Cuando nos acercábamos a la que era la sala donde preparábamos todo para la fiesta, Grace apareció de quien sabe dónde con varias pequeñas sillas de color amarillo. Me apresuré a ayudarla ya que sentí que en cualquier momento se le caerían.
—Son las últimas que faltaban —me dijo Grace mientras cada quien tomaba una pila de sillas.
—¿Ya está todo listo? —pregunté.
—Casi.
Llegamos hasta la puerta y al abrirla me sorprendí. Todo estaba muy bien acomodado ya. La decoración, la comida, las mesitas para los niños y en la mitad del salón colgaban varias piñatas. La música ya sonaba, pero no era la música infantil que Alex había mencionado, Erick había puesto algo que identifiqué como Kanye West.
—Es una fiesta para niños —le dije al castaño mientras dejaba las sillas en el suelo.
Él me dedicó una tierna sonrisa, como sintiéndose apenado, pero me contestó:
—Todavía no llegan.
—Tiene razón —lo defendió Grace, que se puso a mi lado.
Le lancé una mirada pícara pero luego me alejé para darles espacio. Mike y Kya entraron en la sala y abrieron los ojos con sorpresa al ver todo acomodado.
—Parece un salón de fiesta —dijo Mike mirando a su alrededor.
—Todo se ve hermoso. Me hubiera gustado poder ayudar —dijo Kya y luego se miró a sí misma—, pero no hubiera podido.
—No te preocupes —le dijo Mia acercándose a donde estaban los chicos—, gracias por venir a acompañarnos hoy.
—Si necesitan alguna ayuda extra, que no necesite levantarme o moverme tanto, puedo hacerlo —dijo Kya con una sonrisa.
—Claro, lo tendré en cuenta. —Mia asintió y luego miró a Michael—. ¿Es tu novia?
—Oh no —dijo él soltando una risilla. Kya también se rio.
—No, no, somos solo compañeros de habitación —explicó Kya.
Mia se rio y sus mejillas se encendieron por la imprudencia que había dicho. Me acerqué hasta ellos y les dediqué una sonrisa, disimulando que no había escuchado su conversación. Mia se volvió a mí y yo me apresuré a hablar:
—¿Ya te lo ha dicho Erick? —pregunté ladeando mi cabeza.
—¿Qué Alex y Dan se están encargando del payaso y que tiene todo bajo control? Sí —respondió—. No sé por qué, pero siento que hay algo sospechoso en eso, ¿a qué payaso contrataron que deben tenerlo bajo control? Eso me preocupa, tampoco quiero a un psicópata divirtiendo a los niños.
Solté una carcajada.
—No lo sé, Alex me dijo eso, ni si quiera sé para que ocupaba a Dan —mentí encogiéndome de hombros.
—Está bien. Por lo menos no hará falta el entretenimiento. —Mia suspiró. Luego lanzó una mirada a Mike y Kya que seguían frente a nosotras, pero ahora estaban hablando, encerrados en su propia burbuja—. Te lo han quitado, lástima —dijo en voz baja y negando con su cabeza.
Me reí.
—Michael nunca fue mío. Le gustaba coquetear, pero hasta ahí.
—Oh sí, ya recuerdo que tú suspirabas por otro. Créeme, Mike tampoco hubiera estado mal. —Se rio entre dientes.
Negué con la cabeza y me aparté de ella sin quitar la sonrisa de mi rostro.
Nathan estaba acomodando lo que hacía falta de las botanas en la mesa principal, mientras que Grace y Erick entre risas se pusieron a acomodar las sillitas alrededor de la sala. Todo estaba listo ya. Ahora solo faltaba que llegaran los pequeños y rezar porque la actuación que harían Alex y Dan fuera buena.
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Little bit of medicine, little bit of love. [Disponible en Físico]
Literatura FemininaAmy Miller, es una doctora interna en el Hospital San Martín de Londres que suele ser muy amable con sus pacientes a tal punto de crear conexiones especiales con ellos. No lo hace a propósito, ella sólo quiere ayudar, pero nunca tomó en cuenta las a...