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En defensa de Jesse; no lo había pensado muy bien que digamos, de hecho, no lo pensó para nada y es que, realmente todo había pasado muy rápido, porque cuando apenas pensaba que ya habría procesado el hecho de haber subido a un escenario y sobrevivir en el proceso, realmente él no entendía como era que todos habían terminado en ese punto... como si sus traumas no fueran ya suficientes, como si todas las veces que pudo morir por culpa de su destartalado corazón no fueran ya suficientes. Se suponía que esa debía de ser la mejor noche de su vida; es decir, se había presentado en un escenario con sus amigos, con su hermano mayor y el pánico no lo había traicionado en el proceso, él había logrado eso, la chica de sus sueños había regresado, eso había pasado, no había sido ningún producto de su imaginación ni algún estúpido efecto secundario de toda esa medicación controlada que le había recetado Rafe cuando le dio el alta, no, Clarissa si había regresado y si se había presentado con ellos, eso era una realidad que Jesse no quería que se acabará al punto en el que estaba decidido a abrazar a Clarissa toda la noche si era necesario, no le importaba para nada, solo la quería a ella y ya, no había modo en el que algo saliera mal esa noche, Jesse no podía pensar en alguna manera en la que eso saliera mal ¿cierto? Pues no, todo había salido mal en el momento en el que habían abandonado el escenario luego de aquella presentación; de entrada, Clarissa había sido la primera en encerrarse en aquél camerino para cambiarse de ropa (aunque realmente a Jesse no le molestaba aquello, entendía que Clarissa todavía no estaba lista para las faldas cortas y que aquello meramente era un inicio a lo que sería su largo camino a la superación de un trauma posiblemente más grande que el de todos ellos juntos) sin embargo, no fue el mayor de sus problemas, ojalá lo hubiera sido, que su mayor preocupación esa noche fuera únicamente Clarissa, pero, como ya lo hemos visto anteriormente, las cosas no siempre salen como uno lo quiere.
-¿donde está Dylan?- fue lo primero que preguntó Honney cuando abandonaron el escenario, aun con la adrenalina y la emoción presente- eso fue genial- dijo ajena a las miradas preocupadas y algo aterradas de Willie y de Flynn, pero Jesse, si que se había dado cuenta -¿donde está?- se limitó a preguntar con seriedad, haciendo que el resto bajará los decibeles de emoción al ver su cara de seriedad -¿Qué pasó?- esta vez fue Julie quien había hablado -fue Caleb... pasó muy rápido- respondió Flynn con las manos temblando con ligereza, sabrá Dios que había pasado para que Flynn, quién rara vez se asustaba con algo, estuviera en ese estado -traté de detenerlo pero no pude... lo siento chicos- fue lo único que pudo decir Willie
Jesse no era el tipo de persona que perdiera los estribos muy fácilmente; pues si había algo que lo definía además del ser una persona neuro divergente, era la extrema paciencia que él tenía para enfrentar... bueno, básicamente la vida que un adolescente con TDAH que en algunas ocasiones no era capaz de regular sus emociones por sí mismo, podría tener día a día, enserio, él realmente no era de irritarse o de enojarse tan fácilmente ¿y actuar o reaccionar agresivamente? ni hablar, él ni en sus peores días era capaz de reaccionar así, eran literalmente, contadas las veces en las que Jesse llegó a perder el control y simplemente dejó que el enojo hiciera lo suyo y lamentablemente para Jesse, esta era una de esas ocasiones en las que por lo visto, el enojo iba a tomar el volante en la vida de Jesse Peters ¿la prueba de ello? sus nudillos blancos a causa de la presión que estaba aplicando al apretar con demasiada fuerza los bordes de una mesa que había por allí.
