Capitulo 28

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IVÁN

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El dolor de cabeza era horrible, pero nada comparado con el que sentía mi pecho. No solo por ese vacío que sentía de repente, sino que también...

—Por suerte, Iván. Solo tienes pequeñas fisuras, lo que me preocupa son tus costillas — me hablo el doctor.

—Mis costillas están bien ¿Como esta tamy?

—Ella sigue sin despertar, la hemos anestesiado lo suficiente para que la conmoción en el cerebro pueda desaparecer con más rapidez — me explico el doctor.

La escena del accidente no lograba recordarlo con exactitud. Ahora parecía yo el que sufriera de amnesia, pero eso no me importaba. Solo quería que Tamy estuviera bien y que recordará lo que paso antes del accidente, porque eso iba a determinar si iba a la cárcel o no. Pequeño fragmento aparecía en mi cabeza, claro, pero no podía obligar a mi cerebro a recordar. Los dolores de cabeza eran horribles y necesitaba recuperarme.

El muy hijueputa que habia atacado a Tamy en el callejón había salido ileso del asunto, pero mi hermano estaba haciendo todo lo posible porque esa agresión se hiciera justicia. Yo no iba a pagar los platos rotos. Tampoco quería que eso terminara en la nada, porque a lo que Tamy estuvieron a punto de hacerle fue una violación; lo que recuerdo en esa espesa oscuridad es que estaba parado a su lado, despertandola.

Lo siguiente fue que cuando grite el nombre de Tamy, el tipo pareció alarmarse y salió huyendo. Me acerque a ella en menos de un segundo y la vi parpadear para acostumbrarse a la poca luz que había. Lo que le pregunté fue:

—¿Estás bien?

Estaba claro que no lo estaba, su mirada apagada lo decía todo. Había llorado y en su cuello estaba marcado lo que le había hecho a ese hombre.

Lo siguiente que escuché antes de dirigirla a la motocicleta para llevarla a casa. Fue el chillar de unas sirenas, la policía apareció por el otro extremo del callejón donde por un momento pensé que no había salida, pero claro, por allí escapó el tipo.

De allí no recuerdo nada más, solo gritos desesperados y los golpes que recibí. Ni siquiera recuerdo con que rayos choque; nadie quería decirme nada de ella, ni una noticia y eso me perturbaba la cabeza a tal punto que entraba en crisis.

Fue la primera vez que me pasó y la única manera de calmarlo fue dormirme para no alarmar a las enfermeras que estaban de guardia. Pero no podía seguir perdiendo mi tiempo esperando que alguien me de noticias de ella, que claramente nadie ha tenido la desgraciada molestia de decirme.

Me levante de la camilla de hospital para ir a verla, habían pasado ya tres dias y seguia sin saber algo concretó de ella. Pase esos tres dias sin dormir, pensando y anhelando de que estuviera bien; camine por los pasillos, puerta por puerta. Buscando el amor de mi vida, el karma me invadía y la culpa me consumía por completo.

Cuando me iba a dar por vencido, observé bajar por las escaleras a Luke ¿Que hacía allí? Me pregunte antes de caminar hacia el. Mis manos se formaron en puños, solo de pensar la aventura que tuvo con ella esa noche. Se me apretó el pecho. Y la rabia me comenzó a consumir segundo por segundo: cuando solo podía imaginarlo a el metido entre las piernas de Tamy.

—¡Iván! - el fue el primero en reconocerme. Mi puño lo impactó después —¡Mierda!

Lo tome del cuello y lo arrastré a la pared. El no hizo ningún intentó en detenerme. En cambio, se mantuvo sereno en todo momento y su cara no era de asombro sino de satisfacción.

Orgulloso Silencio ©✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora