Thalia caminaba rápidamente por las calles, intentando dejar atrás las confusas emociones y los rostros preocupados de Simon y Dean. No podía comprender cómo su vida había cambiado tanto en tan poco tiempo, y lo único que deseaba en ese momento era la familiaridad y la seguridad de su hogar.
Cuando llegó a su casa, sus padres la recibieron con los brazos abiertos, notando de inmediato que algo la perturbaba.
—Thalia, ¿qué sucede? —Preguntó su madre, con el ceño fruncido por la preocupación.
—Nada, solo... necesitaba un tiempo para pensar. — Respondió Thalia, intentando. sonreír para calmar a sus padres— ¿Puedo quedarme aquí por un tiempo?
—Por supuesto, cariño. Esta siempre será tu casa. — Dijo su padre, dándole un abrazo cálido.
Durante los siguientes días, Thalia intentó recuperar algo de normalidad. Ayudaba a sus padres en las tareas del hogar, leía libros que siempre le habían gustado y paseaba por los alrededores, disfrutando de la tranquilidad del campo. Pero, a pesar de sus esfuerzos por ignorarlo, el misterio de los susurros y las revelaciones de Dean seguían rondando su mente.
Una tarde, mientras estaba sentada en el jardín, vio una figura familiar acercándose por el camino. Era Simon. Thalia sintió una mezcla de alivio y molestia al verlo.
—¿Qué haces aquí, Simon? —Preguntó, levantándose del banco.
—Tenía que asegurarme de que estabas bien. — Respondió Simon, deteniéndose a unos pasos de ella. — Y también... no podía dejar las cosas así entre nosotros.
Thalia suspiró, cruzando los brazos.
— Te dije que necesitaba tiempo, Simon. No puedo manejar todo esto de una vez.
Simon asintió, con una expresión de comprensión.
— Lo sé, y no estoy aquí para presionarte. Solo quería que supieras que estoy aquí para ti, cuando estés lista. No tienes que enfrentarlo sola, Thalia.
Thalia miró a Simon, notando la sinceridad en sus ojos. A pesar de su enfado inicial, sentía una parte de sí misma reconfortada por su presencia.
—Gracias, Simon. — Dijo finalmente, su voz más suave. — Pero aún necesito tiempo.
—Lo entiendo. — Respondió Simon, sonriendo levemente. — Tomaré el camino de regreso. Pero si alguna vez necesitas hablar, sabes dónde encontrarme.
Simon se despidió y se alejó, dejándola nuevamente sola con sus pensamientos. Thalia se quedó en el jardín, sintiendo un poco de paz por la conversación. Sabía que, a pesar de todo, Simon y Dean solo querían ayudarla.
Esa noche, Thalia se tumbó en su cama y miró al techo, recordando los eventos recientes. Los susurros, las investigaciones, la revelación de Dean... todo se mezclaba en su mente. Cerró los ojos y trató de encontrar claridad en medio de la confusión.
En sus sueños, se encontró en un vasto paisaje iluminado por una luz dorada. Caminó hacia una figura brillante que la observaba con una sonrisa serena.
—Thalia. — Dijo la figura, su voz suave y reconfortante. — No temas tu destino. Confía en tu corazón y en aquellos que te rodean.
Thalia se despertó con las primeras luces del amanecer, sintiendo una confusión en su mente. Aunque aún no comprendía completamente su papel en todo esto, sabía que no podía ignorarlo para siempre.
Pero seguía sin entender nada, no confiaba en Dean, pero decide investigar sobre ángeles en su ordenador en cuanto se despierte.
Thalia se levantó temprano al día siguiente, impulsada por la necesidad de entender mejor lo que estaba sucediendo en su vida. Se dirigió a la sala de estar, donde encendió el ordenador y comenzó a buscar información sobre ángeles. Sus dedos volaban sobre el teclado, introduciendo términos como "ángeles en la mitología", "seres celestiales" y "guías espirituales".

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Angels
Science FictionThalia es una chica que está tratando de conseguir un trabajo de camarera cuando conoció a Dean, un chico misterioso cargado de secretos que podría cambiar el mundo de Thalia al completo. ⚠️ Personajes basados en mi propia adaptación No copyright