Thalia pasó los días siguientes reflexionando sobre lo que había descubierto en la biblioteca. Se mantenía ocupada ayudando a sus padres en casa, pero su mente volvía una y otra vez a las historias que había leído sobre los ángeles, los guardianes y los objetos antiguos. No podía evitar preguntarse cómo encajaba ella en todo esto, o por qué Dean había decidido revelarle esa verdad tan confusa.
A pesar de las respuestas que había encontrado, Thalia seguía sintiendo una fuerte desconfianza hacia Dean. No podía aceptar tan fácilmente lo que él le había dicho, especialmente después de haber pasado tanto tiempo tratando de encontrar respuestas por sí misma. Además, el hecho de que Dean supiera tanto sobre ella sin que ella lo conociera de verdad seguía incomodándola profundamente.
Esa tarde, decidió que ya era momento de investigar más sobre Dean, descubrir quién era realmente y si podía confiar en él o no. Sabía que si quería comprender el porqué de todo esto, necesitaba entender mejor al misterioso joven que había irrumpido en su vida con todas esas revelaciones sobre ángeles y destinos.
Después de comer con sus padres, Thalia se dirigió a su habitación y encendió su ordenador. Se sentó frente a la pantalla, dispuesta a investigar. Escribió su nombre en el buscador, esperando encontrar algo que le diera una pista. “Dean”. Inmediatamente, se dio cuenta de lo poco que sabía sobre él: ni siquiera conocía su apellido. Probó varias combinaciones con el nombre y la cafetería donde se habían conocido, pero los resultados eran escasos. No había rastro alguno de Dean en las redes sociales, ni en las noticias locales. Era como si él no existiera más allá de sus encuentros. Esto no hacía más que aumentar su inquietud.
Decidió investigar en foros y sitios de internet especializados en historias paranormales y teorías sobre ángeles, con la esperanza de encontrar algo sobre figuras misteriosas que pudieran coincidir con la descripción de Dean. Pero después de horas de búsqueda, no había nada concreto. Solo leyendas vagas sobre personas que habían tenido encuentros con seres de luz, o con individuos que aparecían en momentos claves de sus vidas. Pero todo era tan ambiguo que no le daba ninguna respuesta real.
Suspirando, Thalia cerró su ordenador. No estaba más cerca de entender a Dean que cuando había empezado. Pero esto solo fortaleció su resolución de no confiar en él ciegamente. Si Dean estaba ocultando algo, ella lo descubriría tarde o temprano.
---
Mientras tanto, Simon había decidido ir a visitarla. Después de la última conversación que tuvieron, había sentido una necesidad constante de asegurarse de que su amiga estaba bien, incluso si sabía que Thalia necesitaba espacio. Llevaba una bolsa de compras en la mano, una excusa para verla sin parecer demasiado invasivo.
Al llegar a la casa de Thalia, Simon notó que la puerta estaba entreabierta. Al principio no le dio importancia, pensando que tal vez Thalia la había dejado así por accidente. Pero al entrar, lo primero que notó fue una figura conocida sentada en el salón. Su corazón dio un vuelco, y por poco dejó caer las bolsas al suelo cuando se dio cuenta de que era Dean, quien estaba allí sin haber sido invitado.
—¿Dean? — Exclamó Simon, con una mezcla de sorpresa e irritación. Cerró la puerta con un golpe y dejó las compras sobre la mesa. — ¿Cómo demonios entraste aquí?
Dean lo miró con tranquilidad, sus manos descansando sobre sus rodillas como si no hubiera hecho nada fuera de lo común.
—La puerta estaba abierta. —Respondió, sin emoción aparente.
—No lo estaba. — Replicó Simon, cruzando los brazos mientras lo miraba de arriba abajo. — Esto no es normal, Dean. No puedes simplemente colarte en la casa de alguien. Thalia te dejó claro que necesitaba tiempo.
Dean suspiró levemente y se puso de pie, acercándose a Simon. Aunque su expresión seguía siendo calmada, había una determinación en sus ojos.
—No estoy aquí para molestarla. —Dijo Dean con voz serena. — Solo necesito asegurarme de que está a salvo.
Simon frunció el ceño. Había algo en Dean que siempre lo había puesto un poco nervioso, esa especie de calma casi antinatural que siempre parecía rodearlo. Pero ahora, el hecho de que se hubiera colado en la casa de Thalia sin su permiso lo irritaba aún más. Simon no podía evitar sentir una creciente desconfianza hacia él.
—No creo que entrar sin permiso sea la mejor forma de demostrar que quieres protegerla. — Respondió Simon, manteniendo su tono firme. — Si realmente te importa Thalia, deberías respetar su espacio.
Dean lo miró por un largo momento antes de asentir con lentitud.
—Tienes razón. — Dijo finalmente. — No debí entrar de esta manera. Lo siento.
Simon lo observó detenidamente, buscando algún indicio de manipulación o una segunda intención oculta detrás de su disculpa. Pero, como siempre, Dean era difícil de leer. Parecía genuino, pero eso no hacía que Simon bajara la guardia.
—Está bien, pero más te vale no hacerlo de nuevo. — Respondió Simon. — Thalia tiene suficiente con todo lo que ha estado pasando. No necesita más estrés.
Dean asintió y se dirigió a la puerta. Antes de salir, se volvió hacia Simon una última vez.
—Thalia está en una situación más complicada de lo que crees. — Dijo, su tono sombrío. — Lo último que quiero es que salga herida.
Con esas palabras, salió de la casa y cerró la puerta tras de sí. Simon se quedó de pie en el salón, sintiéndose extrañamente inquieto por lo que había dicho Dean. No podía evitar preocuparse por lo que Thalia estaba enfrentando. Sabía que ella era fuerte, pero la situación se estaba volviendo cada vez más extraña, y no podía sacudirse la sensación de que algo mucho más grande estaba en juego.
---
Thalia bajó las escaleras poco después, sorprendida al ver a Simon solo en la sala.
—¿Qué haces aquí? — Preguntó, aunque sonrió levemente al ver a su amigo.
—Traje algunas cosas. — Dijo Simon, señalando las bolsas. — Y, eh… también me encontré con Dean.
La sonrisa de Thalia desapareció en un instante.
—¿Dean estuvo aquí? — Preguntó con incredulidad. — ¿Qué quería?
—No lo sé exactamente. Dijo que estaba aquí para asegurarse de que estabas bien. — Respondió Simon, con un tono que dejaba claro su escepticismo. — Pero se coló en la casa sin permiso. No me gusta eso, Thalia. Creo que deberías tener cuidado.
Thalia suspiró, sintiendo la irritación aumentar en su pecho. Todo lo que había intentado evitar, mantener su espacio y claridad, parecía desmoronarse cada vez que Dean aparecía.
—Te dije que no confío en él. — Dijo ella. — Y ahora lo sé aún más.
Simon la observó por un momento y luego asintió.
—¿Entonces qué vas a hacer? —Preguntó.
Thalia miró hacia la ventana, contemplando el horizonte mientras sus pensamientos volaban en múltiples direcciones.
—Voy a seguir investigando, pero esta vez no será sobre ángeles. —Respondió. — Quiero saber quién es realmente Dean.
Simon la miró con curiosidad.
—¿Y cómo piensas hacerlo?
—Ya lo verás. — Dijo Thalia, con una chispa de determinación en sus ojos. — Voy a descubrir quién es en realidad. Y una vez lo haga, todo esto tendrá sentido.
ESTÁS LEYENDO
Angels
Ciencia FicciónThalia es una chica que está tratando de conseguir un trabajo de camarera cuando conoció a Dean, un chico misterioso cargado de secretos que podría cambiar el mundo de Thalia al completo. ⚠️ Personajes basados en mi propia adaptación No copyright