Respuestas

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**Capítulo Diecinueve: La Búsqueda de Respuestas**

Ninvarty sabía que necesitaba ayuda. La oscuridad que había despertado al abrir su Tercer Ojo la seguía, y cada día se sentía más atrapada en una pesadilla interminable. Decidió acudir a alguien que pudiera entender su situación: un sacerdote local conocido por su sabiduría y experiencia en asuntos espirituales.

Al llegar a la iglesia, Ninvarty sintió una mezcla de esperanza y nerviosismo. La iglesia estaba en calma, y el aroma de la madera antigua la envolvía mientras se acercaba al altar, donde el sacerdote, el padre Miguel, estaba meditando.

—¿Puedo hablar contigo? —preguntó Ninvarty, su voz temblando.

El padre Miguel levantó la vista, su expresión amable y comprensiva. —Por supuesto, hija. ¿Qué te preocupa?

Ninvarty tomó una profunda respiración y le explicó lo que había sucedido: cómo había abierto su Tercer Ojo, las visiones aterradoras y las sombras que la acechaban.

El padre Miguel escuchó atentamente, asintiendo con cada palabra. Cuando terminó, Ninvarty sintió un alivio momentáneo al haber compartido su carga.

—Es una situación complicada —dijo el sacerdote, su voz serena—. La curiosidad por lo oculto puede llevarnos a caminos oscuros. Sin embargo, es esencial entender que no todo puede resolverse fácilmente.

Ninvarty sintió que su corazón se hundía. —¿No hay nada que puedas hacer? ¿Algún ritual, algo para ayudarme?

El padre Miguel cerró los ojos por un momento, como si estuviera sopesando sus palabras. —La luz y la oscuridad coexisten, y no siempre se puede cerrar una puerta una vez abierta. Pero puedes fortalecer tu espíritu y protegerte. Necesitas aprender a enfrentar tus miedos.

—¿Y cómo hago eso? —preguntó, sintiendo la desesperación asomarse.

—La oración, la meditación y el autoconocimiento son claves. También podrías considerar buscar la ayuda de un guía espiritual que te ayude en tu camino —sugirió, con amabilidad.

Ninvarty sintió que el tiempo se detenía. Aunque sabía que lo que decía era sensato, no era la solución rápida que buscaba. —Pero no puedo seguir así. Cada día es un desafío, y las sombras no se van.

El sacerdote se inclinó hacia ella, sus ojos llenos de compasión. —Hija, el verdadero trabajo es interno. Solo tú puedes enfrentar esas sombras. No hay una solución mágica, solo la voluntad de confrontar lo que has desatado.

Frustrada y abrumada, Ninvarty salió de la iglesia con la sensación de que su búsqueda de respuestas había sido en vano. Aunque el padre Miguel había sido comprensivo, la falta de una solución concreta la dejó sintiéndose más sola que nunca.

Mientras caminaba de regreso a casa, la oscuridad seguía acechando en su mente. Sabía que debía encontrar la fuerza dentro de ella para enfrentarse a lo que había desatado, pero el camino hacia la redención se sentía interminable y lleno de incertidumbre.

Esa noche, se sentó en su habitación, rodeada de velas y libros de hechizos, sintiendo el peso de la decisión que había tomado. Debía encontrar una forma de cerrar esa puerta, y aunque no había encontrado respuestas en la iglesia, su lucha apenas comenzaba.

"El Legado de Luz: La Historia de Ninvarty" [HISTORIA COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora