La Mujer con Armadura Sedujo al Lord (Oscar Tully)

Capítulo 14: Lord Oscar Tully está aquí

Capítulo 14: Lord Oscar Tully está aquí.

“Cervatillo... siempre quise volver a verte pero no así”.

La mañana en la que llegaron a la ciudad a los pies del castillo Tully fue un día lúgubre.

Lady Cecily se puso visiblemente nerviosa y pidió: “Quiero ver la ciudad primero”, Hagos y Avice se miraron entre ellos.

Su día en la posada ya esperaban la visita del sequito de los Tully, sin embargo no hablaron. Hagos se sentó con los brazos apoyados en la barra del bar, Avice se acomodó a su lado con una pierna levantada en un taburete.

—No quiere casarse con él —soltó Avice llevando un tarro a su boca, el licor la ayuda a hablar con fluidez.

—Eso no es asunto de unos simples guardias —le contestó Hagos, él también tomó un tarro pero con menos ansias que su compañero.

Avice apreció la amargura en el tono de Hagos, «la ama», pensó.
No pudo evitar la pena, de pronto no se sintió tan miserable, ¿un simple caballero con una noble dama? Que tragedia, roza lo imposible.

—Tú... —iba a hablar pero Hagos levantó la mano para que se calle.

—Solo... no digas nada —le pidió.

Avice le pidió otra ronda y ambos se tomaron toda una jarra antes que dieran las diez, en la taberna lady Baratheon sujetó una flauta y le tocó canciones a los viajeros, nadie allí sabía quiénes eran.

Cecily sonreía con amabilidad a las personas y Avice la envidio tanto como sintió tristeza por ella: “Esa belleza se pudrira entre las piedras negras de un castillo”. Hagos la vio atento todo el tiempo, hasta que un ruido los alertó, hombre vestidos con banderas rojizas entraron sacando a los civiles.

«Duró muy poco», se lamentó tirándole unas monedas al cantinero, ya no podrán beber, los Tully han llegado.

Las personas salieron del lugar tan rápido como liebres asustados, su grupo se mantuvo en calma y las doncellas arreglaron a lady Baratheon.

—Iremos al castillo —dijo una.

—¡Por fin! —exclamó otra.

Ante ello lady Baratheon dejó caer sus hombros con resignación y una pequeña sonrisa.

Contrario a sus creencias, los hombres Tully no hablaron con ellos sino que abrieron camino para dejar pasar a un joven muchacho quien iba con su sequito detrás suyo, las pisadas hicieron levantarse rápidamente y con nerviosismo a Hagos y Avice de su lugar.

—Carajo —maldijo Avice por lo bajo, ¿acaso era...?

Por todos los infiernos, Lord Tully fue a recibir en persona a lady Baratheon y sus guardias apestaban a alcohol, quiso morir en ese mismo momento.

Avice se arrodilló ante el séquito, algunos la miraron con curiosidad y otros ya sabían quién era así que solo hubo desprecio.

Los pasos se acercaron por el lugar, eran pesados, y con ellos sabía que un señor entraba al lugar.

—Lady Baratheon —un vocero anunció —, Oscar Tully señor supremo del tridente ha venido a escoltarla.

Hagos se agachó al lado de Avice, volteó la cabeza para verla y ella le respondió con una media sonrisa: ¡Finge no estar ebrio! ¡O nos cortaran la cabeza!

El joven Lord Tully se posicionó frente a la doncellas, las saludó una a una con respeto.

—Son bienvenidos a Aguas dulces —dijo una voz clara y fuerte, Avice tenía curiosidad por mirar al señor supremo del tridente pero se mantuvo en su posición —. Que sus guardias se levanten.