Capítulo 17: Nacidos del hierro.
“Ahora estamos empatados, Hagos”.
Los hombres ahogados, nacidos del hierro... Unos inmundos piratas.
Avice buscó entre sus pertenencias sus cueros y ató los soportes a sus muñecas, apenas estuvo lista corrió a donde los jinetes se amotinaron en la costa, Florian galopó con ferocidad relinchando.
—¿Son ellos? —preguntó apenas estuvo al lado de un Hagos muy exaltado también —. ¡Vamos!
—¡Sigueme! —No hay tiempo de esperar a la guardia personal de la casa noble, los enfrentaran los que están presentes.
En la costa al parecer un barco se orilló por error muy cerca del castillo, Avice fue con Hagos quien la había enviado a llamar, y un grupo de cabezas rojas impacientes por echar a los intrusos.
Saltó dejando atrás a Florian, al caballo no le gusta el ruido de las espadas chocar, y subió al barco trepando por los costados, a su lado Hagos le siguió el paso con gran facilidad.
Los hombres arriba se encontraron nerviosos, ¿habrá sido un error? Eso no importa, su barco pirata llegó muy lejos y solo hay una respuesta a los nacidos del hierro: ¡Matarlos!
Rebeldes e insensatos, apenas los soldados subieron los piratas desaliñados y sucios gritaron con sus hachas y cuchillo en las manos.
“¡Lo muerto no vuelve a morir!”, sus voces conjuntas resonaron.
La espada de Avice tembló, por fin se probará ante un hombre del mar, ¡puede presumir luego con Hagos! Que tanto le restriega en la cara sus proezas, ¡estarán empatados luego de hoy!
—¡Aaah! —gritó un barbudo de gran estatura avanzando hacia ella, Avice levantó su espada y midieron fuerza, terrible idea.
—¡Henry! —escuchó a Hagos, él se encontraba reteniendo a dos al mismo tiempo y no podía ir a socorrer.
Avice se vio contra una pared bajo la fuerza aplastante del pirata, recordó la daga que guarda en su pierna y la sacó exponiendose a que el pirata le corté el cuello por la presión al no resistir con sus dos manos, entonces la enterró a un costado repetidas veces hasta que el hombre cayó al piso.
«No es grave», se dijo mirando el ligero corte en su clavícula, él se atravesó la malla. Hagos tiró a uno por la borda y fue corriendo hasta Henry.
—¿Estás bien, amigo? —le preguntó a lo que Avice asintió con la respiración alterada, eso estuvo cerca —. Cuida tu espalda.
Junto con Sir Hagos Baratheon y los jóvenes Tully limpió por completo el gran barco en el cual iban más de una docena de piratas muy bien entrenados.
«Son asesinos expertos», remató al último en el suelo pensando en lo extraño que era esto, ninguno parecía un simple saqueador, todos y cada uno llevaban espadas duras, además de ser de complexión alta y robusta.
Quién llegó a ver el resultado fue un comandante de guardia de los Tully, se podía apreciar por su capa, Avice con el rostro manchado y su espada teñida de rojo bajó dándole lugar a los superiores para revisar el barco.
El mismo Lord Tully no tardó en llegar a toda velocidad en su caballo por la costa, se detuvo abruptamente echando un vistazo a los soldados que habían peleado, buscó entre las personas hasta encontrarse con Avice quien se dio en ese momento un apretón de manos con Hagos: “Maldito perro rabioso”, la alabó Hagos con una sonrisa, ninguno de los dos notó la presencia del Lord ni su mirada inquisitiva.
—¡Mi Lord! —llamó el líder de la guardia Tully acercandose, solo en ese instante Avice se puso en línea junto con los otros muchachos —. Son Greyjoy, son las banderas del Kraken —Reveló una tela escondida.
Lord Tully frunció el ceño, aún le daba miradas de reojo a Avice y Hagos, luego simplemente asintió y se marchó directo a su castillo donde de seguro se encontrará con el consejo.
—Sir Hagos —nombró el líder de guardia, todos regresaban con un aspecto repleto de sangre —. Es usted un gran guerrero, su acompañante también.
—Solo hago mi trabajo, se lo agradezco, Sir Edwyn —Hagos se reverencio ante Sir Edwyn Tully y Avice supo que aquel hombre era importante —. Mi acompañante es Henry de los gemelos —Tiró de la manga de Avice y esta dio un paso al frente.
—¿Sirve a los Frey, Henry de los gemelos? —preguntó el líder Edwyn.
¿Servir a los Frey? Es más honorable que admitir su conexión deshonrosa con el Lord del árbol de cuervos, así que asintió.
—A Weldon Frey —respondió con respeto, no creyó que haya problema alguno revelar algunos de sus jefes —. Aunque ahora estoy en la frontera cuidando el paso.
El líder Edwyn lanzó una risita y la miró de pies a cabeza, como todos los otros solo la está juzgando.
—Y ahora peleará aquí en aguas dulces para la casa Tully —sentenció —. Es usted un aventurero, Henry de los gemelos.
Avice aceptó sus palabras sin resistencia y regresó junto a los heridos, los aplastaron por completo pero aún así los piratas eran buenos espadachines, también se llevaron a varios de ellos pese a la diferencia numérica.
En la mesa del consejo los ancianos de la familia se sentaron en sus posiciones, fue tan de improvisto que varios no llevaban su traje formal, solo corrieron apenas fueron convocados, hay una terrible situación: ¡El rey Aegon III está muerto!
La noticia se extendió, junto con el joven rey también murió el último dragón en el valle, simplemente se desplomó, algunos ya entraron en pánico: “¿No hay más dragones?”, solo queda un Targaryen y es un niño, mas no dragones.
Hasta la asunción de Viserys II están en una encrucijada, como una leal casa se mantienen fieles a sus juramentos sin importar si hay dragones, apoyan al Rey Viserys II en su ascenso, ¿los otros lo harán? Es apenas un niño.
Las puertas se abrieron y Lord Tully entró al lugar, de inmediato todos se pararon para recibirlo, él se puso al tanto de las noticias aunque sus ojos parecían pérdidos.
—¿Que qué haremos? —preguntó —. Lo que acata la tradición: Apoyamos al heredero.
No hay rebelión, no hay traición, las tierra de los ríos se mantiene firme, ¿los demás reinos lo harán también? Confía en el temple del guardián del norte, en cuanto a los Dorninenses no se sabe y los nacidos del hierro ya dieron su repuesta.
—Según mis fuentes hay una flota al norte esperando cruzar por aguas dulces, este barco solo se salió de su recorrido —informó uno de los ancianos.
—¿Cregan Stark no los detuvo? —inquirió de inmediato Oscar, su mandíbula se tenso.
—Lord Stark desata una guerra contra los salvajes quienes han estado, cito la fuente: “Reuniendo a un ejército y con ellos van... gigantes” —habló claro el anciano, varios se burlaron —. Yo solo cito mis fuentes, ¿alguien tiene alguna más confiable?
—¿Gigantes? ¡Nadie cree eso! —interrumpió otro consejero —. El norte está dejando cruzar piratas —acusó.
El señor del tridente golpeó la mesa con su mano haciendo callar a los alborotadores.
—En esta mesa no se dudará de Lord Stark, debe tener sus razones —defendió mirando directamente al anciano quien habló de más ante su señor —. Sean o no gigantes.
Continuaron la discusión donde se llegó a una conclusión: Mantienen su palabra, eso no está en tela de juicio.
Solo pueden preparar las armas y esperar a los Greyjoy mientras la capital arde en confabulaciones políticas hasta que surja un regente apto, de seguro algún familiar del nuevo rey niño.
En la cabeza atareada del joven Lord solo podía cruzar una imagen: “Manos unidas”, una incomodidad se instaló en él.
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Hagos: ¡Mi Lord!
Oscar: ¡Gata rompe hogares!
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La Mujer con Armadura Sedujo al Lord (Oscar Tully)
FanficHay un largo camino por delante para convertirse en una guerrera, nunca lo quiso realmente, fue el mundo quien la empujó a la vida de la violencia. Avice, única hija de Hawk, vio a su hermano partir a la guerra hace tanto tiempo, su deber era claro:...