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Cuando uno es niño; la navidad lo es todo, pues en su inocencia, cuando se es pequeño solo puede esperar a que santa llegue a sus casas a dejarles sus ansiados obsequios: sus ansiadas muñecas, sus ansiados videojuegos, etc. Pero, cuando uno crece el panorama cambia completamente; pues desde el momento en el que dejas de ser un niño, los regalos que esperas, te preocupan menos que los que quieres dar a tús seres queridos. Eso fue lo que le paso a Reggie; esa era su primera navidad siendo novio de alguien y ese alguien, no era nadie más que Honney Molina, su novia, la niña de sus ojos y la razón de su alegría diaria. La navidad estaba cerca y Reggie tenía un conflicto interno por lo que le iba a regalar a Honney y el entrar en aquella categoría de personas que siempre compran sus regalos a última hora, no le ayudaba mucho que digamos.
-no puedo creer que me arrastraste a toda esta locura- se quejó jesse a su lado mientras caminaban por los pasillos de Sears en busca de un regalo- espero que seas consciente de que me estoy perdiendo de un maratón de películas navideñas de Disney con Clarissa, yo podría estar viendo house of mouse mientras abue lydia me consiente con buñuelos pero no- se quejó -bueno estoy desesperado- admitió reggie- además pasas tanto tiempo con clarissa pero nunca le has dicho lo que sientes por ella, hasta le compraste un regalo... yo creo que deberías decírselo- -¿y qué me rompa el corazón en navidad? no gracias, quiero vivir- contestó el castaño de ojos claros -eres demasiado dramático ¿lo sabías?- jesse rodó los ojos -¿enserio? ¿tú estás de última hora llorando por un regalo y yo soy el dramático?- reggie no pudo evitar reír por el comentario- además es navidad, es una fecha feliz, para eso está san Valentín- -yo solo digo que podrías sacarle provecho al muérdago que papá y Hillary colgaron en la entrada de la casa pero le temes al éxito- se encogió de hombros para luego recibir un pequeño zape de su hermano menor -habla el que casi se hizo pipí cuando se le declaró a Honney- ambos rieron -si, no sé como sobreviví ese día- -te temblaban las piernas- recordó -el punto es que yo me arriesgué y ya sé que te aterra la idea de arruinar la amistad pero ella te quiere... te aseguro que no pierdes nada- su hermano suspiró antes de mirarlo -supongo que... podría intentarlo- reggie sonrió -y recuerda, sácale provecho a ese muérdago- concluyó para aprovechar el momento de distracción de su hermanito para treparse a su espalda de un brinco -¿así como tú siempre lo haces con el hecho de que soy más alto que tú?- preguntó con gracia mientras se aseguraba que reggie no se cayera- puedes apostarlo- ambos rieron de nuevo, porque aunque jesse era el menor, a veces parecía que reggie era el pequeño de los dos
Ambos continuaron el recorrido por varias tiendas en el centro comercial (y también en el centro de California) pero nada convencía lo suficiente a reggie; el problema en todo esto era que cuando Reggie pensaba en opciones, honney inconscientemente se le adelantaba, como a principios de mes, Shawn Mendes había sacado su álbum Wonder a la venta, Reggie había pensado en comprárselo a honney pero esta ya se le había adelantado. Bien el bajista de Sunset Curve pudo recurrir a la vieja confiable cuando de regalos para chicas se trataba: maquillaje, o es lo que podría funcionar si honney fuera femenina aunque sea en pequeñas cantidades, tal vez no como clarissa, pero la cosa era que honney no era alguien muy afecta al arreglarse, al menos no como su mejor amiga, quién no salía de su casa si no tenía delineados los ojos. Pero la realidad de las cosas era que Reggie llevaba ya mucho rato buscando, sin éxito y desesperado.