Capítulo 29 - Una vida juntos

141 13 0
                                    

Emiliano

Luego de cortar la tarta, anunciamos a los invitados que nos retiraríamos para comenzar con nuestra luna de miel. Entre vítores, gritos y aplausos, dejamos la residencia de mis suegros para ir directamente al aeropuerto.

—Cariño, no has querido decirme a dónde me llevas... —refunfuñó Petra sentándose encima de mis piernas.

—Iremos a un lugar paradisíaco, en donde te tendré desnuda todo el tiempo... —contesté mientras introducía muy suavemente mi mano por debajo de su vestido.

—Emi... Emiliano... nos van a ver... —jadeó cuando comencé a acariciar su centro por encima de su ropa interior.

—Eres mi esposa, puedo amarte cómo y dónde quiera... —alegué de forma posesiva.

—No sé en qué momento te has convertido en un dominante. Me explicaste tus razones pero lo que realmente creo es que siempre lo has sido... Sea como sea, me fascinan todas tus facetas, amo cuando eres dulce y cariñoso, aunque también me vuelve loca cuando me controlas y me atas —susurró mi princesa de forma provocativa lamiendo y succionando el lóbulo de mi oreja para desestabilizarme.

—Desde que te conocí me he replanteado ese tema y es que, con tan solo el primer contacto, sentí una pertenencia demasiado agresiva. Me decía que era porque solo te deseaba y quería follarte con ganas, pero desde que te tuve, no pude dejar de tocarte, de soñarte y de anhelar que me amaras no por mi dinero, sino por lo que realmente era, que vieras mis virtudes y también todos mis defectos... —comenté sincerándome por primera vez.

—Aunque no lo creas, algo me decía que solo contigo lograría cerrar mis heridas. Lloré mucho, pero fue porque te odié y amé desde el primer momento. Por eso me arriesgué a que rompieras en miles de pedazos mi pobre corazón —confiesa mientras se muerde el labio.

—¿Sabes...? Intenté alejarme, dejarte, hasta quise resistirme a tus encantos... Pero siempre volvía atraído como la polilla a la luz. Cuando estuve en el último viaje te compré algo, quería entregártelo al regresar y decirte cuánto te amaba. No pude hacerlo porque se montó todo aquel follón con tu partida y me dije que aunque recorriera el mundo entero lo llevaría conmigo para entregárselo a su dueña cuando perdonara lo burro que había sido con ella... —declaro tomando la cajita que se encuentra en un compartimento de la limusina en la que vamos.

Se la doy y al abrirla comienza a llorar.

—¡Mi amor, me encanta! Una rosa eterna..., desde que soy adolescente he deseado que me regalasen una. Cuando viajaba y entraba a las floristerías me encantaba verlas. Es el mejor regalo que podías hacerme luego de nuestro bebé —dice hipando.

—Quería darte algo único y especial. Tú lo tienes todo, no necesitas nada, por eso pensé que lo que no tenías era mi corazón y se me ocurrió representar en algún objeto todo lo que me hacías sentir... Porque: Eres la luz que me ilumina, Petra —hablo leyendo las palabras que le hice grabar a la rosa.

—Te amo, no sabes cuánto te amo, Emiliano. Si pensé que no podía enamorarme más de ti, estaba equivocada porque con este detalle me has dejado muerta, es lo más bonito que nadie me ha podido regalar. —Sus palabras me emocionan e inflan el corazón.

—Gracias a ti mi vida... Por tu paciencia, por tu perseverancia y por enseñarme lo que es amar de verdad. Me has dado todo de ti, no solo tu confianza, sino también tu corazón, ese que a pesar de estar hecho añicos me entregaste sin reservas logrando que el mío vapuleado por el desengaño, comenzara a latir vislumbrando una segunda oportunidad —limpié sus lágrimas y besé sus labios.

—Aunque al principio fuiste un ogro, nunca me irrespetaste, al contrario, me enseñaste muchas cosas y me abriste tu corazón dañado para que junto al mío intentáramos montar de nuevo ese rompecabezas que por azares del destino nunca estuvo bien armado debido a una realidad irrefutable: faltaba una pieza crucial en él, y esa... Eres tú... —Al acabar de hablar el coche se detiene y supe que habíamos llegado al aeropuerto privado.

Te enseñaré lo que es amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora