Morphine, Blasphemy, Sephirot

Cap. 66: "La sesión, el inicio"

Si… Ryan había acertado… de repente la puerta se abrió y apareció el pervertido ángel ese, con una sonrisita de autosuficiencia, los ojos brillantes y ese rostro tan angelical que si no fuera por sus malas intensiones, otro cantar sería… cerró la puerta y le miró con un deseo profundo en sus ojos, el nefilim no pudo objetar nada, lo único que le quedó fue excusarse, ir al baño y aspirar polvo de hadas, mientras que intentaba reprimir unas lágrimas… ese sería su infierno, pero esperaba que Yeialel se quemara en él tarde o temprano…

Porque lo que era en la habitación de Jesse, este se rehusaba a dejar ir a Terry, besándolo con muchos ímpetus, perdiéndose en su cuello y arrancándole suspiros alocados y ahogados, pero claro, éste seguía sin aflojar más allá de dejarse tocar acaloradamente, puesto que era tarde ya y debía regresar con sus niños, digo, con los hijos de Jesse, pues Luna seguramente ya tenía rato que no estaba ahí…

Y era cierto, la rubia estaba en los brazos de Andrew, besándolo apasionadamente, enredada en sus piernas y en sus brazos, era increíble como es que esa mujercita podía enloquecerlo de ese modo, era extraño, desde su viudez, nunca, nunca ninguna otra mujer mucho menos humana, le había logrado bajar su humor de tal modo, ser diferente a un nefilim frío y sin sentimientos, al contrario, se estaba convirtiendo en uno ardiente y diferente…

-No deberíamos estar haciendo esto – dijo Andrew con dificultad

-¿Por qué no?

-Porque no es correcto, eres una mujer joven, soy mayor que tú, siento que me aprovecho de la situación y que me estoy condenando por hacerte mía

-Yo no te estoy pidiendo nada, me gusta hacer el amor contigo, quiero hacerlo mientras esté aquí, sería un hermoso recuerdo…

-¿Acaso no tenías un novio de tu edad?

-Lo terminé, no me interesaba lo suficiente – Sonrió la rubia abrazándose más a su cuerpo y haciendo que fueran una sola piel – Ahora tengo otros intereses más adultos y menos infantiles, ahora te quiero a ti, ahora

-¿Sabes que me enloqueces demasiado?

-¡Quien lo diría! – Soltó Luna una risita y le besó nuevamente mientras enterraba sus dedos entre la espesa cabellera de aquel hombre, no le importaba desatarse, ser libre sexualmente, ser otra, sabía que cuando saliera de ese colegio, no volvería a verlo, por eso quería ser libre, entregarse a Andrew por completo, mostrarse como la mujer que era, no como una niña, porque ya no quería ser más eso, quería cambiar, se diferente, ser audaz y atrevida

Por eso no le importaba mostrarse desnuda y en plenitud frente a él nefilim, quería demostrarle que podía tomarla con confianza, que su cuerpo era suyo, que podía satisfacer sus necesidades de hombre, que ella era mujer capaz de todo, así que al menos fue ella quien siguió excitando a ese hombre, besando y mordisqueando sus labios con ímpetus, lamer sus labios y recorrer su cuerpo masculino con sus manos

Claro que Andrew a esas alturas ya estaba más que caliente como para echarla de su lado, el frágil cuerpo de Luna era un delicioso bocado, así que no dudó en tenerla bajo su cuerpo y acariciarla por completo, besarla desde el cuello hasta los pies, haciendo que Luna pareciera más voluptuosa y más deliciosa con cada mordisco, pero poseerla era lo más increíble que pudiera existir para él, penetrarla y entrar en ella, era tan exquisito

-¡Oh, Luna! – Murmuraba Andrew mientras comenzaba con un ritmo sensual y apasionado, un baile perfecto sobre el cuerpo de la pequeña rubia, aquello no podía ser más intenso y más enardecido, los dos en un movimiento perfecto, Luna se aferraba a sus brazos, no le importaba jadear sin control, no le importaba demostrarle a su hombre de lo que era capaz de hacer, que sabía ser mujer y cumplirle todos sus caprichos…