Capítulo 9

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Thalia pasó los días siguientes envuelta en una mezcla de emociones, incertidumbres y pensamientos. La verdad que Dean le había revelado pesaba sobre ella como una nube oscura. A pesar de sus mejores esfuerzos por distraerse, las palabras de él resonaban en su mente: "El caos se está extendiendo, y el mundo está en peligro". Era casi imposible ignorarlo. El colgante que llevaba al cuello no solo era un recordatorio constante de lo que había escuchado, sino también una señal de que, de alguna manera, algo dentro de ella comenzaba a cambiar.

Pero aunque sentía el peso de esa revelación, Thalia aún no estaba lista para aceptarlo completamente. El destino que Dean describió le parecía tan lejano y extraño como imposible. ¿Cómo podía ser ella, una persona común y corriente, parte de algo tan grande como una guerra celestial? ¿Cómo podía luchar, cuando ni siquiera había empezado a entender quién era realmente?

Una tarde, mientras estaba en casa ayudando a su madre en la cocina, Thalia se detuvo un momento y miró por la ventana hacia el vasto paisaje. El viento movía suavemente los árboles, y el cielo estaba cubierto por nubes grises, como si una tormenta estuviera por llegar.

-Cariño, ¿estás bien? - Preguntó su madre, interrumpiendo sus pensamientos.

-Sí, mamá. Solo estoy pensando. -Thalia sonrió levemente, intentando no preocuparla.

Su madre la miró con ojos amorosos, pero preocupados. Sabía que algo estaba pasando con su hija, aunque Thalia no le había contado nada sobre lo que había estado ocurriendo en su vida recientemente.

-Si alguna vez necesitas hablar, ya sabes que estoy aquí, ¿verdad? - Dijo su madre con suavidad, limpiándose las manos en un paño.

Thalia asintió y la abrazó brevemente, agradeciendo la calma y el amor que siempre encontraba en su hogar. Era lo único que la mantenía conectada con la realidad, en medio de todas las cosas extrañas que habían comenzado a suceder en su vida.

Sin embargo, sabía que no podía quedarse en esa burbuja de normalidad para siempre. Las respuestas que buscaba no estaban en la cocina de su madre ni en los paisajes tranquilos que la rodeaban. Estaban en Dean, en los susurros del colgante, en las historias que Simon y ella habían encontrado en las páginas de antiguos libros sobre ángeles.

Unos días después, una tarde lluviosa, Thalia decidió volver a la ciudad. Necesitaba regresar a la biblioteca, continuar su investigación y, sobre todo, enfrentarse de nuevo a Dean y Simon. Sabía que no podía seguir evitando el tema indefinidamente. Debía resolver sus dudas, aunque todavía no estuviera lista para aceptar lo que Dean había revelado.

Cuando llegó a la ciudad, lo primero que hizo fue ir a la tienda de comestibles donde solía encontrarse con Simon. La pequeña tienda estaba tranquila, el sonido de la lluvia golpeando las ventanas creaba un ambiente relajante. Simon estaba detrás del mostrador, organizando algunos productos en los estantes cuando la vio entrar.

-¡Thalia! - Exclamó Simon con una sonrisa de alivio. - Me alegra verte. Estaba empezando a preocuparme.

Thalia le devolvió la sonrisa, aunque fue un poco forzada.

-Lo siento, necesitaba tiempo para pensar. Pero estoy de vuelta... bueno, por ahora.

Simon dejó lo que estaba haciendo y se acercó a ella.

-¿Cómo te sientes? - Preguntó con genuina preocupación.

-Confundida, frustrada... - Thalia hizo una pausa, luchando por encontrar las palabras adecuadas. - No sé si puedo creer todo lo que Dean dijo, pero siento que no puedo ignorarlo. Hay algo... algo que me empuja a seguir investigando.

Simon asintió comprensivamente.

-Entiendo. Es mucha información para asimilar. Pero, Thalia, quiero que sepas que estoy contigo en esto. No importa lo que decidas, te apoyaré.

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