"El Legado de Luz: La Historia de Ninvarty" [HISTORIA COMPLETA]

Primera prueba

**Capítulo Cuarenta y Cinco: La Primera Prueba**

El eco de las palabras de la figura resonaba en la cueva, llenando a Ninvarty, Kalonays, Elena y Ana de una mezcla de miedo y determinación. Sabían que la primera prueba era enfrentar su mayor miedo, y cada una sentía la presión de lo que eso implicaba.

—¿Cómo sabremos cuál es nuestro mayor miedo? —preguntó Elena, con un leve temblor en la voz.

—Quizás se manifieste de alguna forma —sugirió Ana, mirando a su alrededor, buscando alguna señal.

Con un profundo suspiro, Ninvarty dio un paso adelante. —Vamos a hacerlo juntas. Si alguna de nosotras se siente abrumada, las demás estarán aquí para apoyarla.

### La Manifestación del Miedo

Al instante, la cueva comenzó a temblar, y una bruma oscura se levantó del suelo, formando figuras sombrías que danzaban a su alrededor. Cada chica sintió cómo sus propios temores comenzaban a materializarse.

Primero, la figura de Kalonays se vio rodeada por una sombra que representaba su miedo a la traición. La sombra tomó la forma de sus amigas, distorsionadas y llenas de decepción.

—Kalonays, no confías en nosotras —susurró la sombra, acercándose amenazadoramente.

—¡No! ¡Yo confío en ustedes! —gritó Kalonays, dando un paso atrás.

Ninvarty extendió la mano. —¡Estamos contigo! Recuerda por qué estamos aquí.

La sombra vaciló, y Kalonays respiró hondo, enfrentando su miedo. —No permitiré que esto me consuma. Estoy aquí por mis amigas.

### El Miedo de Ninvarty

A continuación, una sombra se formó frente a Ninvarty, representando su deseo de poder y su lucha interna con la oscuridad que había desatado. La figura la observaba, burlándose de su debilidad.

—Eres solo una niña adinerada que busca ser más de lo que es. Nunca podrás manejar esto —la sombra se rió, su voz resonando como un eco siniestro.

Ninvarty sintió el peso de la verdad en esas palabras, pero recordó su compromiso. —No voy a permitir que el poder me controle. Soy más fuerte que mis deseos.

Con una determinación renovada, la sombra comenzó a desvanecerse, y Ninvarty sintió que su interior se fortalecía.

### El Miedo de Elena

Elena fue la siguiente. Una sombra oscura se formó frente a ella, simbolizando su miedo a perder a las personas que ama. La figura mostró visiones de sus amigas alejándose, dejando un vacío abrumador.

—Elena, siempre estarás sola. Tus temores son más poderosos que tú —susurró la sombra, acercándose con una sonrisa cruel.

—¡No! ¡No estoy sola! —gritó Elena, su voz resonando con fuerza—. Tengo a mis amigas a mi lado. Siempre hemos estado juntas.

Con esas palabras, la sombra se desvaneció, y Elena sintió que la conexión con sus amigas se hacía más fuerte.

### El Miedo de Ana

Finalmente, la sombra de Ana tomó forma, representando su inseguridad y su lucha por aceptarse. La figura la rodeaba con palabras hirientes, recordándole sus debilidades.

—Nunca serás suficiente. Siempre estarás a la sombra de los demás —decía la sombra, su voz llena de desprecio.

Ana sintió una punzada en el corazón, pero no iba a dejarse vencer. —Soy quien soy, y eso es suficiente. Mis amigas me aceptan como soy, y yo debo hacer lo mismo.

Al pronunciar esas palabras, la sombra se desvaneció, y Ana sintió una ola de liberación.

### Superando el Miedo

Con cada prueba, las cuatro amigas se dieron cuenta de que, aunque sus miedos eran reales y poderosos, su unión era aún más fuerte. Cuando la última sombra se desvaneció, la cueva brilló con una luz cálida, reconociendo su victoria.

—Lo logramos, chicas —dijo Ninvarty, sonriendo mientras las lágrimas de emoción llenaban sus ojos.

—Pero esto es solo el comienzo —añadió Kalonays, aún con un ligero temblor en la voz—. Nos espera la segunda prueba.

### La Fuerza de la Amistad

Al salir de la cueva, las chicas se sintieron diferentes, como si una nueva capa de fortaleza las envolviera. El aire fresco del bosque las recibió, y, por un momento, la amenaza de la oscuridad pareció alejarse.

—La próxima prueba es demostrar la fuerza de nuestra amistad —dijo Elena, mirando al horizonte—. Debemos ser más que solo amigas; debemos ser hermanas.

Ana asintió. —Juntas, podemos enfrentar cualquier cosa. Ya hemos superado una prueba, y esto solo nos hace más fuertes.

Con renovada determinación, las cuatro se dirigieron al claro donde habían realizado su primer ritual, preparadas para afrontar la segunda prueba y lo que eso significaría para su futuro. La conexión que compartían las hacía imparables, y sabían que, juntas, podrían conquistar cualquier desafío.