Petra
«¡No puedo creer que haya aceptado ser la puta de Emiliano!». —susurro enfadada.
Tengo tanta mala suerte que ni yo me lo creo. Aunque viendo las cosas en perspectiva, era eso o que el italiano hablara con Nikolay sobre mi comportamiento libertino y los peligros a los que me expongo por salir de fiesta casi sin ropa y sin protección.
Si mi hermano se llega a enterar de lo que casi me hacen esos hombres, es capaz de asesinarlos con sus propias manos. Además de cogerme por las greñas y cumplir su promesa de llevarme a Rusia para casarme con uno de sus socios Alemanes. De solo imaginarme la escena un escalofrío me recorre entera.
Así que no, no puedo arrepentirme de la decisión que acabo de tomar al aceptar ser la sumisa de este adonis.
Tendré que ponerme a investigar porque no tengo mucha idea de lo que significa ser una sumisa. La sola palabra me encrespa los pelos de la nuca.
En estos momentos siento una sensación extraña...: incertidumbre, miedo, expectación y morbo. Esto último porque deseo sentir esos labios gruesos sobre mi piel.
¡¡Dios!, me he vuelto una lujuriosa! A mi favor tengo el llevar más de un año de abstinencia, y ese hombre despierta mis bajos instintos.
Luego de soltar la bomba, Emiliano se dio media vuelta y me dejó sola en la cocina.
Estoy tan nerviosa y angustiada que no puedo parar de zampar, no sé qué va a pasar conmigo y eso me tiene al borde de un ataque de ansiedad. Acabo de comerme ocho crepes; los dividí en dos tandas... A unos les puse chocolate y fresas, mientras que a los otros nata.
He tenido que rebuscar en algunos cajones en busca de sales estomacales. La tripa ha comenzado a sonar y eso solo puede significar que pasaré una muy mala noche por culpa de los dulces.
Por fin a las cuatro de la mañana pude conciliar el sueño, he buscado material sobre las sumisas y la verdad es que preferiría ser una switch, esta es la persona que puede tomar posesión de cualquier rol, tanto de sumisa como de dominatrix. Aunque tengo tan poca experiencia en el sexo que no sé si podría dominar a Emiliano.
Solo espero que no me lastime. Con todo lo que leí, estoy temblando de miedo porque no sé en dónde me he metido y ahora dudo si fue la mejor opción aceptar sin más. Tal vez debería haber intentado negociar o directamente dejar que de plano hablara con Nikolay y que fuese lo que Dios quisiese.
Me remuevo en la cama al ver que la luz atraviesa mis ojos. Los abro y veo que ya ha amanecido, miro el reloj y marca las 7 A.M., apenas he dormido tres horas y ya debo arreglarme para ir a trabajar.
«¡Mierda!», pienso sosteniendo mi cabeza, no tengo ropa que ponerme.
«¿Por qué me pasan estas cosas?». —susurro maldiciendo mi suerte.
—Eso mismo me pregunto yo. Pero por ahora me conformaré con saberte mía... —dice una voz a mis espaldas y salto del susto.
—Sí sabes que no soy tuya, ¿verdad? —contesto temblorosa a este hombre que quiere acabar con mi cordura.
—Lo eres desde el momento que aceptaste ser mi sumisa. —Me mira de forma penetrante al hablar y tiemblo.
—Por favor, no me hagas daño... —Mis ojos se cristalizan porque realmente no sé al extremo que él lleva esta práctica y no me gustaría morir en una sesión.
—¡¿Por qué piensas que te haré daño?! —pregunta molesto.
—Porque anoche estuve leyendo sobre lo que significa ser una sumisa y pues... —Mis palabras se entrecortan porque no puedo con todo esto que me abruma y comienzo a sollozar.
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Te enseñaré lo que es amar
RomanceEmiliano es un magnate de los negocios; su trabajo es lo único que aplaca sus demonios. Luego de que jugaran con él y le rompieran el corazón de la peor manera, se juró no fiarse de ninguna mujer cerrándose a la posibilidad de volver a amar. Su dulz...