Capítulo 43: Dos niños muy peculiares

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Capítulo 43: Dos niños muy peculiares.

“Que ojos tan feroces, me recuerdan a mi amada quien ahora descansa en el cielo”.

De nuevo ese gran “barco mercante”, Oscar no cambió su rumbo solo porque tenga a alguien enfrente bloqueando el paso, es más, se desesperó por lo lento que era aquella embarcación, ¡que salgan del medio! Sin embargo parecían algo sospechosos, así decidió tampoco sobrepasarlos por temor a que ataquen desde atrás. Es mejor prevenir luego de ver la confrontación de aquella vez.

—Son vándalos parte de la flota que se enfrentó en la isla de las serpientes hace unas semanas —le informó Davon Arryn, ambos se pararon al filo de la proa con el viento golpeando sus rostros mirando a sus soldados desde arriba.

Davon vio de reojo la reacción de su Lord y capitán: Indiferencia pura.

Él iba a quitar su atención de esa gran embarcación cuando se oyó el “Flish” cortar el viento y una vara se clavó en el palo del mástil justo al lado de la cabeza de Lord Tully.

Se oyó el: “Oh” al unísono de todos los presentes, contuvieron la respiración evitando hacer sonido alguno, el rostro del Lord quedó blanco con sus ojos muy abiertos y su labio torcido: ¿Qué acaba de ocurrir? Un enojo emergió.

—¿Mi Lord...? —llamó Davon Arryn acercándose para sacar la flecha del palo —. ¿Mi Lord, está usted bien...?

El ambiente cayó varios grados, es como estar en invierno aunque el sol brille.

—Arribenlos —ordenó sin cambiar su expresión, los piratas sin estándartes sacaron sus espadas, sin embargo ante tres grandes barcos Tully solo pueden rezar a sus dioses paganos.

Lord Tully usó su espada, estos piratas ya lo han casando y con esa flecha marcaron su sentencia, ¿cómo se atreve? ¿Es que acaso no conocen su lugar debajo de la suela de sus zapatos?

Cuando cayó la noche las lanzas mata dragones fueron tiradas en su dirección atravesando la madera y clavándose en su estructura, los tres barcos los rodearon con sus lanzas y tirados en diferentes direcciones logrando despedazar una parte, luego los tablones fueron colocados y con ello los soldados cruzaron corriendo con agilidad.

Oscar siempre fue mejor con la flecha que con la espada, aún así es un espadachín fuerte y aguerrido, empuñó su espada y le abrió el vientre a un hombre gordo sin camisa que corrió hacia él con un martillo en la mano, las tripas se desparramaron por el piso.

—Patetico —le dijo pateando las entrañas a un lado para poder avanzar con seriedad en sus pasos.

Todos unas ratas asquerosas, grandes en cantidad pero no en calidad, su capitán huyó, al parecer, como una rata despavorida rompiendo una ley implícita: “Un capitán se hunde con su nave”, no ha de ser muy fuerte. La ropa y la hoja filosa se tiñeron con un rojo vivo.

Ante la presencia del señor de Aguasdulces los sobrevivientes quedaron reducidos en el piso, las espadas en los cuellos de los sucios malvivientes amenazaron con tomar sus vidas en cualquier segundo, Oscar caminó por la parte frontal pisando con sus botas pesadas la madera vieja y en algunas partes corroída.

Como el juez y verdugo ante ellos solo pudieron lanzar maldiciones a los rivereños quienes se han adentrado a sus dominios en el mar dejando sus estables casas, cada vez se volvían más marineros que granjeros.

—¿Quién fue el insensato que lanzó está flecha? —preguntó levantando la vara de madera la cual era efectivamente la flecha de advertencia.

Hubo un silencio incomodo, uno de los que quedó al mando con la partida de su capitán levantó la mano tembloroso.

La Mujer con Armadura Sedujo al Lord (Oscar Tully)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora