Capítulo 15 - Dejándose llevar

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Narrador Omnisciente

Emiliano estaba cansado de luchar con lo que le provocaba Petra. Por eso decidió darle una oportunidad a la propuesta que ella le hizo sin pensarlo demasiado. Que hubiera aceptado no significaba que sería menos desconfiado, simplemente se aseguraba de que ningún hombre la tocara o cortejara.

De tan solo imaginar que otro pudiera disfrutar su cuerpo, se volvía loco, y esa era la razón principal por la que había cedido. Se moría de miedo e incertidumbre, su cabeza no paraba de rumiar y conjeturar. Algo lo impulsaba a dejarse llevar, pero su miedo al fracaso y a que volvieran a jugar con él lo tenían aterrado.

Sabía que si sucumbía a sus más bajos instintos con ella no habría retorno porque esa mujer respondona y segura de sí misma era lo que siempre había deseado. Anhelaba a alguien que se jugara por él y le dijera las cosas claras sin pelos en la lengua; el problema era que no sabía si creer en sus palabras al 100%.

Gianna lo había hundido en un hoyo profundo del cuál no podía salir, o al menos eso pensaba. Porque después de ella, las inseguridades que nunca tuvo se hicieron presentes hostigándolo en todo momento. Sufría demasiado, y aunque por fuera vieran a un hombre fuerte y sin escrúpulos, bajo toda esa coraza se encontraba un corderito asustado.

Temía enamorarse como nunca antes lo había hecho y que al final todo fuese otra cruel broma del destino. Petra le producía algo que hasta el momento desconocía; la posesión que se apoderaba de él cuando la tenía cerca era una sensación nueva que le hacía faltar el aire, y esa era la razón por la que había pensado huir como un cobarde.

Sin poder evitarlo su mente se trasladó al pasado, en concreto a Milán, al día que comenzó a odiar a todas las mujeres...:

Flashback

Emiliano Lombardo

Voy de camino a casa en las afueras de Milán. Aún no he procesado todo lo que me dijeron de mi mujer, ella no es así... Si bien sé que todavía no me ama..., me resulta increíble pensar que todo el tiempo que pasamos juntos fue mentira y un plan macabro de su parte para lastimar a la esposa de Patrick.

Le he dado todo. ¿Qué clase de mujer es si lo que dicen de ella es verdad? ¡Dios!, me estoy enloqueciendo de tanto devanarme los sesos. Necesito saber si he caído como un imbécil en la trampa de una manipuladora que nunca me valoró y desde siempre tuvo un único objetivo: utilizar mi dinero y conexiones para quedarse con el mafioso.

Entro a casa y me sirvo un vaso de whisky, respiro profundo dejando salir la frustración que siento. Si ella jugó de esa manera con mis sentimientos aún cuando le brindé todo a manos abiertas..., no se merece ni mi ayuda ni mi compasión por más enamorado que esté.

De ser ciertas todas las acusaciones que caen sobre su cabeza..., se terminaron las mujeres para mí. Ruptura tras ruptura he intentado seguir creyendo en el amor y en esa persona que no me viera como un banco sino como un compañero de vida, que me quisiera sin condiciones por el amor que le daba.

Lamentablemente, todas son iguales y nadie va a amarme como yo pretendo... Ahora entiendo a mis amigos empresarios; ellos follan todos los días con una mujer diferente. Prefieren pagar a prostitutas que dejarse embaucar por una víbora que los enrede y les quite la mitad de su fortuna. Al fin veo cuánta razón llevan.

Estoy intentando no pensar en que me la han vuelto a jugar. Han sido diez años intentando formar una familia sin resultados positivos. Ninguna de las seis mujeres a las que les abrí mi corazón me correspondieron.

Jugaron con mis sentimientos, mi buena fe y mi carácter cariñoso. Tal vez ese es mi defecto; ser demasiado romántico e intentar hacerlas sentir el centro del universo. Si fuera un hijo de puta como los mafiosos que conozco, las mujeres andarían arrastrando el ala por mí y humillándose para que les diera un poco de atención.

Te enseñaré lo que es amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora