Capítulo 19: Príncipe de los piratas

373 66 3
                                    

Capítulo 19: Príncipe de los piratas.

“¡No soy un hombre indecente!”.

Bajo el manto de la noche se podían oír los pasos acelerados de soldados correr de un lado a otro, Avice se puso en la puerta externa de la torre la cual resguardó a lady Baratheon.

Hagos vigila el otro lado, ambos querían participar en la lucha frontal donde al parecer Lord Tully los iba a liderar personalmente, Sir Edwyn como segundo al mando.

«Ese pequeño pez», cuántos problemas le puso en el camino, aún así desea que se mantenga lejos de la línea de fuego.

Avice recordó su pequeña discusión con las doncellas de lady Baratheon y no quiso hablar más en todo el día:

“Sobre su cama estaba una armadura hecha con un metal muy ligero pero muy duro, casi impenetrable, Avice la tocó y notó los grabados a los costados: unos pequeños peces nadando.

En tono bronce y con una flexibilidad extraña para una armadura, se la probó de inmediato con alegría, ¡le encantó!

¿Le dieron una a todos? Por alguna razón está en su habitación y es a su medida, desde que el tacaño Weldon Frey le dio su primera armadura había querido poseer una de su talla, el problema es que entre los guerreros no las hallará.

Caminó por los pasillos con una sonrisa feliz, la verdadera felicidad tras haber cumplido un capricho suyo, ¡por fin cambió de equipamiento! Y es de la mejor calidad.

—¿Dónde vas tan feliz? —la interceptó Hagos admirando su nueva armadura, Avice notó que nadie más llevaba la suya, ¿solo ella se la puso?

Un tinte de vergüenza la atacó, ¿acaso es la única tan emocionada? Lógicamente, ellos pueden tener otra cuando quieran, Avice tiene que esperar a que un Lord se apiade de sus soldados.

En el fondo sufre su pobreza, aunque está más feliz este último tiempo, quizás alejarse del ambiente asfixiante de la frontera donde todos la odian despierta su lado divertido y alegre.

—¿No me queda espectacular? —bromeó con las manos en sus caderas.

Hagos levantó una ceja y agarró a su amigo de los costados sin delicadeza alguna, solo un toque masculino, moviéndolo de lado a lado revisando que tan bien le podía quedar a un “enano rabioso”.

—Sí, está bastante bien —dijo Hagos, se escuchó una tos forzada y ambos giraron —. Lord Tully —saludó Hagos con sus manos aún sobre el torso de su amigo y colega.

Lord Tully quien se dirigía al frente con su equipo a su espalda se topó con los dos camaradas, sus ojos se fijaron en las manos insistentes de Sir Hagos y frunció las cejas.

—Mi señor —saludó también Avice apartando a Hagos, que inapropiado tocarse delante de todos a plena luz del día.

El avanzó paso a paso hasta quedar frente suyo, extendió sus manos hasta los costados donde Hagos había puesto sus garras hace un momento y apretó probando algo, en ese momento el aire le faltó a Avice.

—Concuerdo —habló, su tono era profundo —, le queda bastante bien. Me alegra mucho que le haya gustado mi presente, Sir Henry.

Avice no supo dónde meterse, a dónde escapar en ese instante, escuchó un suspiro sorprendido a su costado de Hagos.

Lord Tully se fue con una sonrisa colgada en su rostro, caminó con el pecho orgulloso dejando atrás a Hagos y Henry quienes se mantuvieron callados.

—Henry —llamó Hagos, su rostro se veía complicado —. Te considero mi amigo de batalla, así que te daré un consejo y espero no lo tomes a mal: Hay mil cuchillos en este mundo, no te atragantes con esa espada.

La Mujer con Armadura Sedujo al Lord (Oscar Tully)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora