Parte 9

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Al llegar a la embarcación, el cansancio se apoderó de mi cuerpo y caí de rodillas. Misha, junto a Pepi y Loretta, se apresuraron a llevar a Claire a su camarote seguidas por Lene. Toda la tripulación estaba consternada, la valiente capitana Claire jamás había caído en combate y siempre los lideraba con vigor y audacia.

El tiempo parecía alargarse, Misha había sido la primera en salir del camarote, sin embargo, no dijo palabra alguna, solo ordenó a la tripulación izar las velas y puso el barco rumbo a Yharnam, estábamos nuevamente a una semana de distancia de nuestro hogar.

Dentro del camarote de la capitana, Lene hacia lo posible por mantener estable a Claire, afortunadamente, el colapso solo se debía al uso excesivo de sus reservas de maná, no obstante, tal desfallecimiento no debía tomarse a la ligera. La capitana Claire, estaba tendida sobre su cama, el sudor que bañaba su cuerpo y transparentaba su poco ropaje era un indicador de una alta fiebre, ocasionalmente se quejaba del dolor, su cuerpo cansado reaccionaba al estrés de la batalla.

Lene, se mantuvo todo el tiempo a su lado, intentando bajar la fiebre y mantenerla estable, Pepi y Loreta salieron del camarote y se acercaron a mí, creí que iban a volver a importunarme por haber hecho algo que puso en peligro a nuestra capitana, pero, sus palabras me sorprendieron.

–Gracias por mantener a salvo a nuestra capitana– Pepi habló tratando torpemente de que su voz no se quebrara por culpa de la preocupación.

–De no ser por ti, quizás no estuviera aquí con nosotras– Dijo Loretta con algunas pequeñas lagrimas que comenzaban a brotar de sus ojos. –La capi... Claire, es muy importante para nosotras, para todos en nuestro pueblo, y gracias a ti pudo volver al barco–.

Yo me seguía recuperando de la presión de la batalla, tambien use mucha magia durante el enfrentamiento, sin embargo, nuestra carta triunfal, fue el gran ataque ígneo de Claire, a pesar de los efectos colaterales.

–Lene nos pidió que te dijéramos, que podrías entrar a ver a la capitana– la voz de Pepi se enterneció. –No sé si a ella le alegre verte, pero estoy segura de que te sentirás mejor si la vez–.

Con el cuerpo pesado, me dirigí al camarote donde estaban Lene y Claire. Al entrar, no pude evitar dejar salir un suspiro de alivio, pues mi querida capitana estaba recuperándose. La fiebre aún no bajaba del todo, y el dolor de su cuerpo se hacía presente ocasionalmente, pero me alegraba que se encontrara en mejor estado.

–¡Rae!– dijo Lene mientras se acercaba a mí y me abrazaba fuertemente. –Rae, si no fuera por ti...

Su voz se quebró y no pudo continuar su expresión por culpa de los sollozos. Lene conocía y trabajaba para Claire desde que ambas eran niñas, mas que una dama de compañía, Lene era como una hermana mayor para Claire, estuvieron juntas en el fallecimiento de su madre, en la ejecución de su padre y se mantuvo al lado de su capitana cuando fue desterrada. A pesar de que ninguna de las dos lo dice, estoy segura de que tanto Claire, como Lene se tienen un inmenso amor fraternal.

–Lene, tengo una idea... quizá no funcione del todo, pero tengo que intentar hacer algo– ante la mirada perpleja de Lene, saque la varita mágica de entre mis ropas y la pequeña piedra mágica en la punta se volvió de un color azul.

–Estoy segura de que hagas lo que hagas, lo harás por el bien de la capitana Claire– dijo Lene tomándome del hombro y haciéndome un gesto para que me acercara a la cama de nuestra capitana.

Mi querida Claire, incluso en este estado luce tan bella, sin embargo, prefiero verla con el ímpetu y animo de siempre. Su cuerpo cubierto de sudor y su pesada respiración me causaba tristeza. Invoqué magia de agua, la magia cuyo uso principal es la sanación. Usé mucha energía mágica y puse toda mi concentración en la labor.

