Capítulo 1

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Tris

Todo es blanco, sin color, sin vida. Es la nada, o es el todo.

Miro a mi alrededor para intentar encontrar algo o alguien, y al parecer lo único que hace su aparición es un disparo, el sonido del arma retumba por las paredes, pero la bala acierta en un costado mío, el derecho.

Caigo de rodillas, siento el líquido rojizo correr por mis costillas, entre mis dedos, grito, pidiendo ayuda, mientras trato de buscar a quien disparó pero solo veo blanco, y el lago de sangre roja y espesa que se ha formado a mi alrededor. Mis gritos se vuelven desgarradores para cuando el segundo tiro da en mi hombro izquierdo, siento que me ahogo.

El rojo y el blanco desenvuelven una lucha sobre el suelo, causando que la cabeza me de vueltas

— Ven, Beatrice. — mi madre me llama con voz suave. — Déjate llevar, no tengas miedo. — dice en un tono extremadamente calmado, mientras intento mantenerme estable con los brazos. — Aquí podrás encontrar la paz.

— ¿Paz? — inquiero en un gemido. Escucho otro disparo, a mi espalda, pero esta vez la persona que grita no soy yo.

Tori cae al suelo, con la sangre brotando de los labios, no cae tan lejos de mí y yo observo con lágrimas en los ojos como la vida desaparece de los suyos. Al cabo de unos segundos aparece Will, tranquilo y sereno, hasta que una bala le atraviesa la frente, causando que su cuerpo se estrelle contra el suelo, al lado de la chica que me aplicó mi prueba de aptitud.

Otro grito abandona mi garganta, rogándole que se detenga a quien sea que porte el arma asesina.

— No querrás recordar eso. — me dice mi madre algo fría.

La voz de mi padre se hace presente. Todo es tan estúpidamente confuso.

— Beatrice, deja de ser egoísta y ven, estás matando gente. ¡Solo por ser tú!

— ¿Qué?— pregunto en un murmullo.

Siento el metal frío del arma entre mis dedos, y una presión en el pecho se hace presente en mi cuerpo. Sollozo.

— No es real. Yo no... no maté a nadie a propósito.

— Sé que no quisiste hacerlo. — me asegura mi madre antes de caer al suelo con la ropa gris manchada de sangre por las balas que le han atravesado el cuerpo.

— ¡No!— grito, intento lanzar la pistola con todas mis fuerzas, pero esta se adhiere a mi mano, apuntando y disparando a la gente.

Mi padre cae al suelo segundos después y segundos después escucho más pasos a mi alrededor.

Las lágrimas me nublan la vista. No. No pueden estar muertos, maldición, ¿Los estoy matando yo?

— Detente. — me ordena Christina, algo aterrada.

— Yo no...

— Basta. — esta vez es Tobias quien habla, sus ojos presentan pánico.

Intento moverme y me arrastro entre gemidos hacia Tori, busco alguna señal de vida pero sus ojos vacíos me observan detenidamente, sin señal de vida.

— Todos están muertos. — asegura Uriah.

— Todo por ti. — me recrimina Zeke.

— Por ser pura. — mi hermano me mira con arrogancia.

— No, no, no... — susurro entre llanto.

— Tu divergencia nos pone en peligro. — dice Susan.

— Todo es tu culpa.

Vivir por ti (Divergente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora