Capítulo 23

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La nieve había comenzado a amontonarse en la entrada de la casa de los Morgan, creando un paisaje blanco y sereno que contrastaba con el caos interior que Thalía sentía. El día siguiente a la visita de Gabriel estaba envuelto en una atmósfera de calma aparente, pero la mente de Thalía estaba en un torbellino de emociones y pensamientos conflictivos. Había decidido que no podía quedarse pasiva mientras el mundo se preparaba para una guerra que parecía inminente.

Thalía pasó la mañana en el estudio de la casa, rodeada de libros y documentos que había acumulado sobre ángeles, la guerra celestial y las antiguas profecías. Simon había llegado por la mañana, preocupado por ella, pero Thalía le pidió un poco de tiempo a solas para ordenar sus pensamientos.

Simon, que se había convertido en un pilar de apoyo constante para Thalía, decidió pasar el tiempo investigando por su cuenta. Se dirigió al café local, un lugar que había usado anteriormente como base para sus investigaciones. Mientras hojeaba libros antiguos y buscaba en internet, estaba decidido a encontrar cualquier información que pudiera ayudar a entender mejor la situación.

Mientras tanto, Dean había regresado a su casa, donde se encontraba en una conversación intensa con Liora. La tensión entre ellos era palpable, y Liora estaba visiblemente preocupada. La conversación giraba en torno a las recientes revelaciones y las implicaciones para la guerra celestial.

—Dean, ¿estás seguro de que Thalía está lista para esto? — Preguntó Liora, su voz llena de inquietud. —La carga que llevamos es enorme, y el hecho de que tú seas un ángel caído complica aún más las cosas.

Dean, con su mirada fija en el fuego de la chimenea, asintió lentamente. Su rostro mostraba una mezcla de culpa y determinación.

—Lo sé, Liora. No es fácil para ella. Pero es necesario que se enfrente a la verdad. Mi pasado y mis errores son parte de la historia, pero no define lo que podemos hacer ahora. Necesitamos unirnos y prepararnos para lo que viene.

Liora suspiró, comprendiendo la gravedad de la situación. Había visto a Dean luchar con su propia redención, y la realidad de la guerra celestial solo añadía más peso a la carga que ambos llevaban.

—Deberíamos contactar a otros aliados. Si la guerra está realmente cerca, necesitamos estar preparados. Y Thalía... ella también necesita tiempo para asimilar todo esto y encontrar su lugar en medio del conflicto.

Dean asintió, su expresión firme. Sabía que tenía que ser paciente, pero también entendía que el tiempo no era un lujo que podían permitirse.

En la casa de los Morgan, la tarde transcurría en medio de una mezcla de preparación y reflexión. Thalía, que había pasado la mayor parte de la mañana investigando, decidió dar un paseo para despejar su mente. Necesitaba algo de aire fresco y un cambio de escenario para pensar con claridad.

Caminó lentamente por el jardín, la nieve crujiente bajo sus botas, y observó cómo el paisaje invernal se extendía a su alrededor. El mundo parecía en paz, pero el sentimiento de inminente turbulencia no desaparecía de su mente.

Durante su paseo, Thalía decidió visitar a Simon en el café, pensando que una conversación con él podría ayudarla a tomar una decisión. Entró al café y lo encontró sentado en una mesa junto a una pila de libros. Al ver a Thalía, Simon se levantó rápidamente y le ofreció una sonrisa de bienvenida.

—¡Thalía! —Dijo Simon, señalando la silla frente a él. — Qué bueno verte. ¿Cómo te va?

Thalía se sentó y dejó escapar un suspiro.

—He estado pensando mucho. Gabriel me dijo cosas sobre Dean que son difíciles de procesar. No sé si puedo confiar en él.

Simon la miró con comprensión.

—Lo entiendo. Todo esto es confuso y complicado. Pero también sabemos que hay más en juego aquí. La guerra celestial es algo que no podemos ignorar, y tenemos que tomar decisiones basadas en lo que es correcto, no solo en lo que es fácil.

Thalía asintió, sintiendo un poco de consuelo en las palabras de Simon. La conversación con él ayudó a aclarar algunos de sus pensamientos, aunque todavía sentía un peso en su corazón.

—Necesito tiempo para decidir qué hacer. — Dijo Thalía, su voz llena de resolución. — Pero no puedo ignorar lo que está sucediendo. No sé si puedo confiar en Dean completamente, pero tampoco puedo quedarme de brazos cruzados mientras el mundo se prepara para la guerra.

Simon asintió en señal de apoyo.

—Lo sé, y estoy aquí para ayudarte en lo que necesites. Vamos a enfrentar esto juntos, paso a paso.

Mientras Thalía y Simon hablaban, un nuevo personaje apareció en el horizonte, uno que estaba a punto de cambiar el curso de los eventos. Se trataba de Seraphiel, un ángel conocido por su papel en la antigua guerra celestial. Había estado observando desde las sombras, esperando el momento adecuado para intervenir. Seraphiel, con su presencia imponente y su aura de autoridad, había sido testigo de la lucha y el dolor que habían marcado la historia celestial.

Thalía y Simon salieron del café y se dirigieron de regreso a la casa. El día continuaba con una sensación de anticipación y preparación. A medida que la noche se acercaba, Thalía se preparaba para enfrentarse a las decisiones que tendría que tomar en los próximos días.

La tensión en el aire era palpable mientras el futuro incierto se desplegaba ante ella. Thalía sabía que el tiempo se estaba agotando, y que las decisiones que tomara serían cruciales para el destino de todos los involucrados.

En la casa de Dean, Liora continuaba sus preparativos y comunicaciones con otros posibles aliados. La situación se estaba volviendo más urgente, y la necesidad de una estrategia clara y cohesiva era cada vez más evidente.

Mientras el mundo se preparaba para lo que estaba por venir, cada personaje estaba tomando su lugar en el gran esquema de la guerra celestial que se avecinaba. La paz aparente de la temporada navideña contrastaba con la preparación para un conflicto que podría cambiarlo todo.

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