Tris
— Realmente no hay palabras para agradecerte — río suavemente, mis mejillas húmedas.
— Ni siquiera te atrevas a decir algo más, Beatrice. — sacude la cabeza, vendada parcialmente, y aprieta los labios. — Simplemente, todos dimos lo mejor de nosotros porque todos queríamos que Annie regresara.
Suelto un suspiro, recordando a mi frágil princesa quien ahora se encuentra en algún cuarto de la imponente torre médica con visitas restringidas. Pienso en la última vez que sus ojitos me miraron fijamente, antes de que sus hermosos orbes azules se ocultaran tras sus párpados en la camilla de la ambulancia.
— ¿La has ido a ver? — pregunta Christina, rompiendo el silencio.
— No permiten visitas, todavía — asiento, en total desacuerdo con las políticas del hospital —. Está delicada, es lo único que me han dicho. Después de lo de Tobias — trago saliva con la mirada en mis pies y me humedezco los labios mientras siento como las lágrimas me llenan los ojos por enésima vez en las últimas horas. No puedo continuar.
Respiro hondo y mi mejor amiga desprende comprensión por sus gestos.
— Lo entiendo, tiene cinco años, esto será difícil de superar pero al final todo estará mejor. — me tranquiliza de manera maternal — Tobias hizo lo necesario para que Annie ahora esté con nosotros; delicada, pero ahora sabemos dónde, cómo y con quién está.
— Lo sé, pero no puedo con todo esto — me enderezo sobre la incómoda silla de plástico —. Todo ha sido tan abrumador, es como si un balde de agua fría cayera sobre nosotros de poco a poco: mi pelea con mi esposo, el secuestro de Annie, el saber quiénes la tenían...
Con un gesto banal me ofrece una pequeña caja de pañuelos, de los cuales tomo un par antes de continuar.
— Ahora está lo de Tobias y en estos momentos es en los que más necesito que este, por que desprende seguridad, estar con él me relaja como no tienes idea — se me rompe la voz y no soy capaz de contenerme: sollozo de manera tan dañina que el pecho me duele. Llevo mi rostro hacia mis manos y posteriormente me recargo en el fino colchón.
No veo los movimientos de Chris, pero noto cuando me rodea con un brazo y me da un fuerte apretón, consolándome.
— Todos superaremos esto, no prometo que sea hoy o mañana: toma tiempo dejar ir. Pero algún día, esa pequeña de lindos ojos sonreirá como solía hacerlo ¿Sabes por qué? — traza patrones en mi cuero cabelludo — Porque es valiente, fuerte. Al igual que tú. Al igual que su padre.
Sonrío ligeramente con la vista nublada y nos envolvemos de nuevo en los brazos de la otra: sus pequeñas trenzas se entrelazan con algunos de mis dedos y mi sonrisa se amplía.
— No o mencioné, pero me gustan tus pequeñas trenzas — ríe y nos separamos sus manos van directamente a su regazo.
— Quería modificar mi cabello, todavía no estoy lista para cortarlo o teñirlo. No quería lucir igual después de todo esto.
En silencio, recuerdo aquella vez que corté mi cabello, llegando al complejo de Cordialidad. Mi madre lo hacía y me preguntaba el cómo parecería la misma si todo a mi alrededor había cambiado. Ahora, ella necesita buscar cambios en su atmósfera psicológica o física no solo por lo de Annie.
Mark fue de sus parejas más estables; durante estos últimos casi diez años la vi salir con montones de chicos, pero con quien más ilusionada la veía fue con él, ahora sé que el desprenderse para ella no será fácil, aunque como antigua veraz no se dejará llevar por emociones. Nos quedamos en un cómodo mutismo, roto por la enfermera que se abra paso por la puerta.
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Vivir por ti (Divergente)
FanficEl día que desperté los problemas parecían haberse difuminado, claro, fuera de mi cuerpo, por que internamente mis órganos estaban destrozados: mis ojos tardaron en acostumbrarse, me alteré por qué no sentía nada, tenía las manos entumecidas y desco...