Tobias
Suspiro y trago saliva intentando mantener el equilibrio, escucho como echa el pestillo a la puerta de nuestra habitación y coloco la frente sobre la tabla de madera.
—Tris, abre la puerta.— las palabras salen de mis labios corridas y poco claras.—Tenemos que hablar.
—¡No quiero hablar contigo!—la escucho sollozar y pongo los ojos en blanco.
—¡Dije que tenemos que hablar!— siento mi garganta desgarrarse mientras mi puño se estrella una y otra vez contra la puerta, veo borroso, solo escucho como Tris llora y mi mano comienza a doler. Siento cierta furia dentro de mi, mi corazón late demasiado fuerte e intento respirar para calmarme.
—Papá...— su voz temblorosa me detiene al siguiente golpe, sus ojos brillan con lagrimas a punto de derramarse y su ceño está ligeramente fruncido. Jadeo y todo queda en silencio, lo único que se escucha es el suave llanto de mi mujer. Annie sacude la cabeza y eso me hace regresar a la realidad, parpadeo un par de veces e inhalo profundamente.
—Ve a la cama, voy en un rato.— logro decir con voz temblorosa, asiente suavemente y da media vuelta para entrar a su habitación, me paso la mano por el rostro y abro la puerta del baño del pasillo, prendo la luz y esta me deslumbra en sobremanera, lo cual causa que la apague casi de manera inmediata. Me recargo en la barra y observo atentamente mi reflejo; casi me voy de espaldas con lo que logro percibir: mis ojos son tan vacíos y distantes como los de Marcus cuando nos golpeaba.
Aparto la vista del espejo y evito mi reflejo mientras me cepillo los dientes, intentando desaparecer el olor a alcohol de mi boca para que Annie no huela, aunque sé que será difícil.
Termino y salgo del cuarto de baño con pasos tambaleantes, entro al cuarto de mi niña y su pequeño cuerpo me da la espalda: hago a un lado sus cobijas de colores suaves y me tumbo a su lado con la mayor delicadeza en medio de mi estado etílico. La rodeo con un brazo y ella se gira de modo que quedamos frente a frente, tuerce los labios como lo hace su madre.
—Ya no grites, papi, me asustas.
Lo dice tranquila, compasiva y le habría respondido si mi cerebro hubiera retenido las palabras lo suficiente para captarlas.
Asiento y ella se acurruca en mi pecho antes de cerrar sus bellos ojos azul oscuro. Comienzo a acariciar suavemente su cabello, hundiendo mis dedos en sus ondas castañas, una mezcla de mi cabello y del de mi esposa, noto como su respiración se hace más lenta conforme el sueño le gana.
A pesar de ver borroso mi mirada se concentra en su rostro angelical y comienzo a notar rasgos de Tris muy claros en Annie: su piel pálida y tersa, sus pestañas claras y largas, la forma de sus labios e incluso su manera de dormir. Sonrío; tienen el mismo carácter, solo que Annie no lo ha desarrollado tanto como su madre.
Justo en el momento en el que Annie suspira entre sueños me viene a la mente una imagen de Tris, ebria y con la risa suelta bajando de algún coche con un hombre y besándolo; causando que mi respiración se alteren y mi sangre hierva: hubiera sido un caos, yo gritando y ella soltando estupideces como lo hice yo. La gota que derramó el vaso fue ver a Annie parada en la puerta de su habitación viéndonos discutir: su rostro temeroso, sus ojos llenos de lágrimas y su semblante preocupado.
Me quedo dormido, con el alcohol recorriendo mis venas y la idea de que también le fallé a mi hija.
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Vivir por ti (Divergente)
FanfictionEl día que desperté los problemas parecían haberse difuminado, claro, fuera de mi cuerpo, por que internamente mis órganos estaban destrozados: mis ojos tardaron en acostumbrarse, me alteré por qué no sentía nada, tenía las manos entumecidas y desco...