Cap. 8: "Barreras"

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Hermione estaba desconcertada, al llegar a las habitaciones de los empleados, se había metido a la tina para bañarse y quitarse de la piel la sensación del pesado cuerpo de Malfoy sobre ella, la espantosa sensación de sus manos sobre sus pechos y en su intimidad... pero el problema fue que... en vez de sentir el asco normal que se debe tener para cuando alguien ha sido manoseado y tocado sin consentimiento, su cuerpo la traicionó, su cerebro también cuando se estremeció de solo recordar las malditas caricias y sobre todo cuando se percató que ella misma se estaba tocando en la ducha mientras pensaba en lo sucedido

Y lo peor, es que no se detuvo hasta que no terminó y terminar llorando en la bañera, se sentía sucia, pero ahora no por las manos del ex - Slytherin, sino por que ella misma se había tocado pensando en el modo en que él la había hecho sentir con el roce y la penetración de sus dedos, esa excitación insana que había tenido era incomparable y odió a Draco, lo odió como nunca en su vida y pensó que si así había actuado con el toqueteo de sus dedos, respondiendo a sus caricias ¿Como sería el tener sexo con él?

¡NO! No quería ni imaginarse que se fuera a desatar en la cama, si ella aceptara el asqueroso trato de ser su prostituta, pensaba mantenerse rígida e intentando no sentir nada, pero... pero... ¿Y si no era así? ¿Que iba a pensar Malfoy? ¡Que era una mujer hambrienta de sexo y pasión! Y eso era algo que no se podía permitir y mucho menos con él, por eso... por eso y por no caer bajo no podía aceptar ese trato horrible que solo a alguien con el cerebro podrido que Malfoy tenía, podría pensar semejante idea

-¿Hermione, estás bien? - Le tocó Anya el baño

-Si - respondió - enseguida salgo

Anya suspiró y se regresó a su habitación, para ella era difícil convivir con Hermione, no se conocían, ella había estudiado en Beauxbutton porque su padre era embajador de la comunidad mágica de Londres en París, así que no había estudiado en Hogwarts, en la academia de aurores había conocido a Harry y a los demás y hecho una buena amistad, pero sin otra cosa más, porque ella decía que aún no aparecía el hombre que la pusiera de rodillas, su carácter era distinto al  de la castaña, era menos preocupada y más relajada

Era igual de inteligente que Hermione, pero no se estresaba por memorizarse un libro en un día o saber todo, esas no eran sus prioridades, pero por algo estaba en la academia de los aurores, pero quería acercarse a ella y ser su amiga, la había admirado por su capacidad y heroísmo durante la guerra, pero bueno, quizás solo Harry era más accesible que la castaña... las dos compartía una misma habitación, Harry y Terry otra, al menos no estaban más amontonados que el resto de la servidumbre personal

-¿Como está Terry? - Salió Hermione del baño y se sentó a la orilla de la cama

-Mejor, para mañana dicen que estará como nuevo, pero no lo vimos, no nos dejaron

-Ah... ¿Lo van a mandar con alguien más?

-Lo ignoro, Harry se lo pidió a la directora, pero la verdad es que no se si ha accedido

-Debió ser horrible lo que le hizo...

-Ya Terry nos había contado que Gabrewsky emanaba fuego... pero no imagino si él nada más, no se si Diggory o Malfoy hagan lo mismo

-Oye Anya ¿Y no te ha dado miedo el estar junto a Cedric?

-Más bien curiosidad, eso de que esté vivo... es algo que... quisiera saber ¿Cómo pudo ser posible? ¿Tanto así es poderoso el renacer de un Nefilim? No me lo explico, por más vuelta que le doy, decían que no hay nada, ni la piedra de la resurrección hacía tal cosa, según los escritos...

-Parece como si nunca hubiera recibido un avada ¿Verdad?

-Exacto...

-Eso es algo maligno - suspiró Hermione - Aunque aquí haya partes que parecen angelicales, extrañas, por un lado lo gótico, por otro, las esculturas y los grabados de ángeles, los vitrales que semejan a una iglesia, la elegancia de los pasillos, casi todo sacro, los uniformes tan pulcros, tan blancos en las mujeres, tan oscuros en los hombres...  Pero eso no quita que sean unos demonios... demonios con caras de ángeles

Morphine, Blasphemy, SephirotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora