Revelaciones inesperadas

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**Capítulo Treinta y Nueve: Revelaciones Inesperadas**

De regreso en casa, Ninvarty y Kalonays se sentaron en la habitación de Ninvarty, todavía temblando por la experiencia en el bosque. El amuleto y el diario reposaban sobre la mesa, como guardianes de secretos por descubrir.

—Necesitamos analizar lo que sucedió —dijo Ninvarty, sintiendo que había más por entender.

Kalonays asintió, abriendo el diario para buscar cualquier referencia a la figura que habían visto. Pasó las páginas con rapidez, buscando pistas. De repente, se detuvo en una entrada que mencionaba un "Guardián de los Secretos".

—Mira esto —dijo Kalonays, señalando el texto—. Habla sobre una entidad que protege el conocimiento y que puede aparecer durante rituales.

Ninvarty frunció el ceño. —Eso debe ser lo que vimos. Pero, ¿por qué nos advirtió? ¿Qué consecuencias pueden haber?

Kalonays se encogió de hombros. —No lo sé, pero debemos estar listas para lo que venga.

Decidieron investigar más sobre el amuleto y su conexión con la familia. Al revisar el diario, Ninvarty encontró una sección que hablaba sobre un antiguo conflicto familiar relacionado con la magia oscura.

—Parece que hubo una traición en el pasado, algo que provocó un cisma en nuestra familia —dijo Ninvarty, su voz temblando.

—¿Qué dice? —preguntó Kalonays, acercándose para leer.

Las palabras describían un enfrentamiento entre miembros de la familia que buscaban poder a través de la magia oscura y aquellos que se mantenían fieles a la luz. El diario advertía que el amuleto había sido creado como un medio para restaurar el equilibrio, pero su uso podría llevar a la ruina si caía en manos equivocadas.

—Esto es más serio de lo que pensábamos —dijo Kalonays, sintiendo un escalofrío.

Ninvarty cerró el diario y miró a su prima. —Debemos ser cuidadosas. No solo estamos buscando respuestas; estamos desenterrando viejos rencores.

Esa noche, mientras se preparaban para dormir, una extraña sensación de inquietud las envolvía. Ninvarty no podía dejar de pensar en la figura y sus advertencias. Sin embargo, también había una chispa de determinación en su interior. Sabía que era su responsabilidad descubrir la verdad.

Al día siguiente, decidieron que debían contarle a Elena y Ana sobre sus hallazgos. Ellas tenían que estar involucradas, no solo por la amistad, sino porque el peligro que enfrentaban era real.

Se reunieron en su lugar habitual en la cafetería del colegio, donde la atmósfera era más ligera, pero Ninvarty podía sentir la tensión en el aire. Cuando las cuatro amigas se encontraron, Ninvarty tomó una profunda respiración y comenzó a relatar su aventura en el bosque.

—Encontramos un amuleto y un diario de mi bisabuela que revela secretos de nuestra familia —explicó, mientras las otras la escuchaban con asombro—. Una figura apareció durante el ritual y nos advirtió sobre las consecuencias de buscar poder.

Elena y Ana intercambiaron miradas preocupadas.

—¿Qué piensan hacer? —preguntó Ana, con una voz suave pero firme.

—Queremos seguir investigando —respondió Kalonays—. Pero necesitamos su ayuda. Esto no es solo una búsqueda personal; hay algo más en juego.

El grupo se quedó en silencio, y Ninvarty sintió el peso de su decisión. Estaban al borde de un abismo de revelaciones, y no había vuelta atrás. Pero también sabía que juntas eran más fuertes.

Con una nueva resolución, las cuatro amigas se comprometieron a trabajar juntas, dispuestas a enfrentar cualquier desafío que se presentara. La verdad estaba al alcance, pero también el peligro. Y mientras la amistad las unía, Ninvarty sabía que debían estar preparadas para lo que vendría.

"El Legado de Luz: La Historia de Ninvarty" [HISTORIA COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora