Morphine, Blasphemy, Sephirot

Cap. 50: "Esos encuentros cercanos"

A los pocos minutos, Hermione, Harry y Anya llegaron casi juntos y los tres se fueron a sus obligaciones antes de ir a sus clases, Harry entró de prisa saludando a Mione, aunque un poco ruborizado, se metió al cubículo para revisar sus obligaciones ese día, esperaba que no fueran muchas porque ya hasta alergias le tenía a los numerosos pergaminos o al líquido limpiador de las armas, suspiró y comenzó a leer la vuelta, cuando de repente sintió que alguien se ponía a sus espaldas y al volverse se vio atrapado en unos brazos femeninos y su boca invadida por otra

-¡Directora! - Jadeó pero ella rodeó su cuello con sus brazos y besando con intensidad esos labios masculinos con engolosinamiento, el chico fue aplastado contra los archiveros mientras Mione le devoraba los labios y éste solo agitaba sus manitas porque le daba no sé qué apartarla, así que se dejaba querer, pero saltó cuando ella metió las manos bajo su ropa acariciando su abdomen, vientre y quizás más abajo - ¡Hey!

-Me tuviste abandonado todo el fin de semana, pero que ingrato eres, además, ya me contaron que andabas de ofrecido con las perras, digo, con las lobas esas de Saint City ¿Qué? ¿Te gusta que te arañen, que te muerdan, que te traten sádicamente? Yo también puedo hacer eso - Y sin miramientos le mordisqueó el cuello haciendo que Harry gimiera escandalosamente y eso fue suficiente para encender los ánimos y el deseo

-No, aquí no - Protestó Harry - Es muy temprano...

-Mejor, así veo bien tu carita mientras te hago mío - sonrió Mione quien no era necesario que usara fuerza bruta, ya que Harry tan caballeroso que era, no podría ser capaz de agredirla (Y que ni lo intentara o se quedaba sin manos y sin pelotas)

-¡Señorita Malfoy! - Dio un grito ahogado cuando sintió un claro manoseo y luego siendo empujado sobre el escritorio que había empujando todo a su paso para liberar el sitio, su espalda golpeó con la dura superficie, pero era claro lo habilidosa que era Mione para quitar la ropa porque Harry de repente se vio con todo desabrochado mientras ella se encargaba de besuquearlo por todos lados, mordisqueándolo y lamiendo por donde se le pegaba su gana, haciendo que el pobre e inocente hechicero, pues aunque no quisiera se le pusiera duro el... pensamiento...

Así que la directora, pervertidora de Hechiceros dulces, inocentes y tiernos (Por eso la queja de Ryan se la iba a regresar con sus mejores deseos) no dudó en disfrutar del cuerpo del pelinegro debido a que no se iba a poder esperar hasta la noche, finalmente ella era su jefa, así que iba a hacer lo que ella ordenara, quisiera o no quisiera, así eran las cosas... Aunque Harry no se podía quejar, Mione era capaz de subirlo al cielo, por lo cual, se dejó llevar, una vez comprendido que hiciera lo que hiciera no se iba a poder quitar de encima a esa mujer

Para cuando Harry se presentó antes de las nueve a las clases, iba con sus piernitas temblando, todo desarreglado y con tremendo chupetón en el cuello que no había notado, al menos él, porque el resto bien que se dio cuenta de lo que tenía en su cuello y solo murmuraron ¿Quién podría habérselo hecho a esas horas de la mañana? ¡Ese hechicero tan pecaminoso y lujurioso! ¡Que invitara a la fiesta!

Cedric esa mañana casi no le dijo nada a Anya, solo le miraba ir de un lado a otro, haciendo sus deberes, con una breve sonrisa, en ocasiones le miraba y le entrecerraba los ojos ampliando más la curvatura de sus labios, deseó besar esa boca con sabor a fresa, pero se contuvo, no debía ser tan insistente y presionarla, bueno, Anya siempre parecía estar dispuesto a complacerlo y en el fondo le disgustaba un poquito ¿Porqué? El castaño terminó de ponerse guapo y salió de la habitación para sus clases, pero antes pasó a la habitación de Jesse, pero éste ya no estaba, así que se siguió rumbo al aula

Sin embargo algo curioso pasó en el camino, de repente los pasillos parecían más oscuros que de costumbre, se le hizo raro no ver a nadie rondando los pasillos, quizás ya muchos estaban dentro de sus salones, pero era extraño no ver a nadie más, siguió caminando cuando de pronto se detuvo en seco, en medio del pasillo vio con horror que había una niñita tirada en el piso, intrigado y extrañado, se acercó rápidamente y se inclinó hacia ella ¡Era la misma que había visto de modo tan extraño! Pero ahora lucía tan real, con ese cabello castaño tan largo que podría llegarle a las rodillas, el rostro con esa piel de porcelana, pálida, de rostro hermoso y pestañas largas