Capítulo 45

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La Doctora Mcguennisse me había solicitado esa mañana para asistirla en una pequeña cirugía de mama. De la paciente había extirpado un ganglio que necesitaba ser analizado por patología, así que de eso me encargué yo después de la cirugía. De alguna forma me había convertido en la favorita de la Doctora Mcguennise y no podía quejarme, estaba aprendiendo mucho. Tal vez ella quería que me especializara en su área, pero estaba segura que las vaginas y las mamas no eran lo mío.

Caminaba por los pasillos del hospital con el ganglio, previamente sellado, en una de mis manos. La Doctora había sido clara: “No te detengas, necesitamos resultados lo más pronto posible y si tardas tal vez le quitas minutos de vida a la paciente”. Así que obedecí.

De repente dos caras conocidas aparecieron en mi campo de visión, estaban apresurados. Como me lo temía me interceptaron.

—¿A dónde vas? Necesitas ir a urgencias — dijo Nathan trotando en su mismo lugar.

—No puedo.

—¿Por qué? Hubo un accidente masivo, hay bastante sangre — el castaño me guiñó el ojo.

—Por Dios, está simpatizando con trauma* — dijo Mia entornando los ojos — La sangre ahora es su cosa favorita. ¿Vienes?

—¡Que no puedo! — alcé la bolsa donde llevaba el ganglio — Debo llevarlo a patología y si tardo… — las palabras de la Doctora se hicieron presente en mi mente — Le estaré quitando vida a mi paciente, abran paso.

—Diviértete con eso — dijo Nathan para correr en dirección a urgencias.

—Gracias — dije con el ceño fruncido. Esperaba que la Doctora Mcguennisse tuviera más cirugías ese día.

—Amy, necesito hablar contigo… necesito un consejo — dijo mi amiga antes de irme.

—¿Puede ser luego? — dije mirando la bolsa con preocupación.

—Sí… ¿tienes guardia esta noche?

—No, hoy voy a casa — dije rápidamente, seguía con la vista fija en la bolsa.

—A la hora del almuerzo en la cafetería ¿te parece?

—Perfecto… te espero ahí — le sonreí y luego me gire a paso rápido. Quería correr, pero era peligroso, podría chocar con alguien, se podía resbalar la bolsa o podría tropezar. Estúpido ganglio.

**

Al llegar la hora del almuerzo fui a la cafetería, donde Mia había dicho que quería hablar conmigo. Aun me preguntaba qué era lo que le sucedía. No fue hasta ese momento en que me preocupe. Había estado en una cirugía muy larga y eso fue lo único que tuve en mente por horas.

El chico de cabello castaño de repente se sentó a mi lado.

—¿Cómo estuvo urgencias?

—Te perdiste de un gran desastre, que quedó arreglado por nuestros Doctores titulares y en donde nosotros asistimos.

—Deja de presumir—  le saqué la lengua — Cuando llegue Mia te retiras, necesitamos hablar.

Nathan alzó una ceja.

—¿Qué sucede?

—No lo sé… ella quiere un consejo.

El castaño frunció el ceño.

—¿Estará bien? — preguntó con preocupación.

—Eso espero — suspiré pesadamente.

—Alex estaba aquí hace rato — me alegré al escuchar eso — intentamos localizarte pero estabas en cirugía. Paso a ver a Michelle y luego desapareció, dijo que llamaría más tarde.

Little bit of medicine, little bit of love. [Disponible en Físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora