Bosque

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**Capítulo Treinta y Seis: La Decisión de Entrar al Bosque**

Al día siguiente, la lluvia había cesado, pero el cielo seguía cubierto de nubes grises. Ninvarty se despertó con una mezcla de emoción y nerviosismo, decidida a explorar el bosque y descubrir más sobre el artefacto. Sin embargo, sabía que no podía ir sola. Necesitaba un apoyo extra.

Decidió llamar a su prima Kalonays, quien siempre había sido valiente y aventurera. Kalonays no dudó en aceptar la invitación.

—¡Esto suena emocionante! —dijo Kalonays al teléfono—. ¡Voy a prepararme!

Al mediodía, Ninvarty se encontró con Kalonays en la entrada del bosque, donde los árboles se alzaban imponentes. La luz del sol comenzaba a filtrarse entre las ramas, creando un ambiente mágico que contrastaba con su inquietud.

—¿Lista para la aventura? —preguntó Kalonays, sonriendo con entusiasmo.

—Lista... y un poco asustada —confesó Ninvarty, sintiendo un nudo en el estómago.

Juntas, comenzaron a caminar por el sendero cubierto de hojas. Cada crujido bajo sus pies resonaba en el silencio del bosque, y Ninvarty recordó su sueño. La bruma y las sombras parecían acecharlas, pero también sabía que tenían el poder de enfrentar lo que viniera.

Después de caminar un rato, llegaron a un claro. En el centro, un antiguo tronco caído se alzaba como un altar. A su alrededor, había extrañas marcas en el suelo, como si alguien hubiera estado realizando rituales. Ninvarty sintió un escalofrío recorrer su espalda.

—Este lugar se siente… diferente —dijo Kalonays, observando con atención.

Ninvarty asintió, sintiendo una conexión intensa con el sitio. Decidieron investigar más, y pronto encontraron un pequeño objeto parcialmente enterrado entre las raíces de un árbol. Era un amuleto antiguo, con inscripciones que brillaban débilmente.

—¡Mira esto! —exclamó Kalonays, desenterrando el amuleto con cuidado.

Ninvarty se acercó, sintiendo una energía poderosa emanando del objeto. —No sé si deberíamos tocarlo... —dijo, recordando las advertencias sobre lo desconocido.

Pero la curiosidad era demasiado fuerte. Kalonays, con una chispa en los ojos, tomó el amuleto y lo sostuvo entre sus manos. En ese momento, una ráfaga de viento atravesó el claro, y las hojas comenzaron a susurrar, como si el bosque mismo respondiera a su presencia.

Ninvarty sintió una mezcla de asombro y temor. —Esto no se siente bien, Kalonays. Necesitamos ser cuidadosas.

Kalonays asintió, pero su mirada estaba fija en el amuleto, como si estuviera hipnotizada. —¿Y si es la clave para entender lo que está sucediendo? Tal vez podamos descubrir más sobre las sombras que nos rodean.

Mientras debatían qué hacer, una sombra se deslizó entre los árboles, haciendo que Ninvarty se tensara. La presencia que había sentido en su sueño parecía cobrar vida. Con el corazón latiendo con fuerza, supo que debían tomar una decisión rápida.

—Kalonays, creo que deberíamos llevarlo a casa y analizarlo, pero no quedarnos aquí más tiempo —dijo, sintiendo que el bosque se volvía más oscuro a su alrededor.

Con un asentimiento decidido, ambas primas envolvieron el amuleto en un paño y comenzaron a regresar. A cada paso, la sensación de ser observadas crecía, pero la promesa de desentrañar el misterio les daba valor.

Esa noche, mientras se preparaban para investigar el amuleto, Ninvarty sabía que este era solo el comienzo de una nueva etapa en su viaje. Con Kalonays a su lado, se sentía lista para enfrentar cualquier desafío que les esperaba.

"El Legado de Luz: La Historia de Ninvarty" [HISTORIA COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora