"El Legado de Luz: La Historia de Ninvarty" [HISTORIA COMPLETA]

Fin de Semana

**Capítulo Cuatro: Fin de Semana**

El viernes por la tarde llegó más rápido de lo que Ninvarty había anticipado. La semana había estado llena de estudios, risas y actividades, y ahora, al sonar el timbre final del día, la emoción del fin de semana se apoderó de ella y de sus amigos.

—¿Tienes algún plan para este fin de semana, Ninvarty? —preguntó Elena mientras guardaban sus libros en las mochilas.

—Sí, mis padres están organizando una pequeña fiesta en el jardín mañana por la noche. ¿Te gustaría venir? —respondió Ninvarty.

—¡Claro que sí! Suena divertido —dijo Elena, sonriendo.

El sábado por la mañana, Ninvarty se levantó temprano para ayudar con los preparativos. El jardín de la mansión estaba siendo transformado con luces de colores, mesas elegantemente decoradas y una pista de baile. La fuente central estaba adornada con flores frescas, y el aroma a rosas y jazmines llenaba el aire.

Mientras ayudaba a su madre a supervisar los arreglos, vio llegar al servicio de catering y a los músicos que tocarían en vivo durante la fiesta. Todo estaba tomando forma, y Ninvarty no podía esperar para ver a sus amigos disfrutando de la noche.

—Ninvarty, querida, ¿puedes ir a buscar más flores del invernadero? —le pidió su madre.

—Por supuesto, mamá —respondió ella, corriendo hacia el invernadero.

El invernadero era uno de sus lugares favoritos. Lleno de plantas exóticas y flores de todos los colores, siempre le había parecido un rincón mágico. Mientras seleccionaba las flores más frescas y hermosas, pensó en lo afortunada que era de tener una familia que se preocupaba tanto por crear momentos especiales.

Al caer la tarde, Ninvarty se arregló para la fiesta, eligiendo un vestido azul celeste que combinaba perfectamente con el tema de la noche. Cuando el sol comenzó a ponerse, los primeros invitados empezaron a llegar. Sus amigos de la escuela, vecinos y familiares llenaron el jardín con risas y conversaciones animadas.

—¡Esto es increíble, Ninvarty! —exclamó Lucas, admirando la decoración—. Tus padres siempre organizan las mejores fiestas.

—Gracias, Lucas. Me alegra que te guste. Vamos a disfrutar de la noche —respondió Ninvarty.

La música comenzó a sonar, y pronto todos estaban bailando. Ninvarty, con su habitual energía y gracia, lideraba el grupo en la pista de baile. La noche estaba llena de alegría, con las luces centelleando como estrellas y la brisa fresca del verano haciendo que todo pareciera aún más mágico.

Hacia la mitad de la noche, Ninvarty se tomó un momento para alejarse del bullicio y observar a sus amigos y familiares disfrutando. Sentada en un banco bajo el gran roble, se sentía profundamente agradecida por la vida que tenía. Fue en ese momento que Elena se acercó a ella.

—¿Qué haces aquí sola, Ninvarty? —preguntó, sentándose a su lado.

—Solo tomando un respiro y disfrutando del momento —respondió ella, sonriendo—. Esta noche es perfecta.

—Sí, lo es. Gracias por invitarnos. Siempre haces que todo sea especial —dijo Elena, dándole un abrazo.

La fiesta continuó hasta altas horas de la noche, con los invitados disfrutando de la música, la comida y la compañía. Cuando finalmente llegó el momento de despedirse, todos se fueron con una sonrisa en el rostro y agradecimientos en los labios.

El domingo por la mañana, Ninvarty se despertó un poco más tarde de lo habitual, disfrutando de la tranquilidad después de la fiesta. Decidió pasar el día relajándose y reflexionando sobre la semana. Se dirigió al jardín, que ahora estaba tranquilo y sereno, y se sentó bajo el roble con un libro en la mano.

Mientras leía, pensaba en lo afortunada que era de tener amigos y familiares que la apoyaban y la querían. Sabía que el fin de semana había sido solo un vistazo de las muchas aventuras y momentos especiales que el futuro le deparaba.

Y así, con el sol de verano brillando y el canto de los pájaros como telón de fondo, Ninvarty disfrutó de un fin de semana perfecto, lleno de risas, amor y gratitud.