Capítulo 25

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Tobias

—Aléjense, aléjense. — demando en tono alto cuando veo a varios chicos rodear a Tris, quien respira de manera acelerada con las mejillas empapadas de color escarlata. Tiene la mirada perdida y no controla el temblor de sus manos, respira con cortas inhalaciones y estoy seguro de que si sigue con ese ritmo se desmayará en menos de dos minutos.

—Tris. — me hinco frente a ella, colocando ambas manos sobre sus rodillas, no puedo evitar comparar su respiración con la de Annie cuando llora — Mírame, mírame: aquí estoy. — con el paso del tiempo aprendí a calmarla durante sus ataques, para lograr que ella no dependiera de ningún medicamento — Aquí estoy, no me voy a ir, respira conmigo, amor. — acaricio suavemente su mejilla, buscando que sus ojos conecten con los míos.

— Uno — continuo y ella inspira de manera profunda — Dos: suelta el aire lo más lento que puedas. — siguiendo mis instrucciones logra regular ligeramente su respiración. — Necesito un vaso de agua — murmuro, mientras guío la cabeza de mi mujer hacia sus rodillas.

— Estoy bien, estoy bien. — insiste Tris con un hilo de voz.

— No, no lo estas, baja la cabeza; entre las rodillas, amor.

— Aquí esta el agua — me entrega el vaso y noto a Fátima, la enfermera, a su lado, lista para chequear a Tris.

— ¿Está diagnosticada?— cuestiona la enfermera acercándose de manera lenta, para no exaltar a la pequeña rubia que ha dejado de temblar.

— Ansiedad paroxística episódica — balbuceo—. Se lo detectaron hace años, estuvo en coma.

— Entiendo. A ver, cariño, alza el rostro.        

Ella toma un sorbo del vaso que le ofrece Fátima.

— ¿Sigues mareada?— Tris asiente con los párpados cayendo sobre sus nublados ojos — Okay, me dirás cinco cosas que puedas ver, cuatro que puedas tocar, tres que puedas oír, dos que puedas oler y una que puedas saborear.

— ¿Le pasa seguido?— pregunta Jack sin dirección alguna.

Él fue el primero que vio como Tris empezó a temblar y a sostenerse la cabeza con ambas manos, dice que le costó trabajo respirar y que casi se desvanece, que fue cuando yo la vi.

— ¿Qué?

— Los ataques de pánico, ¿le pasan seguido?

— Volvieron hace poco.— medito, masajeando mi cuello.

— De verdad, estoy bien. — insiste Tris cuando la enfermera le pide otra prueba.

— Vamos a ir al kínder. — avisa Ryan, irrumpiendo en la sala con un folder en la mano, frunce el ceño al ver a Fátima y a Tris discutiendo — Que Fátima este aquí no me da buena espina, así que irá Zeke con Anthony. Aquí están los papeles, por cualquier cosa. Tú mujer y tu vuelvan a casa, los estaremos informando.

Trago saliva al escuchar el nombre de mi mejor amigo: no he tenido ningún tipo de contacto con él desde ayer, realmente la única que estaba al tanto era Christina, sin embargo, no puedo evitar respirar hondo al saber el sermón que se me viene.

Después de que le chequeen la presión a mi chica la doctora se retira, mientras nos recuerda que tenemos que hacerle unos análisis a Tris. La ayudo a ponerse de pie y su rostro va de manera inmediata hacia mi hombro, donde inhala hondo.

— Iremos a casa — acaricio sus rubios mechones y ella suspira—. Estaremos al pendiente de cualquier cosa, de todas maneras, Zeke está dentro del caso. Él irá al kínder.

Vivir por ti (Divergente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora