Capítulo 7: En el Seno Familiar

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El aire se había enfriado ligeramente en la ciudad, transformando la noche en una oportunidad perfecta para una cena familiar. Regresé a la casa de mi infancia para celebrar el cumpleaños de mi madre, Esther, quien una vez fue Arlov, pero ahora llevaba el apellido Collins.

Al llegar a la casa, que solía ser el escenario de mis pesadillas, no necesité cerrar los ojos para recordar cada rincón. Vestía de manera informal, en contraste con el traje impecable que solía llevar como una segunda piel. Jean, una camiseta blanca y una chaqueta de cuero que daba un aire desenfadado. Mi cabello, normalmente pulcro y perfectamente peinado, tenía hoy un toque rebelde, como si el disfraz del gran jefe inaccesible se hubiera quedado colgado en el armario.

Respiré profundamente al entrar, sintiendo el familiar aroma a comida casera que se filtraba desde el comedor. El ambiente estaba impregnado de una calidez hogareña, con la mesa decorada con flores frescas y candelabros que lanzaban una luz suave y acogedora. La familia y algunos amigos cercanos ya estaban reunidos, charlando animadamente.

Esther, al verme entrar, se iluminó con una sonrisa de pura felicidad. Se acercó y me dio un abrazo apretado.

—¡Si viniste!

—¡Feliz cumpleaños, mamá! —dije, con una sonrisa genuina y una nota de cansancio en mi voz. Le extendí una pequeña caja envuelta en un elegante papel de seda.

—Gracias, querido —respondió,
con una mirada llena de amor hacia
mí—. Pero el mejor regalo es que hayas podido venir. Aunque me imagino que tu asistente compró algo bonito para mí —añadió en un tono divertido— ¿Otro collar?

—De perlas esta vez —respondí con una pequeña sonrisa. Aquello ya era un chiste íntimo entre nosotros.

Esther, una mujer que lo tenía todo, solo deseaba un poco de tiempo de calidad madre e hijo. Los momentos que pasábamos juntos eran cada vez más cortos y distantes. Esa monumental brecha entre nosotros había surgido a los quince años con la muerte de Nikolay, mi padre, siendo un punto de no retorno para nuestra relación.

El ambiente estaba lleno de calidez mientras todos se acomodaban en la mesa. Me senté junto a mi hermano Dimitri, quien estaba en medio de una animada conversación sobre su último proyecto cinematográfico. Dimitri, de veinticuatro años, era el vivo ejemplo de lo que la vida podía ofrecer con una pizca de suerte y mucho talento. Aunque yo solía añadir que también se necesitaba dinero. Su encanto y jovialidad llenaban la habitación, proporcionando un agradable contraste con mi sobriedad habitual.

—Entonces, ¿cómo va la película?
—pregunté, intentando parecer interesado mientras servía vino en mi copa.

—¡Va genial! —respondió Dimitri, con una sonrisa amplia—. Estamos en la etapa final y ha sido una experiencia increíble. ¡Incluso me han dicho que esta podría ser mi gran oportunidad de ser una gran estrella! Quizás en unos años, podría ganar un Oscar o un Emmy.

Prontamente, el entusiasmo de Dimitri se fue apagando, ya que no tenía más información para agregar. Agradecí internamente; amaba a mi hermano, pero su extroversión solía ser demasiado para mi gusto en ciertos momentos. El silencio momentáneo fue refrescante, pero pronto fue interrumpido por una nueva voz.

—¿Cómo van los negocios, Víktor?
—preguntó Mauris con un tono ronco. Él era el nuevo esposo de mi madre, relativamente nuevo, ya que llevaban casados trece años.

Bajo la superficie del CEO [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora