Prólogo

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Tobias

A la mayoría de las historias siempre les hace falta algo, ya sea acción, suspenso, amor o algo que sea original, que sea diferente y destaque. Como los divergentes.

Creo que lo único que le faltaba a la nuestra era libertad, libertad por la cual peleamos durante mucho tiempo, pero ahora, la tranquilidad es fantástica.

Ahora por lo único por lo que tengo que luchar es por sacarle una sonrisa a Tris, por hacerla feliz y mantenerla a mi lado. Correr el riesgo de volver a perderla no es una opción, el pánico me invade de tan solo pensarlo.

Su actitud casi no ha cambiado, sigue igual de necia, terca y curiosa, a veces demasiado para su propio bien, pero dicen que para amar a alguien tienes que aceptarla tal como es, con virtudes y defectos, y yo la acepto con los brazos abiertos. Ella me ha aceptado así y me ha cambiado muchísimo, me ha abierto los ojos, me ha dado otra perspectiva de lo que es amar.

La vida no ha sido fácil desde que terminó la guerra, lo tengo que admitir, los rasgos de las facciones nos persiguen y nos perseguirán durante mucho tiempo. Osadía nos sigue distinguiendo a Tris y a mí, e incluso un poco a Christina, aunque su veracidad sigue asomándose cada vez que puede.

Me alegra muchísimo ver a mi chica feliz, con una sonrisa en el rostro a pesar de las veces que se despierta a mitad de la noche gritando y con una fina capa de sudor sobre su cuerpo.

Y ella no es la única que tiene pesadillas.

Todos, en algún momento, las tenemos, desde hace 4 años. Pero nunca olvidamos la felicidad que trajo consigo el haber luchado por una libertad que, con el paso del tiempo, la gente empezó a aceptar y comprender, ya que el ser parte de un sistema selectivo de gente por mucho tiempo te vuelve una persona selectiva con las demás.

Esto mismo nos recuerdan que la muerte de nuestros seres queridos no fue en vano ciertas personas como los padres de Tris, Lynn, Will, Al, Drew, Edward y muchísimos más fueron valientes personas que decidieron arriesgar y perder la vida por una buena causa, y así es todos los días. Es como una clase de rutina.

Uriah y Marlene ríen todos los días y nos sacan una sonrisa, incluso en los peores momentos, no están casados pero todos sabemos que pronto lo harán, es decir, son un par de tartas de fresa enamorados hasta la médula.

Zeke y Shauna practican para que ella pueda caminar: bueno más bien correr, el aparato que le rodea la cintura y las piernas no ha desaparecido, pero quiere estar preparada para cuando sus piernas sean liberadas y pueda correr como antes. Como solía hacerlo en Osadía.

Matthew, bueno, ¿Quien diría que la hermana de Will, Cara, terminaría con él? Son una buena pareja, siendo honestos, pero ellos si se niegan totalmente al compromiso. Él problema es que a veces lo patán de Matthew sale a flote y crea grandes conflictos.

Susan y Caleb son muy felices, la vida les ha dado una oportunidad y no piensan desaprovecharla, a pesar de lo tardado que fue reunirlos al final terminaron admitiendo su amor, uniéndose en matrimonio y viviendo juntos.

Tris y yo... bueno, creo que somos la pareja perfecta, nos casamos en cuanto todo terminó, todos los problemas desaparecieron pero nuestro amor resurgió de una manera tan fuerte e intensa que nos hace muy felices a ambos. Aunque claro, tenemos nuestras peleas, como toda pareja, pero siempre sabemos cómo resolverlas.

Tomamos cada momento como un respiro de lo que pasó hace ya varios años, aunque sigue grabado con fuego en nuestras mentes, haciéndonos recordar todas las veces que las balas resonaron alrededor de nosotros, como la gente caía sin vida en la acera y todos podíamos perder a alguien.

Vivir por ti (Divergente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora