esto reese- agradeció Keith mientras caminaba junto con Clarissa por el centro de California -no hay de que, cualquier cosa que me haga procrastinar mi tarea es un sí de mi parte- comentó caminando a la par del pecoso- teniendo esto en cuenta, necesito un poco de contexto ¿Qué clase de regalo estamos buscando como para necesitar mi ayuda?- -bueno, de entrada necesitaba perspectiva femenina y tú literalmente eres la descripción de eso y dos, necesito discreción para esto y tú eres muy discreta, así que sí, eres la persona indicada para ayudarme- -okay ¿pero en qué específicamente? porque tratándose de un regalo para una chica, encuentras mucha variedad y necesitaré más detalles para poder ayudarte- dijo mientras detenía su paso a la par de Keith, el mencionado solo suspiró antes de mirar a Clarissa -¿prometes guardar el secreto?- -soy una persona discreta ¿no? te lo puedo prometer por mi abuela Clarisse, ahora dime- insistió antes de darle un trago a su café frío -le quiero pedir matrimonio a Meena- dijo de repente ¿y la reacción de Clarissa? escupir su café y luego gritar de la emoción, importándole poco que las personas a su alrededor la miraran raro-¿eso es un sí?- preguntó al ver la reacción de la latina, sobre todo, luego de que esta se tirará encima de él para darle un gran abrazo- yo voy a tomar eso como un sí- habló feliz mientras correspondía el gesto -tómalo como un estoy honrada de ayudarte en algo como esto y desde luego, cuentan conmigo para lo que sea que necesiten- dijo con una sonrisa mientras se separaba del abrazo -en parte también te necesitaba a ti para esto porque bueno, la última vez que Meena vino de visita aquí en California, tú y ella compartieron anillos un par de veces, eres de su talla, si a ti te queda el anillo, habré hecho algo bueno- explicó -desde luego, lo que tú necesites- -entonces no hay tiempo que perder-
La cosa aquí era que nadie le había dicho a Keith; que buscar el anillo de compromiso perfecto, podía ser mucho más difícil que encontrar un viejo diario de Barbie fuera del mercado y Keith ya no sabía que era peor: que los anillos que si le convencían no le quedarán a Clarissa o que los anillos que si le quedaban, o eran muy simples o muy costosos o incluso las dos cosas al mismo tiempo, enserio, Keith sentía que con cada cero adicional al precio de cada anillo que veía, era solo una razón más para que el saliera de cada joyería a la que entraba, en nada menos, que una ambulancia.
