Me Enamoré De La Villana: Revolución En El Mar - Fanfic

Parte 35

POV: Manaria Sousse

Llevaba navegando aproximadamente tres o cinco días, realmente he perdido la noción del tiempo luego de haberme desvanecido tras enfrentar a Dorothea. Afortunadamente el barco no quedó en un estado tan deplorable luego del enfrentamiento, sin embargo, manejar un navío tan grande a solas es técnicamente navegar a la deriva.

Al amanecer de quien sabe que día escuche el estruendo de tres cañones y la colisión de los disparos cerca de mi embarcación. Escupí el agua que bebía mientras observaba a tres galeones negros acercarse a mi... galeones del imperio Nur. La última vez que me enfrenté a Dorothea pude escapar a duras penas, usé el asedio de los demonios a mi favor para poder retenerla un poco, ahora me encuentro totalmente sola mientras observo como en la proa del barco principal la figura de Dorothea se yergue frente mi y desenfunda su espada lista para el combate.

El estruendo de los cañones se acercaba y algunos disparos comenzaban a golpear mi embarcación, Dorothea estaba lista para el combate y yo apenas podía mantenerme en pie... pero no iba a rendirme tan fácilmente.

Giré mi barco y me dirigí al encuentro aún teniendo todas las posibilidades en contra, al estar lo suficientemente cerca, lancé un hechizo de congelación, una gran masa de hielo atrapó por completo a uno de los barcos, sin embargo, me encontraba tan débil que no pude hacer nada contra los otros dos, incluso el barco atrapado no tuvo grandes daños. Pronto me vi rodeada por las tres embarcaciones invasoras, los ganchos con cuerdas comenzaban a ser disparados a mi barco para ser abordado.

–Debo aceptar que a pesar de tu golpe de suerte... fue realmente divertido– dijo Dorothea burlonamente.

–Yo le llamaría una estrategia desesperada– respondí intentando disimular mis nervios.

–Eso me gusta de ti, princesita...–.

Dorothea hizo un pequeño corte a mi mejilla cuando esquive por muy poco su feroz estocada. Observé como lamia la sangré del filo de espada mientras sonreía maliciosamente.

–Me alegra saber que a pesar de las precarias condiciones en las que te encuentras, no has perdido cualidades–.

El cinismo y sadismo de la mujer frente a mí eran inconmensurables, tenía que pensar en algo para poder librarme de ella e intentar escapar, pero no se me ocurría nada, y tampoco es como si tuviera tiempo de hacer cuando apenas tenía tiempo para reaccionar a sus ataques, no podía hacer mucho debido a que estaba desarmada y solo le limitaba a esquivar, tenía mi varita pero no podía darme el lujo de desperdiciar maná tontamente... y también estaba el hecho de que la magia no tenía efecto sobre la emperatriz.

En el Melia

El Melia era asombroso, el maestro Lambert se había encargado de instalar un nuevo dispositivo en el que proporcionándole maná, podías hacer girar un grupo de hélices que le daban mas velocidad al barco, esto pudo haber sido idea mía pero no tuve nada que ver en la construcción del Melia, que Lambert llegará a imitar algo similar al sistema de un barco moderno japonés era una prueba inminente de su gran ingenio con los objetos mágicos.

Gracias al motor mágico, pudimos reducir considerablemente el tiempo de viaje, afortunadamente el clima también ayudó bastante para ser sincera. Sin embargo, la tranquilidad duró menos de lo que creí.

–¡Capitana Claire!– era Pepi desde el nido de cuervos. –¡Barcos del imperio a la vista! –.

Seguí a Claire afuera de su camarote.

–¡Todos a sus posiciones! – ordenó de inmediato. –¡Prepárense para combatir! –.

Toda la tripulación se puso en marcha, los que tenían aptitudes mágicas habían sido instruidos en usar las nuevas armas que había hecho el maestro Lambert gracias a la mina de piedras mágicas que les había mostrado. Los que no, tenían el deber de manejar los cañones y mantener el barco en funcionamiento.