Cap. 11: "por una muñeca"

15 2 0
                                    


Era curioso... los pasillos lucían solitarios, solo se escuchaban como especie de rezos, al ir pasando por los salones, en algunos, susurros y murmullos, seguramente de profesores y de alumnos, los niñitos se llevaban a Terry por los pasillos laberintosos y posteriormente, la subida a la torre, pero antes llegaron a una especie de elevador y el pequeño puso su manita en una barra, la puerta se abrió y los niños entraron y jalaron al muchacho, éste se sintió un poco angustiado, los niños parecían unos angelitos, así que se dejó guiar

La puerta del elevador se abrió y ellos salieron, estaban en la torre, era algo extraño, todo era distinto a lo que había imaginado, pero la torre parecía más... una guardería, claro, solo con esos dos niños, pero todo estaba lleno de color, pinturas, pergaminos con dibujos, juegos, un par de camas en otra sección de la habitación, era extraña la situación, se acercó a una pared y vio muchos dibujos, en uno de ellos, había uno en el cual, estaba un adulto con dos niños sujetándolas de sus manos, los tres con cabellito rubio

-¡Juguemos! - Saltó el niño - ¡Vamos a jugar!

Terry sonrió apesadumbrado, sin saber que hacer, pero se quedó con ellos, temiendo que cuando Jessie o Jesse lo descubrieran, le fuera muy mal, pero los rostros de los querubines provocaban tanta paz, tanta ternura, que se quedó ahí, embobado con ellos, mientras les seguía el juego, parecía que los niños lo que querían era mucha atención por eso habían bajado a los pasillos del colegio... Se notaba la falta de atención, además eran niños extremadamente inteligentes, parecía que no soltaban prenda, porque por más que él intentó preguntarle cosas, ellos siempre salían con sus juegos y no respondían nada

Completamente embelesado por ellos, eran hipnotizantes, simplemente el hecho de mirarlos, era para quedarse contemplándolos todo el día, pensando que en cualquier momento saldrían las alas de su espalda y entonces echarían a volar por la ventana, sin duda, él tenía sobrinos por parte de su hermano mayor, así que sabía más o menos como tratar con niños de su edad, no se le hizo difícil jugar con ellos, pero claro, siempre con el temor que lo descubriesen y le llamaran la atención, estaba en un extraño lugar prohibido ¿Porqué? La torre solo guardaba dos preciosos niños y ningún arma peligrosa

Unas horas después, Terry regresó aprisa a la habitación de Jessie y al entrar se quedó helado, "ella" estaba ahí mirando la amplia cama y las muñecas, el muchacho pensó que le iría muy mal por no estar ahí, pendiente a lo que necesitaran, Jessie se volvió a verlo con los ojos más gélidos que pudiera haber visto, los mismos que le echara cuando estaba en la enfermería...

-Me falta una muñeca - le dijo Jessie - ¿Dónde está?

-No lo se, yo las limpio y las acomodo, pero ignoro cuántas son...

-Me falta una - se acercó a él "molesta" - Son muñecas extremadamente caras, algunas son antiguas, casi reliquias, tienen valor incalculable... Pero la que me interesa más ¿Dónde está?

-No lo se - susurró, no diría que estuvo en la torre, temía que le fuera mal - Es que no sé a cual se refiere la señorita, son muchas, yo no las distingo - Carraspeó y se puso tenso ¡Que tino de la pequeña en tomar precisamente esa! Aunque, si hubiera sido otra ¿Igual y se hubiera dado cuenta?

-¿Sabes que entonces no solo Hermione Granger tendría una gran deuda sino tu también?

-Si...

-Devuélvemela - le dijo entre dientes y se acercó amenazante - Es mi muñeca favorita...

-Yo no la tomé - Respondió ruborizado pero con voz firme y serena - Seré todo lo que quieras, pero no acostumbro a tomar cosas que no son mías, puede revisar mi habitación si gusta... pero si cree que yo la sustraje, pues... no puedo hacer nada, haga lo que crea conveniente

Morphine, Blasphemy, SephirotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora