Orgulloso Silencio ©✔️

Capitulo 16

TÁMARA

No sabes lo que siento, no te atrevas a decirme que pronto voy a estar bien. Cuando ambos sabemos que no es asi.
-Dani Marcano.

Me encontraba otra vez en una de esas fiestas que me prometí jamas volver a pisar. Mi cabeza era un desastre y tan solo queria olvidar, de la única manera que me había permitido conocer. Ya llevabañ unos cuantos tragos desde que habia llegado y me adentre en un juego que mi amiga me convenció jugar: la pelota en el hoyo... O... El hoyo en la pelota, algo así se refería.

—Mire a quien tenemos aquí — me gire a ver de donde provenía esa voz — Jamas pense verte tan reluciente esta noche. Te va bien el corte en la mejilla.

No me había fijado que se notara tanto, pero aún así lo tome como un cumplido.

—Gracias.

Mario se acerco y le pidio una bebida a el bartender. Nos miramos unos segundos hasta que el decidió hablar otra vez.

—Ah de decir que no me esperaba eso de ti, pequeña. — sonrió con picardía.

—Pss que pena, por que soy la chica mas interesante que has conocido.

—A puesto que si — su acento — Y Dime ¿Que te llevo a partirle la cara a Katerin?

—Nada importante. — aseguré.

—Dicen que fue por Iván — me miro fijo sin ninguna expresión, esta vez serio de repente.

Bufé.

—No, que va, jamas me atrevería a pelear por algo tan insignificante como Iván.

—Crees que no se lo que pasa entre ustedes.

—Tu que crees que pasa — replique.

Coloqué mis manos por encima de la barra y las entrelace sin apartar la mirada de sus ojos. le dio un sorbo a su bebida sin dejar de mirarme; sentí como una corriente eléctrica me recorrió todo el cuerpo provocando una especie de euforia, mis nervios se alteraron, pero no los deje que se apoderaran de la situación. Mario es un terreno desconocido donde yo me atreví a entrar. Sin dudas que me daba intriga recorrerlo por completo.

—Pense que te gustaba pero ya veo que, lo que los dos comparten no es mas que odio mutuo.

—Yo no lo odió — Murmuré.

—El dice lo mismo. Asi que, Dime tu que pasa entre ustedes — volvió a embozar una sonrisa — Y si es asi, ¿Porque simplemente no te deja tranquila?

—Supongo... Que hay que tener a los enemigos cerca ¿No? — sonreí —Puede que este caso no sea los mismos jugadores pero siempre es el mismo juego.

—Incluso las amenazas forman parte del juego, Támara — mi sonrisa desapareció apartando la mirada.

Podía sentir la suya taladrarme la piel, hasta que sentí sus dedos fríos marcarse en mi muslo, que se contrajo de dolor, pero que a su vez, temblaron de pavor.

¿A que se estaba refiriendo?

—¿De que hablas?

—Pronto sabrás de lo que hablo, Piuthar  — dijo cerca de mi oído, un susurro que yo nada mas pude escuchar.

Mire a donde el se encontraba. Ya no estaba. Se había esfumado dejandome miles de preguntas ¿Acaso estará borracho?

De cierta manera lo que Mario se estaba referido fue una amenaza. Clara y concreta. ¿De quien? Por otro lado, estaba su acento. Se me hacia conocido y no lo habia notado antes ¡¿Porque no me quede en casa a hecharme a llorar como lo habia hecho siempre? ¿Que ha cambiado esta vez? Al pensarlo baje la mirada, observando mis píes como si estuviera en una especie de "momento de descanso" como solían hacerlo en la escuela. Presione las manos a mis costados, sintiendo como aquel dolor se amortigua con la de mis recientes heridas, tense la mandíbula solo de pensar en lo que había pasado esa tarde. Mi mente se nubló en escenas que solo había vivido una vez en la vida, pero que se mezclaba con todas aquellas que había logrado ver.