Capitulo 22

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TÁMARA

No se si era yo o es que estaba tan drogada para darme cuenta de la estupideces que habia hecho, pero pensar que me estaba enamorando de el de una manera extraña y placentera. Era como recibir un puñetazo en el estomago. Me dejaba sin aire. No podia dar paso a una persona que en cierto modo es igual a mi o incluso peor que yo.

—Bienvenido a mi juego, gilipollas — dije con malicia.

—Tamy esto no es chistoso — me hablo con la voz temblorosa.

—Dime Iván, no vale la pena llorar por algo entonces... Entonces no vale la pena recordar a alguien que merecieron las lagrimas con todo el dolor de tu corazon — encendí el fuego dispuesto a quemar la foto.

—Si lo vale ¡Esta bien! — dijo alarmando dando un paso. Yo retrocediendo —Solo dame la foto.

—¿Porque?

—Porque es mia — replico.

—Arrodillate — le pedi.

—No hare tal cosa — me miro con desprecio.

—Entonces que las llamas se apiaden — dije sin mas.

No iba a quemar nada, no cuando estaba segura de que Iván era asi por que le hicieron creer lo peor de si mismo.
No queria vivir odiandolo porque no estaba segura de que lo hiciera. Esos dias no podia ni llegar a detestarlo. Porque desde el principio en sus ojos busque la seguridad que a mi me falto para afrontar esos tres meses que pasaron. Ahora necesitaría más de tres meses para lograr comprender lo de nosotros...

¿Que hay entre nosotros?

Me pregunte una noche en que descubrí algo tan sincero escrito en una hoja, que tenian que ser olvidadas cada una de ellas.  Por que me rehusó aceptar que lo nuestro iba mas alla de un juego: que quizas habiamos perdido mucho antes de haberlo empezado.

Quedaba en silencio en medio de su orgullo.

¿Puede el amor prevalecer ante eso?

No me habia dado cuenta de que mis emociones eran un desastre. Ahora lloraba arrinconada en una esquina de tanto pensar. Ya no tenia en mi poder aquello que me llevaría a conocer a gran profundidad a Iván. Ya no tenia poder de nada, ni siquiera de mi cuerpo.

—Tamy calmate, respira.

—No... No... No puedo respirar — llore con mucha mas intensidad.

¡Recuerda, recuerda las respiraciones Tamy!

Conte hasta diez una y otra vez. Poco a poco llegando a la calma; Iván me sostenía las manos dandome confort de que no estaba sola. Que tenia a alguien con quien compartir mis frustraciones apesar que esa misma personas las provocara.

Una vez que estuve calmada, no dije nada en un buen rato. Solo para tratar de organizar mis pensamientos. De esta forma imprevista el me tomo por las piernas y me cargo en sus brazos...

—¿Que haces? — le pregunte sorprendida.

—Que crees que hago. Voy arrecostarte en un lugar comodo — hablo una vez que lo vi subiendo las escaleras. —A mi habitacion.
No se lo iba a protestar. No cuando de verdad necesitaba relajarme y que mejor, que una cama.

Cuando entramos a su habitacion todo estaba a oscuras, pero no le fue molestia llegar hasta la cama, dejarme alli para luego encender la lamparita que adorna su mesita de noche; no dijo nada en un buen rato, ni siquiera dijo nada de que me quitaras los zapatos o algo parecido. Asi que cuando lo vi haciéndolo yo lo hice con ayuda de mis pies.
Se levanto para deshacerse de su pantalon y tirar la camisa a un lado, ir hasta su closet que esta al lado de una puerta, que a mi parecer es el baño.

Orgulloso Silencio ©✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora