Alex y yo nos encontrábamos admirando a la pequeña Michelle sentada sobre la cama, estaba a nada de cumplir sus seis meses y ya era capaz de sentarse de forma erecta y balbuceaba mucho. Sobre todo a sus juguetes. Estábamos fascinados por como la habíamos visto crecer.
Alex se acercó un poco a ella y la tomó del torso para darle un sonoroso beso en la mejilla. Le estuve hablando sobre los señores Paterson, quienes estaban interesados en la niña y el hecho de saber que podría irse le dio nostalgia. No quería dejarla ir.
—Estás segura que son buenas personas.
—Sí, creo que ellos son los indicados — respondí trayendo hacia a mí a Michie, la puse sentada sobre mi regazo y tomé sus manitas para jugar con ella —No pueden formar una familia y de verdad lo quieren.
—Tienen que dejarnos verla — musitó Alex, haciéndole muecas para que se riera.
—De eso no me olvidé de decirles — un olor desagradable llegó a mí y arrugué mi nariz — Creo que alguien necesita un cambio de pañal.
—¿Lo hago? — preguntó mi novio.
—No, yo me encargo — le sonreí.
Tomé a Michelle para recostarla en la cama y encargarme del pañal sucio, ella lloró porque no le gustaba estar inmovilizada. Intenté darle uno de sus juguetes de hule y pronto se distrajo con uno de ellos. Mientras cambiaba su pañal noté como Alex se quedaba recostado en la cama, viendo al techo con la mirada perdida, pensativo. La noche anterior habíamos descubierto lo que queríamos, con el expediente de Audrey averiguamos que en efecto su sangre era O+. Mia fue la que nos envió por mensaje de texto la información que nos hacía falta, el tipo de sangre de Elijah, la cual era O+. Como recordaba, el gen de la sangre tipo A+ era el dominante. En conclusión, Elijah no era hijo de Alex.
En un principio me sentí agradecida de que tuviéramos tanta suerte y que los tipos de sangre fueran diferentes, porque entonces no hubiéramos tenido ni una pista, pero lo habíamos conseguido. Sólo que al ver el rostro de Alex, tan decepcionado, supe que en su interior guardaba la esperanza de que Audrey no le hubiera mentido y que en verdad era padre de un bebé muy hermoso. Era triste verlo así. No pude sentir felicidad de que se desenmascarara una mentira pues Alex no se sentía bien con el hecho del engaño. Él, desde el momento en que se enteró del embarazo de Audrey, se hizo responsable, hizo lo mejor para su bebé y siempre tuvo en mente querer cuidarlo y apoyarlo. Ahora esos pensamientos se fueron directos a la basura y la ilusión de criar a un niño se le fue de las manos.
—¿Seguro que estas bien? — pregunté, quería que sacara todo ese sentimiento que no me había dicho. Si quería explotar, romper cosas o llorar, yo iba a estar ahí.
—No del todo — respondió sin mirarme —Estoy muy decepcionado. ¿Por cuánto tiempo viví una mentira? ¿Qué hice mal para que ella me reemplazara?
—No creo que hayas hecho algo mal — terminé de cambiar a la nena y la acerqué hasta Alex. Él la tomó en sus brazos para abrazarla — Simplemente ella tomó una mala decisión.
—Tengo que hablar con ella, necesita decirme la verdad, así como yo fui sincero con ella.
—Sí, Audrey debe de enfrentarte — torcí el gesto.
—No entiendo, quería mentirme toda una vida. ¿Cómo podía vivir así?
—No te preocupes por eso, lo descubrimos a tiempo y evitamos un problema mucho mayor — me recosté a su lado, Alex había recostado a Michelle boca abajo sobre su pecho, una pose muy tierna de ambos. Acaricié la mejilla de mi novio y lo obligué a mirarme a los ojos —¿Te duele mucho?
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Little bit of medicine, little bit of love. [Disponible en Físico]
Chick-LitAmy Miller, es una doctora interna en el Hospital San Martín de Londres que suele ser muy amable con sus pacientes a tal punto de crear conexiones especiales con ellos. No lo hace a propósito, ella sólo quiere ayudar, pero nunca tomó en cuenta las a...