Una ligera capa de rocío comenzaba a cubrir el cuerpo, poco a poco el enrojecimiento del cuerpo de Claire fue desapareciendo, mientras que su respiración se normalizaba. Había logrado mi cometido, a pesar de que aún no lograba despertar, eliminar la fiebre y el dolor de su cuerpo fue el mayor logro que pude hacer en esta situación.

–¡Rae, lo hiciste! – La voz animada de Lene inundó la habitación. –Debemos decirles a todos que la capitana está en mejor estado–.

Con una pesada sonrisa y al borde del desfallecimiento solo pude asentir con la cabeza. Lene se percató de mi cansancio y me regaño como una hermana mayor.

–Agradezco lo que hiciste por la capitana, pero tambien tienes que cuidarte a ti misma... – su gesto me hizo saber que no había diferencia entre Claire y yo ante ella, es parte del encanto de Lene, es tan amable que trata de cuidar a todos por igual. –Descansa un poco, iré por algo de agua para ti. Mientras sigue haciéndole compañía a Claire–.

Me recosté torpemente en la silla junto a la cama de la capitana, su respiración era estable y la fiebre ya no la atormentaba. A pesar de mi cansancio, esa imagen me llenaba nuevamente de energía. Su hermosa figura durmiente, con ropa holgada que acentuaba su figura, los botones de su blusa desabrochados que dejaban ver parte de su hermoso busco y su piel brillante por el rocío sanador que usé en ella. Sonreía para mi misma en silencio, cuando una silenciosa voz me sacó de mis pensamientos.

–Plebeya– casi algo mas que un susurro, Claire habló.

–Dígame capitana–

–¿Te encuentras bien? – la voz que parecía una ligera brisa hizo que mi corazón se enterneciera y casi me hiciera romper en llanto

–Si, capitana... me encuentro bien gracias a usted– respondí hablándole suavemente al oído.

–Me alegra... – fueron sus ultimas palabras antes de caer profundamente dormida nuevamente.

Momentos después, Lene llegó con agua y al sentirme un poco mas repuesta, salimos del camarote para darle a la tripulación las buenas noticias sobre el estado de la capitana.

–Escuchen todos– La voz de Lene resonó con toda la autoridad digna de una oficial segunda al mando. –Como sabrán, en las últimas horas, la capitana ha estado en una situación delicada debido al último enfrentamiento, sin embargo, me alegra anunciarles que ya se encuentra estable, todo gracias a Rae, quien, con su magia de agua, usó un hechizo de sanación en nuestra capitana–.

Me sentí un poco avergonzada al escuchar todas las ovaciones y gritos de la tripulación. Todos estaban inmensamente felices de que la capitana estuviera en mejores condiciones.

–No es para tanto, yo solo... – finalmente, las consecuencias del cansancio y el uso excesivo de mi maná se hicieron presentes. Me desvanecí frente a todos sin poder terminar mi oración. Lo ultimo que recuerdo es que Pepi y Loretta me cargaron y llevaron a la pequeña celda donde antes me encerraban, y la voz de Misha ordenando a la tripulación abrir camino para que pudieran recostarme lo más pronto posible.

Desperté al día siguiente, Misha estaba a mi lado.

–Nos diste un buen susto– era un gran consuelo escuchar su casi inexpresiva voz. –afortunadamente, tu estado no era tan grave como el de la capitana, así que con los cuidados básicos te pudiste recuperar pronto–.

–¿Misha? – un poco confundida después de haber estado inconsciente por casi un día, pude preguntar al fin. –¿Cómo está la capitana? –

–Despierta en algunas ocasiones y vuelve a caer dormida, Lene no se ha despegado de ella en todo este tiempo– dijo Misha, y esbozando una sonrisa compasiva y tranquila, continuó. –Todo gracias a tu magia de sanación, aún quedan cinco días de viaje, así que ambas tendrán tiempo para recuperarse antes de desembarcar, con algo de suerte, el maestro Lambert podrá darle mejor atención a la capitana–.

–Me alegra escuchar eso, Misha– pude decir antes de caer nuevamente dormida.


Me Enamoré De La Villana: Revolución En El Mar - FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora