We Know every line! ♡

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En tiempos como estos me encantaría empezar esta historia con algo inspirador al punto de escribir algo capaz de robarte una lágrima desde la primera oración (y aunque sé que soy capaz de llegar a ese punto, no lo haré, al menos no del todo esta vez). Lo que si haré es contarte algo... bastante interesante.
Jesse Peters ama a One Direction; empecemos por allí, él ama a esa boyband más que a sí mismo y hasta un poco más de lo que ama a Clarissa (pero que ella no lo sepa) las canciones de ellos fueron las primeras que él aprendió a tocar en el piano, tenía todos los discos y cuando había concierto, su tía angie era la primera en apoyarlo para ir (ya fuera desde comprar ella misma los boletos y hasta acompañarlo) y claro como ya sabemos que la vida es bastante injusta, pasó el horrendo día del 25 de marzo, Jesse podía jurar que nunca se había sentido tan mal en su vida, tal vez siendo aquello lo que había desatado sus constantes bajones emocionales a largo plazo (cosa que tal vez suene exagerado, pero en defensa de, en ese entonces, niño con déficit de atención que por un momento había encontrado su lugar seguro y que de repente, ya no lo tenía, pues sí era bastante hiriente) y lo que siguió después no le ayudo en nada al pobre, fans que siempre mostraban su peor cara en internet e incluso peleas dentro y fuera del grupo... jesse siendo todavía un pequeño de doce años, había entendido que por su propio bienestar tenía que retirarse al igual que esos chicos británicos que habían despertado su amor por la música. Ya sé; prometí que esto no nos haría llorar, pero seamos honestos, tratándose de él, de ellos... es imposible no ponernos sentimentales.

Pero se sabía cada línea en cada canción...

Aun así la vida continuó para nuestro chico favorito; sacando buenas notas en el colegio, haciendo amigos, teniendo un hermano mayor cuando su mamá se volvió a casar, haciendo una vida y, no menos importante, enamorándose.
¡oh si! Jesse Peters se había enamorado y de nadie más que la mejor amiga de la novia de su hermano: Clarissa Jones-Pérez. ¡Sep! nadie se podía creer que alguien como Jesse se pudiera enamorar de alguien como Clarissa, pero había sucedido, el cómo se había dado cuenta fue hasta algo bastante divertido, porque realmente no había sido un día extraordinario: Jesse recuerda perfectamente que era un soleado domingo en el que se encontraba limpiando el desastre que él llamaba por cuarto (cabe aclarar que no era por voluntad propia) todo eso mientras reproducía Take me home en su estéreo a todo volumen y las canciones cursis las cantaba como si de verdad las estuviera sintiendo, como si le estuviera diciendo a la castaña de perfectos rulos que de verdad amaba hasta el más patético detalle que componía todo en su ser y cuando se dio cuenta... digamos que el terror se había apoderado de él al punto de correr por toda la casa en busca de su madre (y en el proceso casi tirando a reggie por las escaleras, palabra clave: casi) pero como ya sabemos que a veces la vida puede ser peor que mis perros comiéndose mis sandalias, Jesse estaba en la friendzone y como ya sabemos que estar ahí baja demasiado el autoestima, jesse simplemente se resignó a ser el mejor amigo (que también amaba en secreto) de una chica bonita que también amaba a One Direction con su alma, pero es que hasta en eso eran bastante diferentes. Porque mientras el castaño ya había aceptado la idea de que no volverían, Clarissa estaba aferrada a lo contrario (y conociendo lo "mecha corta" que la latina podía llegar a ser, el castaño de ojos claros prefería dejarla seguir en su burbujita de ilusiones).

𝑰 𝑾𝒐𝒏𝒅𝒆𝒓 ☆♡||  𝑱𝒖𝒍𝒊𝒆 𝑨𝒏𝒅 𝑻𝒉𝒆 𝑷𝒉𝒂𝒏𝒕𝒐𝒎𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora