Morphine, Blasphemy, Sephirot

Cap. 6: "Un secreto en la torre"

-Necesito que se acomoden esas treinta cajas de libros en mi biblioteca personal, así mismo, que se limpien todas las armas que están en la bodega y por supuesto, que llamen inmediatamente a Draco Malfoy, Cedric Diggory y a mi hijo…

-Si señor Gabrewsky – dijo Mione inmediatamente, eran las siete de la mañana y esa visita inesperada del dueño del colegio le había llegado de sopetón

De inmediato la directora encargada mandó a llamar a los muchachos, pero al menos Cedric y Draco llegaron inmediatamente, ni habían desayunado siquiera pero ya estaban ahí, de pie, con sus uniformes perfectamente puestos y pulcros, ambos eran altos, casi de la misma estatura y por supuesto, con la misma belleza física

-Buenos días señor Gabrewsky – saludaron

Andrew Gabrewsky les miró y frunció el entrecejo al ver solo a dos de los tres que había mandado a llamar, de echo, el padre de Jesse y la difunta hermana gemela Jessie, no parecía tener un hijo de veintitantos, los dos parecían unos malditos traga años, podría decirse que parecía más su hermano, pero la realidad era otra

-¿Y mi hijo?

-Eh… ¿Y Bam… Jesse?

-Me vine tan aprisa que no pase por él – susurró Draco – Anoche lo dejé dormido en su habitación, bebió alcohol

-¡Joder! – susurró Cedric

-¿Dónde demonios está mi hijo muchachos? ¿Acaso no se los encargué a ustedes?

-Pues si pero…

-Como era muy temprano y la llamada fue urgente, no pasamos…

-Mione, te encargo a mis tesoros… bueno, los de Jesse, porque al paso que va y no responsabilizarse, creo que me corresponderá…

-Por supuesto señor Gabrewsky

-Vamos enseguida a buscarlo, ese maldito irresponsable ¡Tengo algo para ustedes! – Dijo Andrew y avanzo con paso firme rumbo a las habitaciones, ver pasar al nefilim más puro era un deleite porque era mucho más hermoso en persona, es más, verlo acompañado por Cedric y por Draco era de por sí un deleite ¿Cómo podría existir tanta belleza? Eso los dejaría ciegos, seguramente un nefilim puro, era imposible de ver por su perfección

-¡Potter! – Llamó Mione a su secretario

-¿Dígame? – Apareció el moreno, la entrada era dura, tenía que estar antes de las siete de la mañana listo para lo que le ordenara la patrona, digo, la directora encargada

-¿Ves esas treinta cajas?

-Eh… si…

-Son todas tuyas, aquí está el despacho del dueño y quiere que acomodes todos estos libros por orden de colores y series, obviamente están en lenguaje angélico así que no te molestes en intentar leerlos o descifrarlos

Harry miró las cajas… si… eran treinta… pero eran      ENORMES para nada eran cajas pequeñas, el ojiverde pensó que ese trabajo de secretario no estaría nada bien y que trabajaría mucho más que en toda su vida, él, que había derrotado al señor oscuro, ahora estaba de… sirviente, mucho más que de secretario

-Y te apuras, porque luego te dedicarás a pulir todas las armas nefilim antes que empiecen sus prácticas ¡Órdenes del dueño!

Harry hizo un gesto, pero luego tuvo dudas ¿armas? ¿Prácticas? ¿Por qué? ¿Qué no eran pacificos? No protestó más, porque no quería levantar sospechas, así que asintió simplemente, suspiró y comenzó a abrir las cajas, mientras que Mione le lanzaba una miradita de pies a cabeza, pero ella también tenía que hacer en la otra sala, en donde estaban los tesoros de los Gabrewsky, el linaje más puro de los nefilim