Capítulo 44: Quiero abrazarte

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Capítulo 44: Quiero abrazarte.

“Esa mirada hace que tenga unas inmensas ganas de abrazarte, no eres feroz sino tierno como una gran mujer que conocí y amé”.

Cuántas semanas tenían que transcurrir para tener si quiera un indicio, Avice entró en un estado de desesperó continuo: “¿Debo volver a las islas de hierro a buscar apoyo?”, ¡buscar a Tyron!

Pero teme que si retrocede ahora jamás volverá a ver a sus hijos, el mar es tan grande y sabe que los tiene cerca, ¡los puede encontrar aún! Aunque hayan pasado tres semanas, escuchó en los puertos donde bajaba que una gran embarcación pasó por allí, de inmediato los perseguía de nuevo suponiendo sus rutas pero el viento siempre se ponía en su contra.

Eggil con mucho pesar propuso regresar a Pyke, solos no lo lograrían.

—¿Si fuese tu hija qué harías? —le preguntó Avice con el ceño fruncido.

Eggil bajó la cabeza, sabe la respuesta pero él debe ser racional por ambos, en una taberna donde buscaban pistas ambos se sentaron mirando a sus escasos ayudantes confundirse entre la gente recolectando información.

—Si se los llevaron fue por algo, alguna razón que no podemos descifrar aún —interrumpió Eggil —. Lo más seguro es que sea algo relacionado con... El trono de piedramar, quizás el rey Tawney... Tus ojos, no duermes desde hace mucho.

Avice lanzó una risita y bebió de su tarro, las personas a su costado les echaban miradas curiosas, no es raro ver extranjero pero estos vestían con orgullo el Kraken amarillento detonando su intención: “No pasamos desapercibidos, buscamos algo y no se metan en nuestro camino”.

—Y no volveré a dormir nunca —le respondió —. Jamás descansaré de nuevo, ¿en serio me pides que vuelva a Pyke para esperar a que las ratas que secuestraron a mis pequeños lleguen por su propia cuenta? —tiró cada palabra con sumo desprecio, eso no sucederá.

Eggil entonces se acomodó en su silla viendo llegar al muchacho quien presumía una armadura con los tentáculos extendiendose y la mitad del rostro totalmente quemado en carne viva, aún así se mantuvo de pie y activo.

—Hemos hallado algo —les informó a sus superiores.

“El mar escondido de las anguilas”, un lugar oculto al ojo humano donde para llegar se tiene que tener un guía especial, Avice quiso buscar a tal guía de inmediato.

Olvidó todo: Soñar por las noches con el salmón, tener pesadillas con el rey Tawney o siquiera dormir, lo único que está en su mente todo el tiempo es: «tengo que encontrarlos, tengo que hacerlo».

En el barco principal de los tres frentes Tully conformados por miembros de la casa Tully, Arryn quienes han mostrado una gran lealtad y por último Frey's en menor medida, un joven Lord sintió una presión en el pecho.

“Vuelve a Aguasdulces”, exigía la carta de su señora esposa, Oscar con una mirada vacía la quemó, no le interesa qué pueda decirle su “esposa”, ella sabía que él se dedicaría a perseguir a quien mató a la verdadera mujer que amaba y no se encerrara en su castillo a jugar a la casita feliz con lady Baratheon.

—Madura, Cecily —le dijo mientras el papel ardía en su mano.

En su estudio la candela de linterna le iluminó la cara, esa cicatriz marcando y reslatando el día que fue derrotado en Pyke es una profunda herida que sigue doliendo y duda que pueda cerrar algún día, «no sin obtener la cabeza de ese maldito». Aunque todos hayan tomado su barrida a las islas de hierro como una victoria él se sintió miserable al regresar, mucho más al tener que pararse en un altar frente a Cecily Baratheon a quien cada vez tolera menos. Su problema principal es: “no pueden engendrar un heredero”, Oscar cumplió como esposo haciendo unos intentos sin el más mínimo roce de otras extremidades que no hayan sido las necesarias para tener sexo, pero seguía sin tener noticias.

La Mujer con Armadura Sedujo al Lord (Oscar Tully)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora