Me Enamoré De La Villana: Revolución En El Mar - Fanfic

Parte 6

Con una gran cólera, Claire seguía sobre mi totalmente dispuesta a acabar con mi vida. Lene y Lambert reaccionaron torpemente y empujaron a la capitana Claire quitándola de encima de mí, el disparo del arma colisionó muy cerca de mi rosto.

–llévensela de aquí de inmediato, si no quieren que los amarre al nido de cuervos – con ira, la rubia pirata se dirigió a la pareja que aun estaba sobre ella. – Esto aún no ha terminado, plebeya –.

Lambert me esposó y escoltó a la habitación donde me tenían cautiva. Lo cierto es que, me sobrepasé bastante, pero todo era parte de mi plan, aún no se si saldrá como espero. Pero ya está en marcha la primera parte.

Al día siguiente, Misha volvió a traer mi desayuno y se quedó un momento haciéndome compañía. Es agradable hablar con ella, sin embargo, quiero ver a la capitana Claire.

–Realmente hiciste enojar a la capitana esta vez – con su tono de voz tan sereno como siempre, Misha siguió su discurso. –Creí que no serías capaz de lastimar a la capitana, pero esta vez te excediste. Si realmente la amas, no debiste haber hablado sobre su pasado–.

A pesar de la cara de poker que Misha es capaz de poner en toda situación, era mas que obvio que estaba preocupada por Claire. Ellas tambien se conocían desde hace mucho tiempo. La casa Jur, tambien era una familia noble, sin embargo, tambien fueron destituidos de su título de nobleza.

–Yo amo a la capitana Claire. Se que es difícil, pero confía en mi... – mi rostro serio sorprendió a Misha, quien sonrío suavemente. –Es algo muy complicado de explicar, pero... solo te pido que confíes en mi–.

A pesar de estar colérica, Claire aun mantuvo su palabra. Misha estuvo cuidando de mí, como escolta. Como habíamos formado una amistad, parecíamos un par de jóvenes amigas paseando por el pequeño pueblo ubicado en esta lejana península.

Yharnam es el nombre de este pueblo. Un pequeño asentamiento alejado del reino de Bauer, donde hace mucho tiempo la capitana Claire y pocos secuaces comenzaron a habitar. Mucha gente que escapó de las leyes que favorecían a las familias acomodadas, y hartos del abuso de los nobles comenzaron a llegar. Los rumores de que la hija de la casa François, estaba organizando una revolución para acabar con las injusticias del reino Bauer, era una seductora segunda oportunidad para los que sufrieron desgracias como la joven Archiduquesa.

–Vayamos a esa taberna de ahí, no es que haya muchas en este pueblo, pero es la mejor – Misha sugirió acercarnos a ese lugar para poder comer y beber algo después de un largo día caminando.

Al entrar, la capitana Claire estaba rodeada de miembros de su tripulación. La radiante sonrisa de la capitana iluminaba la oscura taberna, usaba un sencillo vestido azul que, al ser usado por ella, parecía la mas fina prenda, desentonando, pero aun así dándole un toque muy personal, su sombrero de capitana ornaba su cabeza, una larga pluma se balanceaba de un lado a otro. Mientras sostenía un gran tarro de cerveza, la bella pirata se mecía a los lados entonando una canción que era coreada por los demás miembros de la tripulación.

–¡Capitana Claire! – grité emocionada y me dirigí a ella. Misha quiso detenerme, pero fui más rápida y no pudo agarrarme. – ¡Capitana Claire, la extrañé mucho! –.

Al verme, la capitana chasqueó los dientes y su rostro dibujo un gran gesto de desagrado. La tripulación se interpuso entre nosotras formando una barrera, Pepi y Loretta estaban frente a todos bloqueando mi paso.

–¡Ay, quítense! Quiero ver a mi amada capitana – grité mientras intentaba abrirme paso ante la muralla humana.

–Déjenla pasar, quiero saber que busca esta plebeya – la voz firme y molesta de la lideresa pirata resonó atrás del muro de carne.

–Capitana Claire, por favor. ¡Déjeme unirme a su tripulación! – le dije haciendo una gran reverencia para mostrar mi respeto.

Una fría carcajada brotó de la antigua Archiduquesa, arrojándome la cerveza que tenía en la mano, me bañó por completo. Ante la risa de todos, la capitana comenzó a hablar.

–No hay ninguna forma de que admita a una sucia plebeya como tú en mi tripulación – su arrogancia y orgullo era casi palpable. –Además, después de lo que hiciste. No creas que te ganarás mi favor tan fácilmente. Da gracias a que no les ordene a mis hombres a dispararte desde un cañón –.

Sonreí al ver que a pesar del momento que le hice pasar, en el fondo la capitana Claire, seguía siendo tan noble en el fondo.

–¡Por favor, sígame molestando más, capitana Claire! – dije entre risas de forma melosa ante su mirada de desagrado. – a pesar de eso... creo que hay una forma en la que puedo hacerte cambiar de parecer –.

–¿Que podría una sucia plebeya como tú mostrarme? – con una soberbia sonrisa en su rostro, la lideresa pirata me miraba fríamente.

–Si me acompañas a las afueras del pueblo, podré mostrarte sin problemas – un gesto de complicidad se dibujó en mi rostro, había logrado llamar su atención. –Pero solo pueden venir tú y Misha –.

Desconcertada, Claire miró a Misha quien tenía una expresión similar. La capitana ordenó otra ronda para sus hombres y les mando a quedarse en la taberna. Salimos las tres del lugar y nos alejamos del pueblo. Con severidad, la capitana me detuvo.

–Ya es suficiente, plebeya. ¿Qué quieres mostrarme? – se dirigió a mí con fastidio.

Me volteé para mirarla fijamente, me arrodillé y moviendo mis manos comencé a conjurar un hechizo que comenzó a modificar la forma del suelo donde estábamos paradas. Misha y Claire se miraron fijamente. Si bien la magia era algo común en este mundo, lograr hacerla sin usar una varita era algo que solo aquellos con gran afinidad lograban.

–Si, si... eres una maga con afinidad de tierra y, ¿eso que? – con desdén, la capitana Claire me miro de arriba abajo.

–Si, pero eso no es todo lo que puedo hacer – levantándome, comencé a mover mis manos en el aire conjurando otro hechizo, una esfera de agua comenzaba a formarse en el aire para después convertirse en una estalactita de hielo.

Sorprendida, Claire solo pudo musitar "una dual caster" ante la demostración que hice frente a ella. Misha se le acercó y susurró algo a su oído. Después de un momento y a regañadientes, me miró.

–Te dije que haría que te interesaras en mí, capitana Claire – la victoria se posaba en mi rostro en forma de sonrisa.

–Puede que te encuentre alguna utilidad para mis planes, una plebeya como tú debería estar más que feliz de poder servirme – mostrando su habitual orgullo me dirigió esas palabas.

Colmada de felicidad, no pude evitar saltar hacia ella.

–¡Capitana Claire, TE AMO! – me colgué de ella abrazando su cuello. –¡Casémonos! –.

–¡Ah, Misha... quítamela de encima! – colmada de desesperación, la capitana forcejeaba conmigo, mientras Misha solo sonreía con resignación.