Capítulo 5: Entre la Noche y el Día

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El día comenzó con un matiz de calma engañosa. Me desperté en mi cama, envuelta en las sábanas desordenadas, mi cuerpo desnudo desparramado sobre el colchón. El sol filtraba sus primeros rayos a través de las cortinas
semitransparentes, proyectando un resplandor dorado que acentuaba las curvas de mi figura esbelta y la textura de mi piel. Mis cabellos caían en ondas desordenadas sobre mi almohada. Los recuerdos de la noche anterior aún nublaban mi mente.

A unos pasos de distancia, escuchaba a Daniels en la cocina. Cuando él entraba allí se movía con agilidad.

Daniels es todo lo contrario a Viktor. ÉI es un jefe comprensivo y amable, que mantiene un buen ambiente en la oficina. Aunque puede ser firme cuando es necesario, siempre lo hace con pesar y respeto. Daniels Morgan es el sueño de cualquier chica: atento, guapo, cariñoso, considerado y siempre dispuesto a escuchar.

**Daniels**

Mi piel estaba aún cálida por la noche, mis músculos tensos mientras intentaba mantener la normalidad a pesar de las emociones agitadas que sentía. Aunque mi apariencia parecía desordenada, por dentro podia sentir como una pequeña tormeta se desataba, mientras escuchaba el agua de la ducha caer. Realmente me estaba obligado a moverme y ocupar mi cabeza en otra cosa, pero a cada paso que daba, la imagen de Lina, con su piel suave y sus labios entreabiertos mientras la embestía de manera frenética, me recordaba el íntimo vínculo que teníamos.

Un tono persistente seguido por una vibración aguda, corto bruscamente mis pensamientos y me devolvió a la realidad.

  —¡Aló!

—Daniels, ¿dónde estás? —preguntó Jessy, mi segundo asistente al otro lado de la línea. Realmente no necesitaba dos asistentes; eso me fastidiaba un poco, aunque no lo diría.

Él era un joven recién graduado cuya carrera apenas recordaba, pero lo había contratado como un favor personal para mi madre. La madre de Jessy es la peluquera de mi madre, y ella siempre dice que una peluquera preocupada o distraída podría arruinar un buen corte de cabello, eso, y que estaba muy vieja para salir a la casa de una buena
peluquera en el caos de Nueva York.

—Estoy ocupado con algo importante. Llego en treinta minutos —respondí.

—Todos Ilegaron temprano, tal como especificaste para la reunión de rendimiento del personal —me recordó.

—¡Oh, sí, cierto! ¿Eso era hoy? Bueno, ordena donas y que esperen. Ya salgo.

                      
**Viktor**

La luz tenue del amanecer, se  filtraba a través de la ventana del baño. Miré mi reflejo en el espejo; mis ojos reflejaban una mezcla de agotamiento y frustración. La noche había sido especialmente dura, plagada de pesadillas que no me dejaban en paz, reviviendo viejos traumas que nunca parecían irse. Con un movimiento mecánico, tomé tres pastillas de diferentes frascos y las acompañé con un sorbo de whisky, esperando que al menos me proporcionaran un respiro temporal de la tormenta interna que me atormentaba.

Mientras me apoyaba en el lavabo, un fragmento de mi infancia se filtró en mi mente, como un eco distante pero penetrante. Recordé una tarde en la que, siendo aún un niño, estaba en mi antigua casa familiar. Mi padre, Nikolay, estaba en uno de sus estados más oscuros. La casa, que normalmente era un refugio de lujo, se había convertido en un campo de batalla. El eco de los gritos y los golpes resonaba en las paredes, intensificando el terror que sentía.

Bajo la superficie del CEO [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora