Morphine, Blasphemy, Sephirot

cap. 96: "¡Oh, si, flojito y cooperando"

El beso no se hizo esperar, Ryan besó los labios de Yeialel presionando con pasión y con fuerza, mientras rodeaba su cuello con sus brazos y se colocaba encima de él, mientras se dejaba llevar, el ángel probaba esas lágrimas tibias y saladas que aún descendían por el rostro del nefilim, poco a poco se intensificaban los besos y las caricias, poco a poco las manos de Ryan se metían dentro de la camisa de Yei y éste se sintió gratamente sorprendido

-¿Qué pasa contigo Ryan? Pensé que estabas cansado aún…

-Te necesito – susurró

-Yo también te necesito

-Pero…

-¿Pero? – Preguntó y le miró fijamente, el nefilim estaba sonrojado, ansioso, se mordió los labios de modo sensual - ¿Qué pasa Ryan?

-Yo quiero… quiero… tenerte…

-Aja…

-¿Me dejarás que sea yo quien te haga el amor? – Le preguntó casi bajito y Yei sonrió ampliamente mientras se levantaba y lo ayudaba a él, le abrazó con fuerza y le besó los labios con firmeza y con mucha pasión

-Tú… puedes hacerme lo que tú quieras Ryan

-¿De verdad?

-Yo soy tuyo por completo, así que quiero cumplirte tus deseos, tus antojos, lo que tu desees, quiero consentirte hasta el más mínimo de tus caprichos Ryan, porque quiero que lo seas, que seas todo lo caprichoso y voluntarioso que desees

Ryan sonrió y volvió a besarlo mientras que poco a poco se conducían hacia la cama, las camisas se deslizaban por sus torsos y aquellos labios se enfrascaban en una lucha amorosa, húmeda y sedienta, sus lenguas se enredaban y se deslizaban por el interior, acariciándose mutuamente, suspirando ahogadamente y pasando sus manos por sus cuerpos sin detenerse, por falta de aire, tuvieron que separarse un momento y sonrieron mutuamente

El nefilim estaba desatado, besaba el cuello de Yei, mordisqueaba su pecho, sus tetillas, seguía más abajo con su abdomen y vientre firme, el ángel también lo acariciaba, pero quería dejar que Ryan le hiciera lo que quisiera, por lo que era algo excitante para él, que por primera vez se dejaba hacer por su pareja, ya que ninguno anteriormente le había pedido semejante cosa ¿O sería que acaso que de ninguno de ellos había estado enamorado?

Obvio, cuando Yeialel había estado de rebelde y bajaba a la tierra o iba al inframundo… porque en el cielo, él era el único imperfecto dentro de tanta perfección y por eso lo habían echado, pero en la tierra, el ángel se desataba por completo ya que sus instintos sexuales eran altos e insistentes, pero ahora, era una nueva faceta, ahora, estaba enamorado y no le importaba nada, solo quería tenerlo entre sus brazos y que Ryan tuviera la libertad de hacer con él lo que deseara, como le había dicho, quería que fuera caprichoso… era su niño después de todo ¿No?

La desnudez en los dos era perfecta, sus cuerpos parecían esculpidos por dioses, el color de su piel, la textura, el sabor… recorrerse uno a otro con sus labios era maravilloso, el rubor que había en sus rostros era inusitado, porque era la primera vez que estaban plenamente seguro de sus sentimientos, por eso quizás los dos estaban en esa fase rara para ser los amantes que habían sido antes, cada quien por su lado, pero el calor de sus cuerpos, la fricción, el conocerse mutuamente, hacía que se encendieran sus pasiones

-Yei – susurraba Ryan mientras lo recorría de arriba abajo, hasta llegar a la zona deseada, sin dudarlo mucho, atrapando entre sus labios el objeto de su afecto, para darle un masaje primero suave y luego más fuerte, erótico, disfrutando de las bondades que poseía su ángel entre sus muslos, claro, las caricias eran recíprocas, porque también Yeialel le correspondía de igual modo, haciéndolo temblar de placer cuando se inclinaba para hacerle lo mismo, y gozaba escuchando sus jadeos, porque sabía que lo estaba disfrutando