"El Legado de Luz: La Historia de Ninvarty" [HISTORIA COMPLETA]

Examenes

**Capítulo Cinco: Semana de Exámenes**

El lunes por la mañana, Ninvarty se despertó sintiendo una mezcla de anticipación y nerviosismo. Había llegado la semana de exámenes, un período crucial en el colegio que siempre ponía a prueba sus conocimientos y habilidades. Se levantó de la cama, repasando mentalmente todo lo que había estudiado durante las semanas anteriores.

Después de un desayuno rápido y nutritivo, Ninvarty tomó su mochila y se dirigió al colegio. En el camino, se encontró con Elena, quien también parecía un poco ansiosa.

—¿Lista para los exámenes? —preguntó Elena, tratando de sonar optimista.

—Sí, he estudiado mucho, pero siempre hay un poco de nervios —respondió Ninvarty con una sonrisa de apoyo—. ¿Y tú?

—Igual. Creo que lo más difícil será matemáticas —admitió Elena.

Al llegar al colegio, el ambiente era palpable. Los estudiantes repasaban sus apuntes y murmuraban entre ellos, compartiendo consejos de último momento y tranquilizándose unos a otros. El primer examen del día era historia, una materia que Ninvarty encontraba fascinante.

El aula estaba en silencio cuando la profesora repartió los exámenes. Ninvarty tomó una respiración profunda y comenzó a responder las preguntas con confianza. Había pasado horas estudiando los eventos y figuras históricas más importantes, y estaba segura de que su esfuerzo daría frutos.

El resto del día siguió con exámenes de literatura y ciencias. Ninvarty sentía que cada prueba era un reto, pero también una oportunidad para demostrar todo lo que había aprendido. Al finalizar la jornada, se reunió con sus amigos en la cafetería, donde todos compartieron sus experiencias y se apoyaron mutuamente.

—¿Cómo te fue en ciencias? —preguntó Lucas, abriendo una lata de refresco.

—Creo que bien. La última pregunta fue complicada, pero creo que la respondí correctamente —dijo Ninvarty.

—Mañana tenemos matemáticas y arte. Necesito repasar geometría esta noche —dijo Ana, suspirando.

—Podemos estudiar juntas. Dos cabezas piensan mejor que una —sugirió Ninvarty.

Esa noche, Ninvarty y sus amigos se reunieron en su casa para estudiar. Convirtieron la sala de estar en un centro de estudios, con libros, apuntes y pizarras llenas de fórmulas y conceptos. Se ayudaron unos a otros, explicando los temas más difíciles y haciendo ejercicios prácticos.

El martes por la mañana, Ninvarty se sentía más segura gracias a la sesión de estudio de la noche anterior. El examen de matemáticas fue desafiante, pero Ninvarty mantuvo la calma y aplicó todo lo que había aprendido. Al salir del aula, se sentía satisfecha con su desempeño.

La semana continuó con más exámenes, y Ninvarty seguía una rutina estricta de estudio, descanso y apoyo mutuo con sus amigos. A pesar del estrés y la presión, encontraba consuelo en saber que no estaba sola en esta experiencia. La camaradería y el esfuerzo compartido con sus amigos hacían que todo fuera más llevadero.

Finalmente, el viernes llegó y con él, el último examen: biología. Ninvarty repasó una vez más sus notas antes de entrar al aula. Al recibir el examen, sintió una oleada de alivio al ver que los temas eran los que había estudiado a fondo. Con cuidado y precisión, respondió cada pregunta, sabiendo que este era el último reto de una semana agotadora.

Cuando el timbre final sonó, marcando el fin de la semana de exámenes, Ninvarty y sus amigos se reunieron en el patio, celebrando su logro.

—¡Lo logramos! —exclamó Elena, abrazando a Ninvarty—. Ahora solo nos queda esperar los resultados.

—Sí, pero estoy segura de que todos lo hicimos bien. Trabajamos duro y nos apoyamos mutuamente —respondió Ninvarty con una sonrisa.

Esa noche, Ninvarty se relajó en su habitación, sintiéndose orgullosa de sí misma y de sus amigos. Habían enfrentado la semana de exámenes con determinación y compañerismo, demostrando que juntos podían superar cualquier desafío.

Mientras se preparaba para dormir, Ninvarty pensó en todo lo que había aprendido, no solo académicamente, sino también sobre la importancia del esfuerzo y el apoyo mutuo. Con el corazón lleno de gratitud y satisfacción, cerró los ojos, lista para soñar con nuevas aventuras y retos por venir.